FÚTBOL

Los ojeadores de la élite del fútbol, en pie de guerra contra el big data: "Cole Palmer se picó con la grada y luego remontó él solo, eso no se ve en los datos"

¿Cómo convive el análisis de datos con la opinión del ojo humano en un club de fútbol? En Relevo nos hemos puesto en contacto con ojeadores de distintos clubes.

Cole Palmer es una de las estrellas de la Premier League./Getty Images
Cole Palmer es una de las estrellas de la Premier League. Getty Images
Álvaro de Grado

Álvaro de Grado

Hace unas semanas, en Inglaterra fue noticia el despido de tres ojeadores del Brighton a tiempo completo, mientras que otros más fueron recolocados dentro de la estructura del club. La conclusión inmediata fue que en el Brighton, de forma cada vez más evidente, confían bastante más en su modelo secreto de datos que en el ojo humano para detectar buenos futbolistas. Motivos no les faltan, a juzgar por sus ventas más recientes y por el alucinante beneficio que han obtenido en los últimos veranos. Varios ejemplos que aún retumban en el mercado: por Moisés Caicedo (Chelsea) recibieron 116 millones, por Marc Cucurella (Chelsea) unos 65, mientras que por Ben White (Arsenal) fueron 58 y por Alexis Mac Allister (Liverpool) alrededor de 42.

La política de los Seagulls ha estado marcada por su utilización del big data en los mercados de fichajes, una decisión que adoptó desde hace años su propietario, Tony Bloom, cuya fortuna nace del mundo de las apuestas. En la temporada pasada, sin ir más lejos, les llevó a competir en Europa por primera vez. "El modelo de Brighton es un poco como las hierbas y especias secretas de KFC. Todo el mundo quiere la receta, pero los que tienen la suerte de tenerla no quieren compartirla con nadie", explicaba The Telegraph, que desveló los despedidos de los ojeadores.

"Los datos que ofrecen los humanos no son tan buenos como los de Tony Bloom. Eso parece: que confía más en los datos que en los humanos", añadían citando a una fuente interna.

"El modelo del Brighton es como las hierbas y especias secretas del KFC. Todo el mundo quiere la receta, pero no quieren compartirla con nadie"

Fuente interna Artículo en The Telegraph
El Brighton pagó 18 millones por Cucurella, luego lo vendió por 65. Getty Images
El Brighton pagó 18 millones por Cucurella, luego lo vendió por 65. Getty Images

Más allá de este caso concreto, la tendencia en el fútbol -y, por supuesto, en la sociedad- es la incorporación de la tecnología para casi todas las funciones que antes realizaba un ser humano, a veces sustituyéndolos por completo. Como no podía ser de otra forma, también para ver fútbol. El mundo de los ojeadores es uno que está amenazado: "Los datos apoyan muchas cosas, pero en la grada ves contextos que el dato no te da", responde Pablo Rodríguez, ojeador del Wolverhampton en España y Portugal, poniendo en valor el trabajo de todos los scouts. "Por ejemplo, si el público está encima de un jugador en una situación adversa. Si el futbolista quiere o no el balón. Si falla un pase, pero el pase es bueno porque el compañero no lo lee. Eso no te lo da los datos. A mí me gusta ver cómo reaccionan a los fallos", dice.

"Los datos apoyan cosas, pero en la grada ves contextos que el dato no te da. Por ejemplo, si el público está encima del jugador en una situación adversa"

Pablo Rodríguez Ojeador del Wolverhampton

En el apartado puramente futbolístico, la presencia del ojo humano añade un extra que es difícil medir con datos: "En directo le doy mucho valor a sensaciones del jugador, a gestos que van más allá de lo futbolístico: un gesto a un compañero, un enfado, una reacción a un cambio...", apunta otro ojeador de Primera División. Y pone de ejemplo un partido de la Premier League 2, la liga de filiales en la que hace unos años brillaba quien hoy es una de las estrellas de Europa: "Cole Palmer se picó con la grada y luego remontó él solo: eso no lo enseñan los datos".

Por ejemplo, Víctor Orta, director deportivo del Sevilla, sostuvo en una conferencia que el ojo humano y el dato son complementarios y necesarios en su trabajo: "Nunca ficharé a un futbolista por sus datos, pero tampoco sin haberlos contrastado".

Cole Palmer, en un partido con el juvenil del City. @ManCity
Cole Palmer, en un partido con el juvenil del City. @ManCity

La necesidad de confirmar con datos lo que ya intuyen los ojos es todavía más relevante cuando el entrenador del equipo requiere de un tipo de futbolista en cuestión: "Si hay un técnico para el que importan mucho los datos físicos, nunca firmaremos un jugador sin contrastar sus datos. Aquí usamos el dato físico en dos cosas. Una: si me ha gustado un jugador, debo contrastarlo con los parámetros que tenemos en la plantilla. Y dos: para descubrir jugadores nuevos en ligas como la sueca, porque tenemos que darle prioridad a otras ligas. Ahí tenemos alarmas activadas en datos donde aparecían jugadores que podían encajar en nuestro perfil... y eso además se puede filtrar por edad", confirma otro ojeador de un equipo español.

Además, claro, hay categorías muy tempranas donde todavía no hay tantos registros. "Hay partidos a los que llego casi sin ningún conocimiento, por ejemplo en torneos de chicos más jóvenes", explica un scout español. "Cuando voy a ver Sub-17 ahí sí puedo ir a descubrir, pero con el primer equipo voy a confirmar cosas".

«Si su padre y su agente no se hablan...»

Pero hay funciones paralelas donde un ojeador, además del simple hecho de ver los partidos en directo, es muy útil en los estadios. No sólo es ver fútbol, es tener toda la información posible. Pablo Rodríguez explica otras características de su rol: "Sobre todo, la relación con agentes. Hay que intentar tener el contacto para llegar a la información, tener la situación caliente por si decidimos ir a por el jugador, vender el proyecto del club...", dice.

Y añade otro: "Aunque no sea su función principal, un ojeador debe recabar información. Por ejemplo, si veo que su padre y su agente no se hablan, si el futbolista está presionando para salir, si el agente me ha dicho tal...".

"Hay que tener relación con agentes para llegar a la información, vender el proyecto del club..."

Pablo Rodríguez Ojeador del Wolverhampton
Matheus Cunha lleva ocho goles con el Wolverhampton este curso. EP
Matheus Cunha lleva ocho goles con el Wolverhampton este curso. EP

¿Y cómo ficha una marca?

En el caso de los clubes está claro: influyen muchos factores a la hora de elegir, desde si tiene nivel a si encaja en el estilo de juego del equipo o si juega en la posición que necesita la plantilla. ¿Pero para una marca de botas como, por ejemplo, Adidas? ¿Ahí cómo se elige al futbolista? "Nuestras captaciones son alevines o infantiles, a esas edades tan tempranas no hay datos. Sólo está el ojo y la red de contactos que tengas. La principal característica es que sea bueno, claro", contesta Goiko, responsable de cantera en España, que ahora disfruta del camino recorrido con Lamine Yamal o Pau Cubarsí, jóvenes asentados en la élite. "En nuestro caso, siendo Adidas, no tenemos que explicar la marca o el producto, así que es igual de importante fidelizar y que se sientan queridos y valorados. Hay veces que voy a ver partidos y ni lo veo porque estoy con el padre, la madre, el hermano...", finaliza.