¿Cristiano, suplente? Con Ramos podemos ir acostumbrándonos

Hay una cosa peor que sufrir. Y es que al girar la cabeza veas que tu vecino ha montado una fiesta y se lo está pasando en grande. Eso es lo que le pasó a España. Con la Selección en cuerpo presente tras la tragedia ante Marruecos, Portugal mantuvo la tradición de Fin de Año, no quiso que otra campanada precediera a los cuartos y disfrutó entre purpurina. La selección de Fernando Santos, sin Cristiano, pareció liberada de un juego condicionado a su estrella y, tal vez, al ver un camino libre de españoles. Descabalgó con autoridad a Suiza y se clasificó para la siguiente ronda goleando, gracias a un hat-trick de un sorprendente Gonçalo Ramos (doblete), los goles de Pepe, Raphael y Leao y al extraordinario partido de Joao Félix. 

El jugador del Atlético comandó todas las acciones de peligro de Portugal. Mezcló a la perfección con Bruno Fernández y Bernardo Silva, y deshilachó a una Suiza que salió encendida y acabó arrollada. Portugal se enfrentará el sábado en cuartos a Marruecos (16:00) y se presume un encuentro vibrante. La irrupción de Gonçalo Ramos, delantero del Benfica, en Catar aumenta la cuota de interés al partido. También la presencia de Cristiano Ronaldo en otros cuartos. ¿Cómo le habrá sentado el jarabe del banquillo?

Pues sí, Ramos tenía que estar en el Mundial. Gonçalo, no Sergio, que esta es la contracrónica del Portugal-Suiza. El jugador de 21 años del Benfica fue la gran sorpresa de Fernando Santos en el once para sustituir a Cristiano. La tarea podría haber agarrotado las piernas al chaval, pero hizo lo contrario: puso su firma al primer hat-trick de este Mundial. Joao Félix le asistió en el primero y en el tercero. Dalot contribuyó al segundo. Ramos celebró los goles soplando la boca de un supuesto revólver. El pistolero le dio argumentos a su entrenador. Es el primer jugador luso de 21 años que marca en un Mundial...desde Cristiano. El relevo ya está aquí.

Joao Félix viajó a Catar con una idea en la cabeza: salir del Atlético. Lo confirmó Miguel Ángel Gil Marín en una entrevista a TVE, filtrada antes de tiempo: "Su idea no es seguir". En la selección ha encontrado esa comodidad que dan los lugares donde no tienes que justificarte a cada segundo. Se siente sin grilletes, libre, y se demuestra en su juego, suelto y elegante. Dio dos asistencias, entregó varios regalos que no llegaron a su destino y exhibió zancada en múltiples arrancadas, de esas que gustan en Youtube. Partidazo.

Los aficionados rojiblancos deben tener padrastros al ver que este futbolista que marida a la perfección en Portugal no lo traga Simeone. Pero ni uno ha aprendido a encajar en la filosofía cholista ni el otro ha sabido sacarle todo el jugo. La brecha entre el técnico y el jugador es una realidad y ha provocado que Joao esté exponiéndose en el escaparate de Catar y Jorge Mendes comience a manejar la barca.

"Lo que vi en la televisión no me gustó en absoluto. Hemos resuelto este problema entre nosotros". Esto fue lo que dijo Fernando Santos sobre el desaire que Cristiano le hizo al sustituirle contra Corea del Sur. Y esa solución pasó por dejarle en el banquillo y apostar por Gonçalo Ramos. La jugada le salió perfecta al seleccionador, cuya decisión es sintomática del momento por el que atraviesa Cristiano. Nunca antes con algo en juego había sido suplente en la Portugal de Santos. Si fuese el jugador de antaño, el técnico se hubiera tragado el sapo. Como muchos otros han hecho. El torrente goleador de Cristiano era el mejor digestivo. Sin embargo, el portugués es un futbolista crepuscular. Y eso empodera a los entrenadores (Ten Hag y Santos), a quienes les refuerzan los datos. "Su suplencia no tiene nada que ver con lo de Corea", dijo el entrenador de la Seleçao en la previa. El bombazo hubiese sido que confirmarse el castigo.

Este está siendo de todo menos un Mundial tranquilo para Cristiano. El portugués llegó 'quemado' del United, al que dejó después de una entrevista televisiva colmada de reproches. Y en vez de calmarse, ha aumentado su autocombustión, consciente de que su carácter cada vez tiene menos adherencia en el vestuario y, sobre todo, del paso del tiempo. Eso es lo que le obsesiona. Con Messi, su némesis, viviendo una segunda (o tercera o cuarta o…) juventud, el portugués lo quiere jugar todo en este Mundial con el objetivo de batir a la leyenda Eusebio en goles marcados en la cita (nueve; él suma ocho). Es su voracidad de siempre pero sin el físico de antes. Eso le consume y le hace saltar como un resorte ante cualquier cosa no programada por él. Ante Suiza entró en el 72' por la sensación Gonçalo Ramos y marcó... pero se lo anularon.

El mejor secreto para tener una vejez placentera es mantener el espíritu que se posee en la juventud. Si no saben a lo que me refiero, miren a Pepe. Con casi 40 años (39 y 283 días) parece que está instalado en esa edad de merecer en la que todos te miran. El central del Oporto conserva intacto su sentido de colocación, sus dotes de liderazgo y una imponente presencia en el juego aéreo que a Portugal le ha vuelto a dar una alegría. Un saque de esquina botado por Bruno Fernandes lo cabeceó, certero, Pepe para subir el 2-0 al marcador. Es el jugador con más edad en meter un gol en eliminatoria de Mundiales. Hubo quien hace un lustro le dio por acabado, reprochándole que no tenía cabeza. Contra Suiza volvió a echar por tierra esos argumentos.

Con Suiza se despide del Mundial Shaqiri. Así como Florentino asegura que hay futbolistas que han nacido para jugar en el Real Madrid, nuestra experiencia nos demuestra que también existen futbolistas nacidos para jugar con su selección. Es el caso de este bloque de granito, santo y seña con Suiza (112 partidos y 27 goles) y mate en los clubes. El de Catar ha sido su cuarto Mundial aunque parece que le llevemos viendo desde los 90. Es como una reposición de Ben-Hur en Semana Santa. Un clásico. Junto con Cristiano, Messi y Perisic es el único que ha marcado en las tres últimas Copas del Mundo. Tiene 31 años y juega en los Chicago Fire de la MLS. Ahora encara cuatro años más de hibernación hasta la próxima cita porque ¿quién sabe?