MUNDIAL DE CATAR

El banquillo es la cuenta pendiente de Francia

Deschamps hizo un único cambio ante Inglaterra. El rol de los suplentes, cuestionado: cero goles y solo una asistencia de Thuram.

Deschamps, en un partido con Francia./AFP
Deschamps, en un partido con Francia. AFP
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Algunos aluden a aquello de la suerte del campeón. Francia despunta en el Mundial, ya en semifinales tras derrocar a Inglaterra. Todo lo que podía salir bien, ha salido bien. Desde las traumáticas lesiones de Nkunku y Karim Benzema, la selección se ha mostrado unida y ha cosechado grandes resultados hasta colarse entre los cuatro mejores equipos del Mundial. Ahora, enfrenta a Marruecos por un hueco en la final... con un solo pero. Didier Deschamps aún espera a su banquillo. Los problemas físicos forzaron el empeoramiento del nivel medio de los suplentes, pero de ahí a su rendimiento en Catar, hay un trecho.

De carrerilla: Lloris; Koundé, Varane, Upamecano, Theo Hernández; Tchouameni, Rabiot; Dembélé, Griezmann, Mbappé; Giroud. Es el once que ha utilizado Deschamps en la segunda jornada, en octavos y en cuartos de final. Pavard y Konaté, que sí salieron de inicio en el duelo inaugural, han perdido el sitio ante Varane y Kounde, que han rendido a buen nivel en los últimos partidos. La excepción es el tercer encuentro. El seleccionador, consciente de que Francia era virtualmente primera de grupo, hizo rotaciones masivas: Mandanda; Disasi, Varane, Konaté, Camavinga, Tchouameni, Fofana, Veretout; Coman, Kolo Muani, Guendouzi.

El rendimiento del equipo B dio la razón a Deschamps. La derrota ante Túnez supuso más una reflexión que una consecuencia deportiva: los suplentes estaban muy lejos del nivel del equipo titular. Perdieron por un gol a cero ante Túnez, a priori una de las selecciones más débiles del torneo. Apenas dispararon tres veces a puerta y solo la salida de titulares como Rabiot, Griezmann o Mbappé dio otro aire a Francia.

Revulsivos

A estas alturas, es natural que los seleccionadores cuenten con un once tipo. El debate no es ese, sino el rol que tienen los futbolistas que entran desde el banquillo. Deschamps hizo un único cambio ante Inglaterra. Quizás pensando en la prórroga o quizás valorando que los titulares no podían ser relevados así. Coman sustituyó a Dembélé.

La circunstancia no acompañó, ya que Inglaterra estaba volcada. Pero el extremo apenas participó. Sus estadísticas hablan por sí solas. Perdió los dos duelos que disputó, falló el único pase que intentó y tocó tres veces el balón. Entró en el 79', por lo que tuvo 11 minutos más los ocho de añadido para demostrar su valía. El contexto era desfavorable y su actuación no acompañó.

¿Espejismo o realidad? Es la gran pregunta. ¿Confía Deschamps en los suyos? En el duelo de octavos ante Polonia, sustituyó a Tchouameni en el 66', por su amarilla ante la superioridad francesa en el electrónico (1-0). Los siguientes ya fueron con el 2-0: Coman y Thuram por Dembélé y Giroud. Por completar las ventanas, le dio los minutos del descuento a Disasi, en sustitución de Jules Kounde. Es decir, alternativas entendidas como descanso y no desde la necesidad.

En las primeras jornadas, sin embargo, Deschamps sí que mantuvo otra política. Frente a Dinamarca, un rival de tronío, metió a Thuram por Giroud con media hora por delante. Con empate en el marcador, introdujo a Konaté (el suplente más cercano a la titularidad) y a Coman. En el duelo inaugural, esperó al 77' para meter cambios pese a la sonora goleada francesa. Solo, por obligación, dio entrada a Theo por Lucas, que se marchó de Catar con una grave lesión.

¿Momento para el cambio?

Tal y como informan los medios franceses, Deschamps no tiene previsto plantear novedades para la semifinal. El estilo marroquí exige la continuidad de los extremos Mbappé y Dembélé, la creatividad de Griezmann y el olfato goleador de Giroud. Mientras se discute la importancia de sus suplentes, el seleccionador confía ciegamente en un bloque que está rindiendo al nivel esperado y que camina con contundencia hacia repetir estrella. Pero si hubiera lesiones... Francia aún tiene cuentas pendientes.