La versión de 'streamer' terminó por cansar al vestuario
Luis Enrique mantuvo sus apariciones públicas a pesar del ambiente tenso tras la derrota ante Japón.
Luis Enrique tomó una decisión controvertida al inicio de la concentración: abrirse al mundo en sus redes sociales, especialmente en Twitch e Instagram. Eso cambió por completo la dinámica de la Selección, porque era algo totalmente novedoso y resultaba una incógnita saber cómo iba a sentar dentro del vestuario.
El experimento, de inicio, cayó fenomenal. Los primeros días se recibió con expectación. "Es el p… amo", era la frase que más se repetía entre los jugadores. Quedaban en grupos para ver las intervenciones del seleccionador en Twitch, se reían, bromeaban y luego hacían chascarrillos en los momentos distendidos.
La competición ayudó a mejorar aún más el ambiente: 7-0 a Costa Rica para empezar y España subida en el vagón de las favoritas. La prensa mundial elogiaba el método de La Roja e incluso lo envidiaban, comparándolo con el ambiente aburrido y bunkerizado que se respiraba en otras concentraciones.
Sin embargo, las intervenciones del técnico dejaron de ser novedad y se convirtieron en rutina. Una costumbre divertida para algunos y no tan graciosa para otros, especialmente aquellos que esperaban jugar más.
Japón, punto de inflexión
¿Qué ocurrió? La derrota ante Japón. Ese momento cambió el sentimiento de todos. Nada más terminar el partido, en el vestuario, se vivió un momento de máxima tensión: Luis Enrique bajó el volumen de la música que había encendido Laporte, que había sido suplente en aquel partido. A ello le siguió un tremendo enfado, probablemente el más importante desde que es seleccionador. La desconexión que se vivió en el césped, poniendo en riesgo hasta el pase a octavos, sentó mal al asturiano, que no quería ningún festejo dentro de la caseta. Era momento de caras largas.
Después de ese momento de alta tensión, algunos futbolistas esperaban que el seleccionador se aplicase aquello de que era tiempo de reflexión. Por eso chocaron sus intervenciones previas al partido ante Marruecos, con esas gafas 'modernas' y el mismo tono bromista. "Se rompió en parte el ambiente que se había creado en la Eurocopa, no fue lo mismo…", comentaron en privado algunos miembros del vestuario.
Lo que más gustó en la concentración de aquel torneo en el que llegaron hasta semifinales fue el ambiente indestructible que se creó. Llegaron críticas feroces, como las que recibió Morata, y el vestuario cerró filas para defenderse siempre los unos a los otros.
¿Qué se podría haber cambiado? La sobreexposición de los días previos al decisivo partido ante Marruecos. Reducir en cierto modo las apariciones públicas, volver a crear la fuerza en la unión del grupo ante las críticas y responder en el césped ante Marruecos. España, obviamente, no está fuera del Mundial por las apariciones en Twitch del seleccionador. Pero algo se rompió dentro del vestuario entre el partido de Japón y el de Marruecos y los chascarrillos de Lucho en su versión de streamer no ayudaron a reconstruirlo…