La Federación pacta con el fisioterapeuta de los cracks la táctica del Cholo
Pedro Chueca, operado a corazón abierto hace 13 meses, continuará al lado de la Selección mientras él desee: "Iremos partido a partido". De la Fuente le quiere en su equipo.
En la Selección, aunque la atención la reclamen habitualmente menores como Lamine o Cubarsí y estrellas de la talla de un Balón de Oro, no hay ninguna cara que De la Fuente y los jugadores deseen ver más al inicio de cada concentración que la de Pedro Chueca (63 años). El fisioterapeuta de las estrellas es toda una institución en el deporte y la Federación le ha convencido para continuar al lado de la Roja a pesar de que su idea inicial, como contó Relevo, era dejarlo después de la Eurocopa. El buen ambiente, el aprecio que el entrenador y los futbolistas sienten por él y los retos que están por venir (la fase final de la Nations y luego el Mundial) le han convencido para continuar al lado de un equipo que le adora y que reza para que no se jubile jamás.
En Las Rozas, relatan fuentes federativas, han pactado seguir con Chueca la táctica del Cholo: ir "partido a partido" y que sea el fisio el que decida en función de cómo se encuentre y las ganas que tenga si acudir o no a cada parón. Ya se ausentó de una de las ventanas recientes para cumplir con un compromiso familiar y gozará de total libertad para dictaminar hasta cuándo prolonga su ciclo en la Selección. En el momento en el que decida parar, abandonará la Ciudad del Fútbol por la puerta grande y con el respeto, cariño y admiración de todos y cada uno de los trabajadores de la RFEF.
De la Fuente celebra que por lo pronto no se retire y que continúe colaborando con el fenomenal ambiente que impera en el vestuario de la Selección. Para el entrenador es importantísimo conservar el concepto de familia que se generó antes de la Eurocopa y considera que, para ello, resulta indispensable mantener a figuras como la de Chueca. Se le echó de menos cuando una intervención cardíaca en octubre de 2023 le obligó a fallar a dos convocatorias (volvió en marzo de 2024) y se acogió su regreso como una noticia de calado: pilares como Morata, Rodri o Carvajal le tienen en alta estima, como todo el cuerpo técnico, y con su retorno se han agitado los encuentros de la Peña 'El Fary', la liturgia que celebran los médicos, fisios y utilleros en la mañana de los partidos que se disputan en cada concentración.
Como ya desgranó Relevo en un extenso reportaje, la expedición oficial que rodea al equipo forma, con De la Fuente a la cabeza, una Peña con el nombre del artista que tiene una rutina hecha ley los días que hay encuentro: tomar el aperitivo. Aunque su organización se remonta a hace mucho tiempo -ni los que están ahora aciertan a fijar el verdadero origen- y hay otros máximos responsables de organizarlo, entre ellos Antonio Limones, responsable de viajes, la presencia de Chueca siempre alegra y anima el movimiento culinario. El técnico y sus ayudantes (Pablo Amo -segundo entrenador-, Carlos Cruz -preparador físico-, Juanjo González -técnico auxiliar-, Miguel Ángel España -entrenador de porteros-, Pablo Peña -analista- y Javier López Vallejo -psicólogo-) ven en este tipo de actos un refuerzo a la cultura que tratan de generar y que va más allá de lo que ocurre en el césped.
Apoyos
Claudio Vázquez Colomo, jefe de los servicios médicos, es otro de los que ha peleado por conservar a Chueca, presente en las victorias en Dinamarca (1-2) y contra Suiza (3-2) que cerraron el año de la Selección en este parón de noviembre. Aunque el paso del tiempo y que le sobran experiencias le invitó a pensar y decidirse a dar un paso al lado, para dedicar también más horas a su clínica en Madrid y a su familia, la insistencia de todo el círculo federativo le ha hecho cambiar de opinión y continuar el camino junto a De la Fuente. Si él así lo estima oportuno, también estará en la importante ventana de marzo, que enfrentará a España a Croacia, Italia o Países Bajos en los cuartos de la Nations. Que la vuelta se dispute en casa y presumiblemente en Mestalla dotará a la eliminatoria de un extra de emotividad para todos.
Cabe recordar que la figura del fisioterapeuta es una de las más reputadas y respetadas en el fútbol, en particular, y del deporte, en general. Tan alérgico a los focos como pertinaz con las lesiones, su labor ha sido esencial en la cosecha de éxitos de equipos que han quedado en el recuerdo. Pocos aficionados lo saben, pero sus dedos deberían figurar en el museo del Real Madrid junto a la Séptima. En 1998, él ya era una celebridad en el club y el santo al que los jugadores rezaban. Fue Mijatovic quien se encomendó a sus manos en los días previos a aquel encuentro contra la Juventus.
Juan Muro, exfisioterapeuta blanco y uno de sus discípulos con más prestigio, lo recordó así en una entrevista en Relevo: "En el entrenamiento de antes de viajar a la final notó un pinchazo en el sóleo. 'No me lo pierdo ni loco', decía Pedja. Y habló con Chueca. Él era su hombre de confianza. Estuvo durante toda la noche con él, dándole confianza y aplicándole diferentes metodologías de tratamiento. Siempre con el escenario en la cabeza de que iba a estar listo. Ahí nadie sabía nada, todo quedó en un tema con los médicos. En la sesión previa a la final, con toda la prensa, tuvimos que trazar una estrategia para mantenerlo en secreto. Mijatovic solía entrenar con calcetines cortos y sólo ese día se entrenó con medias altas para ocultar el vendaje. Tras el tratamiento superó el test de forma fantástica y metió el gol decisivo".
Esa seguridad en sus sesiones y métodos no fue exclusiva del montenegrino. A lo largo de más de 20 años de carrera, a Chueca le han puesto velas con asiduidad desde los Galácticos hasta Cristiano pasando por Ramos, que fue quien le fichó para trabajar en la Selección de forma ininterrumpida. Los primeros que le entregaron sus músculos y sus carreras, sin reservas públicas, fueron Fernando Hierro y Raúl. De hecho, el que fuera siete del Madrid y de España se lo llevó al Mundial de Corea y Japón (2002), con Camacho en el banquillo. Pretendió repetir en el Mundial de Alemania (2006) y se encontró con la negativa de Luis Aragonés, entonces seleccionador.
Esta prohibición del Sabio, que no quería que cada jugador se llevara a su propio fisio, no gustó nada al madridista, cuya relación con el técnico empezaba a agrietarse. Del Bosque mantuvo la línea trazada por Luis y fue Lopetegui quien alzó la mano. En una concentración en León ante Liechtenstein, en septiembre de 2016, Sergio Ramos se lo llevó con él. Y hasta hoy, porque sigue siendo un incondicional de su trabajo. Como De la Fuente y toda una Selección que, más allá de los goles, la irrupción de Bryan Zaragoza o el doctorado de Casadó, festeja como la mejor de las dianas que Chueca siga formando parte del equipo.