OPINIÓN

Le Normand es un central que no entiende el oficio de central

Le Normand, en el momento de su expulsión ante Suiza. /REUTERS
Le Normand, en el momento de su expulsión ante Suiza. REUTERS

Victoria para refrendar la Eurocopa. Triunfo para olvidar el empate de Serbia. Un gran ejercicio defensivo y una lección de cómo se tiene que ejecutar el contraataque. Que España sabe jugar con el balón ya lo sabíamos desde hace tiempo, pero que es capaz de imponerse sin él y con un hombre menos durante 70 minutos, no lo teníamos en la memoria, quizás porque no había sucedido nunca.

El primer acierto se lo apuntó el seleccionador a la hora de formar el once titular. Posiblemente aprendió del jueves y recurrió al viejo consejo táctico que dice que cuando juegas con extremos, Lamine y Nico, aunque sea a pierna cambiada, la presencia de un delantero de área, Joselu, es más que recomendable. El primer tanto, nada más comenzar el partido, ratificaba la teoría que siempre defiende Vicente del Bosque. "Llámame antiguo pero a mí me gusta jugar con un ariete de los de toda la vida".

Y si dos extremos piden un delantero centro, un equipo campeón, un conjunto que aspire a crecer pensando en el Mundial requiere un portero y dos centrales de categoría. El guardameta apareció en Ginebra para presentar su candidatura a la titularidad con Unai Simón y sin Unai Simón. Muchos seguro que no le tenían puesta la cara a Raya, por aquello de que lleva toda la vida por las verdes praderas británicas, pero ahora ya sabemos todos que tiene un gran juego de pies (suyo fue el pase a Ferrán en el tercer gol), que domina el olvidado juego con los puños... y además se queda con el balón cuando le rematen. Bloca más que despeja, buena condición para un portero del siglo XXI.

Y llegamos a los centrales. De la Fuente tiene dos indiscutibles para él: Le Normand y Laporte. El primero se está convirtiendo en un problema, el segundo es un seguro de vida ya juegue en el Athletic, el City o en 'las Arabias'. Visto que, a pesar de su expulsión y del gran partido de Vivian, el ahora central del Atlético volverá a ser titular cuando cumpla su partido de sanción, lo que debería hacer es aprender de su colega, también francés de nacimiento como él.

Le Normand tiene un hándicap. Es un central que no tiene la piel de central. No sabe manejar su envergadura. Toma demasiadas decisiones equivocadas. Le falta oficio para un puesto de tanta responsabilidad. La jugada que le costó la expulsión en la noche suiza es producto de todo lo que estamos diciendo. Y no es la primera vez que le pasa. A veces se perfila mal. Parece obsesionado con adelantarse y hay jugadas y delanteros que lo que piden es todo lo contrario. Exigen que les esperes, que les metas el cuerpo.

A Le Normand le debieron enseñar en Zubieta, donde llegó muy joven en 2016, a defender con el contacto como primer mandamiento. Solo hay que verlo. Siempre intenta tener controlado al delantero a través del contacto. Intenta sentirlo en el más amplio sentido de la palabra y, especialmente, con el agarrón como bandera. Le gusta bailar pegado y no hay partido en el que no cometa un par de penaltis... como mínimo.

Acostumbrado a ese perpetuo contacto, cuando vio que se le escapaba Embolo, lo primero que decidió fue agarrarlo, como si no hubiera otra posibilidad de frenarlo. Es una jugada para dejar correr al delantero, perseguirle desde lo más cerca posible para que el atacante sienta al aliento en el cogote y después a ver que pasa cuando tenga que encarar al portero. Aunque tenga ya 27 años, a Le Normand, que tiene otras buenas virtudes, sobre todo el juego aéreo, los que le tienen cerca deben enseñarle a ser central. Un central de verdad. De las garantías que exige una selección campeona de Europa y un equipo de Champions, como el Atlético. Sus técnicos, De la Fuente y Simeone, y sus compañeros de viaje en su equipo, Laporte y Giménez, ya dos veteranos de guerra, deben inculcarle los secretos del puesto que todavía no tiene asimilados a pesar de que ya llevar cinco años en la Liga y alguno de ellos disputando competiciones europeas.