MUNDIAL DE FÚTBOL

Catar, las falsas promesas que se destapan un año después de la inauguración del Mundial de fútbol

Pocos vestigios quedan en Doha del campeonato, en el primer aniversario de aquel Catar-Ecuador que lo abrió.

El estadio 974, construido con contenedores desmontables, en una imagen reciente. /Natalia Guilarte/Relevo
El estadio 974, construido con contenedores desmontables, en una imagen reciente. Natalia Guilarte/Relevo
Natalia Guilarte

Natalia Guilarte

Doha (Catar).- "Promesas que no valen nada", como decía la canción de los 90. Al menos de momento, en eso se han convertido los ocho estadios que Catar construyó para la celebración del Mundial de fútbol. El país asiático prometió "innovadores planes para garantizar que el torneo no dejará ningún elefante blanco", según aseguraba por entonces el Comité Supremo, organizador del torneo.

Estos planes pasaban por reducir la capacidad de los estadios, reconvertirlos e incluso uno de ellos desmantelarlo por completo. Pero, lo cierto es que, 365 días después de aquel Catar-Ecuador que abrió el primer Mundial invernal de la historia, ninguno de estos planes ni siquiera se ha empezado a materializar.

El mejor ejemplo de esto es el estadio 974, construido con contenedores que la organización se vanagloriaba de la facilidad para ser desmontado. Poco después de la final del Mundial, muchos medios de comunicación de todo el mundo publicaron que ya habían empezado los trabajos de desmantelamiento, algo muy lejos de la realidad. Visto con los ojos de quien escribe este artículo hace una semana sigue intacto, tal y como estaba el pasado 5 de diciembre, cuando se disputó el Brasil-Corea de octavos de final, el último choque mundialista que albergó.

Los propios trabajadores que realizan labores de mantenimiento en el mismo, responden con cara de sorpresa ante nuestras preguntas sobre su futuro desmontaje. Desde el estudio de arquitectura español encargado del diseño del mismo, Fenwick Iribarren, confirman que, como mínimo, no se comenzará a descomponer hasta después de la Copa de Asia, que se celebra en el país en enero de 2024, después de que China renunciara a ser el anfitrión por seguir con su política de Covid cero.

A pesar de eso, el 974 no está en la lista de los estadios en los que se va a disputar la Copa de Asia y de momento, permanece sin ningún tipo de actividad desde que se celebró un concierto de diferentes artistas el 16 de diciembre de 2022.

Nada desde que Messi levantó la Copa

Sucede parecido con el estadio de la final, Losail, que lleva sin actividad desde que Leo Messi, vestido con un bisht, levantó la Copa del Mundo tras una final épica ante Francia. No hay ni rastro de las posibles obras para reconvertirlo en pisos, tiendas y cafés como se dijo en los planes de después del Mundial. Y no, tampoco va a ser utilizado como sede en la Copa de Asia.

La celebración de este torneo suponemos que es la explicación oficial de por qué todavía no se han empezado a desmantelar y a reducir los estadios mundialistas como se dijo en el informe de la FIFA sobre el efecto de los gases invernadero. Decimos 'suponemos' porque nuestras preguntas al Supreme Comité, organizador del Mundial, han caído en saco roto.

 

En el citado dosier se explicaba que en la fase posterior a la disputa del Mundial, que se extendía hasta el 25 junio de 2023 se iban a desmontar los asientos provisionales de seis estadios y el estadio 974 y, enviarlos a otros países para su reutilización. El retraso de las promesas es evidente.

Aunque la celebración de la Copa de Asia pueda servir como excusa a la inmovilidad en este aspecto del país, sin embargo, hay que tener en cuenta que ese mismo torneo ya se celebró en Catar en 2011 y la media de público en los partidos apenas alcanzó las 12.500 personas. Hasta el momento, la organización ha confirmado la venta de 150.000 entradas para esta edición.

La inauguración del torneo asiático que tendrá lugar el 12 de enero entre Catar y el Líbano, será en el estadio Al Bayt en Al Khor que fue también el escenario del primer partido de la Copa de Mundo y donde, por ejemplo, España se enfrentó a Alemania. Los planes de futuro para este recinto, que tiene una capacidad para 68.000 personas, consistían en convertirlo en un hotel de cinco estrellas, un centro comercial y un hospital de medicina deportiva. ¿Cuándo? No se sabe.

Seis estadios con uso

En cambio, otros seis estadios mundialistas, que sí serán sedes de la Copa de Asia, sí que están siendo utilizados durante todo el año por los equipos locales para jugar la Qatar Star League, de Marco Verratti, entre otros, la liga local que empezó en agosto la temporada.

Aun así, estos recintos se están quedando muy desangelados para la competición local y es de presuponer que también para la Copa de Asia. Excepto equipos históricos como el Al Rayyan, que puede congregar a 15.000 aficionados en algún partido especial, en el resto de clubes la asistencia de público suele rondar entre las 1.000 o 2.000 personas, cuando el aforo de estos recintos ronda entre los 40.000 y los 68.000 espectadores.

Un techo de 36.000 espectadores... por Cristiano Ronaldo

De hecho, el partido de fútbol al que más gente ha ido este año en Catar ha sido el que enfrentó al Al Nassr de Cristiano Ronaldo contra Al Duhail en la AFC Champions League y que congregó a más de 36.000 personas por el reclamo de ver al jugador portugués. Finalmente, el portugués no viajó al partido con su equipo. El encuentro se disputó en el Khalifa Stadium, en el cual España perdió contra Japón, el único que no fue construido expresamente para el Mundial y el único que no tiene planes de reducción de su capacidad.

Sin ambiente y vacío en hoteles y restaurantes

Todo el país se preparó durante años para acoger el torneo internacional con todo lo que eso conlleva a nivel de infraestructuras y alojamiento. Un año después es notoria la falta de ambiente por calles, centros comerciales y restaurantes, teniendo en cuenta el enorme crecimiento que tuvo el país para estar preparado para el gran evento.

El Mundial pasó y ahora Catar busca nuevas formas de atraer a expatriados y visitantes para llenar la ciudad. Continuando con su apuesta por el deporte tiene en su calendario ya asignados el Mundial de Natación del próximo año, cogido con alfileres, el Mundial de Baloncesto Masculino de 2027, los Juegos Asiáticos del 2030 y aspiran a los Juegos Olímpicos de 2036. Además, cuentan con las citas anuales de MotoGP, Fórmula 1, Major de Premier Padel (recientemente ha comprado el World Padel Tour), el Master de Golf, el Abierto de tenis…

Sin rastro del Mundial

Por otro lado, los espacios utilizados por los fans para reunirse, ver y celebrar las victorias de sus equipos se están intentando reutilizar. Por ejemplo, en el área de aficionados del centro de la ciudad se está celebrando desde octubre y hasta marzo una Expo Internacional de Horticultura.

En cambio, el bulevar de Losail, la zona que esta en alrededores del estadio de la final y cuyas calles recorrió el autobús de la selección argentina con la Copa del Mundo está prácticamente vacío todo el año. Excepto cuando se organiza algún evento, en las decenas de cafés y tiendas de comestibles que hay en el paseo, generalmente hay más empleados que consumidores.

Pero, para Catar el Mundial fue el principio y no el final. El país árabe sigue mirando hacia delante mirando hacía su próximo objetivo los Juegos Olímpicos de 2036. De hecho, no es fácil encontrar alguno de los miles de adornos mundialistas que cubrían el país hace 12 meses. Solamente en el Corniche aún se puede ver la mascota, el logo del mundial y un reloj que marcaba la cuenta atrás para el comienzo del Mundial.