Nike copia a Adidas y juega la carta Leyenda: Davids y Figo, los nuevos Beckham y Zidane
La última firma que diseñaba para el futuro se rinde. Nostalgia, ¿juego, set y partido?
En cuestión de semanas, la otrora vanguardista Nike ha reeditado las camisetas de Brasil 1998 y Portugal 2004, ha replicado el célebre torneo The Cage de 2002 con Luis Figo y Edgar Davids como invitados-gancho y ha filtrado las zapatillas Total 90 que rescatará del archivo en 2025. Todo muy Adidas por su parte. Las dos gigantes de la industria suelen mirarse de reojo. Históricamente, este bipartidismo empresarial beneficia al consumidor, ya que ambas son contrapunto de tendencias y propuestas. Si Adidas desempolva el trébol ochentero, Nike pone patas arriba el Swoosh para provocar. Si la alemana recicla grandes éxitos de ayer, la norteamericana arriesga con prendas psicodélicas que escriban las memorias de mañana. Hasta ahora. Porque las últimas maniobras hacen pensar que Nike se rinde. Bandera blanca. ¿La moda retro es ya nuestra única elección?
El parón de selecciones no solo sirve para que la Pasarela Clairefontaine muestre la sensibilidad modista del jugador moderno. Ajax y Tottenham aprovecharon el espacio mediático para presentar identidades renovadas, Adidas rompió Internet (otra vez) con una casaca ultraclásica de Argentina y Nike, para nuestra sorpresa, reeditó el anuncio The Secret Tournament previo al Mundial 2002. El omnipresente rapero Travis Scott fue maestro de ceremonias del Cactus Colosseum, torneo-evento organizado por Nike en Las Vegas. Sin la banda sonora A Little Less Conversation de Elvis Presley, sin Eric Cantona disfrutando del alma perversa de la jaula, pero con caras conocidas. Fútbol callejero como pretexto para exhibir prototipos inéditos, remasterizar los icónicos carteles de 2002 y para que Davids, un momento, saltase al campo con unas Total 90.
Davids y Figo, como Beckham y Zidane
El exjugador holandés, por quien no pasa el tiempo, publicó una historia en Instagram en la que filtraba —es un decir— unas Air Zoom Total 90 III de 2004, tercera entrega de la exitosa saga de botas de principios de siglo. Los rumores apuntaban que Nike no haría un Predator al pie de la letra, esto es, limitaría la reedición de las T90 a la línea urbana. Sin embargo, que el bueno de Davids haya jugado con ellas significa dos cosas: que podemos seguir exclamando 'está para jugar' cargados de razones y que en 2025 Nike podría llevar la tendencia Y2K (año 2000, por year two thousand) a la alta competición. Un apunte para el usuario. Aunque es evidente que Total 90 III ha pasado a la historia como la versión más memorable, ayudada quizá por el 90 enmarcado en un círculo en el interior de la bota, no es menos cierto que el modelo en cuestión castigaba bastante la zona del tobillo. Si las probaste, sufriendo sin lengüeta pero fluyendo sobre el césped, sabes de lo que hablo.
El contexto actual de nostalgia en movimiento, dejando poco a poco en paz a los pobres años 90 y explorando la mitología de los 2000, devuelve protagonismo a Luís Figo. Como Davids, el luso desempeña un rol de embajador cada vez más activo. Siguen los pasos de Beckham y Zidane, estrellas sobreexpuestas por Adidas en sus frecuentes lanzamientos Predator. No en vano, la última réplica comercializada por Nike es el uniforme que Portugal lució en 2004, cuando murió en la orilla de la Eurocopa conquistada por Grecia. La camiseta se vende con la opción de añadir 'Figo 7' en la espalda, como ocurrió con 'Ronaldo 9' en el drop brasileño. Ambos proyectos vienen con chándal complementario y fueron desvelados en redes sociales a través de ídolos actuales como Vinicius Jr, Jéssica Silva o Rúben Dias, entre otros. El único consuelo para quienes sentimos cierta retrofatiga es revisitar nuevos viejos recuerdos con conocimiento de causa, ya que coinciden con una época que recordamos con mayor nitidez respecto a los mitificados y borrosos años 90. ¿Y los nuevos nuevos recuerdos? Serán para otro día.
Predicar con el ejemplo
Cada firma deportiva tiene su idiosincrasia de puertas hacia dentro, los conocidos como core values (valores fundamentales). Conceptos rimbombantes que no siempre corresponden con la percepción a pie de calle, lo que el consumidor piensa, opina y siente. Lo que una marca proyecta de puertas hacia fuera. Hagamos una prueba rápida. De Nike siempre ensalzamos que juegue con sus reglas, que imponga tendencias en lugar de seguirlas, que empuje el deporte hacia el futuro. La teoría sostiene esta impresión, ya que los pilares del gigante de Oregón aluden a autenticidad y distinción, innovación y capacidad para inspirar al atleta. La práctica deja entrever algunas grietas, como muestra el atípico reciclaje de las últimas semanas. Puma nos ha obligado a aplicar una etiqueta dolorosa para cualquier fabricante: ser capaz de lo mejor y lo peor en sus propuestas. Sus valores Forever Faster (más rápido, para siempre) ni confirman ni desmienten lo anterior. ¿Y Adidas? El líder en popularidad del último lustro cita valentía, innovación, juego de equipo o integridad en su libro de estilo. Su posicionamiento melancólico —indudablemente exitoso, aquí va nuestro aplauso— está en las antípodas del coraje o la vanguardia.
Nike deja de ser Nike. Observa el éxito planetario de su enemiga y dice qué hay de lo mío. ¿Golpe definitivo para la oferta deportiva? No, pero la sacudida a medio plazo parece inevitable. Desde el post pandemia, la práctica totalidad de marcas se ha alineado con Adidas, estirando un reciclaje camisetero que vende y gusta al cliente. Hummel y sus brillos que garantizan un efecto textil clásico, Umbro y sus cuellos polo en busca de la elegancia perdida, Macron y sus cordones o escudos cosidos para masajear los recuerdos del hincha. Hasta ahora, Nike era el bastión futurista al que aferrarse, la marca que con aciertos y errores empujaba el diseño hacia adelante.
Las reediciones no son una catástrofe, pero sí el síntoma definitivo de un mercado estancado desde el punto de vista creativo, incapaz de seguir su propio ritmo de lanzamientos. Las camisetas más virales de 2024 (España y Alemania 1996, Brasil 1998, Portugal 2004…) son remasterizaciones. ¿Sabe conjugar el presente de indicativo la moda deportiva? Siguiente pregunta.