Cómo un jerezano acaba siendo director del circuito de Losail tras reunirse con 35 árabes en Madrid
Juan Baquero aterrizó en el país asiático hace ocho años para actualizar y profesionalizar la gestión del trazado, sede de los GP de Catar de Fórmula 1 y MotoGP.
Losail (Catar).- Una comitiva de unos 35 cataríes vestidos con su traje típico, largo y blanco, en plena Puerta de Alcalá de Madrid es de todo menos discreto. Pero discreción y confidencialidad fue lo que le pidió a Juan Baquero (Jerez de la Frontera, 1969) un colega periodista de un conocido medio deportivo nacional cuando le llamó para comentarle que el Gobierno de Catar estaba interesado en él para dirigir el Circuito Internacional de Losail.
El primer pensamiento del jerezano al descolgar el teléfono fue que era una broma, para acto seguido mirar dónde estaba el país árabe en el mapa. Estamos hablando del año 2015, antes del Mundial de fútbol para la mayoría de los occidentales, Catar era un auténtico desconocido.
En esa época, Baquero dirigía el Circuito de Jerez y viajaba mucho a Madrid por temas laborales. Pocos días después de la llamada del periodista, coincidió en la capital con la comitiva del Ministerio de Deportes del país del Golfo Arábigo y se produjo la reunión en la cafetería del Hotel Hospes en la Puerta de Alcalá. Allí, entre los 35 "discretos" cataríes, conoció al ministro y a sus futuros jefes.
Fue una charla informal sobre su gestión en el circuito jerezano durante la cual Baquero les causó muy buena impresión, tanta que en el taxi de camino al aeropuerto para volver a Jerez de la Frontera le llamaron para confirmarle que ya iban a cerrar el proceso de selección, ya no iban a conocer a más candidatos. Era verdad, a los pocos días recibió la oferta de trabajo y un billete para ir a Doha de visita, en la que curiosamente no le enseñaron el Circuito de Losail.
Sin noticias durante cinco meses
A partir de esa visita, cinco meses de absoluto silencio. Baquero y su familia llegaron incluso a olvidarse de la idea de mudarse al país asiático. Pero la historia se retomó cuando a principios de enero de 2016 llegó hasta Catar la noticia de la dimisión de Baquero como director gerente del Circuito de Jerez por no contar con la confianza y el apoyo de la nueva alcaldesa.
Desde el Ministerio de Deportes catarí le preguntaron si seguía interesado en la oferta y ya los acontecimientos se aceleraron, visitó nuevamente Doha, esta vez ya sí que le enseñaron el circuito. Y una semana más tarde se mudó con toda su familia, su mujer, dos hijos adolescentes y otro de siete años. Para todos ellos la experiencia de vivir en Catar ha sido muy positiva por lo que supone conocer una cultura nueva y convivir con gente de tantas nacionalidades.
La primera nómina, en un sobre
Al llegar a Losail se encontró lo mismo que en el circuito gaditano, una gestión muy verde con la dificultad añadida del idioma. Tardó casi un año en aprender a comunicarse con gente de tantos idiomas e incluso tuvo que lidiar con el sistema de castas que divide en clases a la población india, la mayoritaria en el mercado laboral catarí.
Baquero siempre recuerda que su primera nómina la cobró en un sobre. Estaba claro que cuando llegó tenía todo por hacer. Su principal misión fue actualizar y profesionalizar la gestión y hacer un circuito más abierto, lo mismo que había ya conseguido en Jerez de la Frontera. En Catar, Losail sólo se utilizaba unos 150 días al año, se celebraba el Mundial de MotoGP, de Turismos, Motocross y WorldSBK. Ahora, el circuito tiene actividad durante más de 250 días, es decir, prácticamente todo el año, teniendo en cuenta que durante los meses de verano no se puede organizar nada debido a las altas temperaturas.
Otra de las cosas a las que tuvo que hacer frente al llegar fue que alguien había decidido que el sistema de drenaje de la pista era innecesario y estaba totalmente bloqueado. Catar es un desierto, pero las pocas veces que llueve lo suele hacer de manera torrencial y caen muchos litros en muy poco tiempo.
De hecho, el jerezano recuerda que en 2017 en el Gran Premio de MotoGP se tuvo que cancelar la jornada de clasificación del sábado por la lluvia y se reprogramó para el domingo, seguida de la carrera que se celebró ese mismo día. Las escuderías ni siquiera habían llevado neumáticos de agua porque no se había probado ese trazado con lluvia. Una vez pasada la celebración del Gran Premio ya se hizo una prueba con el circuito mojado para comprobar que sí se podía correr con agua.
La guinda a su gestión ha sido la reforma integral del Circuito de Losail que se ha inaugurado este año, un proyecto que llevaba mucho tiempo sobre la mesa pero que no se empezó hasta que Catar firmó un contrato de diez años para celebrar el Mundial de Fórmula 1.
Baquero, de 54 años, ya ha hecho todo lo que tenía que hacer en el país asiático, ha cumplido de largo los objetivos que tenía marcados cuando llegó hace ocho años a una ciudad que estaba entera levantada, donde todo eran obras por partes, esta fue unas de las cosas que más le llamó la atención al aterrizar en Doha.
Su contrato acaba en diciembre, así que, este fin de semana puede que sea su última gran cita internacional en el circuito, con el Gran Premio de Catar de MotoGP. Juan Baquero espera que llueva para probar el nuevo sistema de drenaje.