MUNDIAL DE CATAR

El álbum de los trabajadores muertos del Mundial de Catar

'Cards of Qatar' presenta la historia de decenas de personas que migraron y nunca regresaron a casa.

El proyecto recopila decenas de historias. /BLANKSPOT
El proyecto recopila decenas de historias. BLANKSPOT
Jordi Cardero

Jordi Cardero

Los cromos o figuritas unen generaciones en cada comienzo de temporada. Ahora, también a las puertas del Mundial. Son el mejor de los preludios, una forma de alimentar la ilusión y calmar el hambre de fútbol. Las últimas semanas, el de Messi se convirtió en el Santo Grial. Ante cada sobre, los nervios de una mañana de Navidad. Miles de personas andan tras las figuritas con la ilusión del niño, edad siempre a un lado, para completar sus álbumes.

Blankspot creó una nueva colección: los cromos de los trabajadores que perdieron su vida en Catar. Según el gobierno catarí, tan solo un puñado de personas fallecieron en la construcción de infraestructuras. Otras investigaciones elevan el número a varios miles. "El debate numérico, para nosotros, era artificial. Nos preguntamos quiénes eran las personas detrás de las cifras", cuenta Martin Schibbye. Martin es un periodista sueco que trabaja en Blankspot, impulsora del proyecto Cards of Qatar. El medio se ha especializado en cubrir conflictos con poco foco, como los de Armenia o Azerbaiyán. Hace dos años y medio comenzó a desarrollar la idea.

Los periodistas se encontraron con que mucha gente tenía miedo de criticar a Catar. Bangladesh o Nepal son países económicamente dependientes del país de los emiratos y nunca llegaron a facilitarles las listas de fallecidos. Desde que Catar comenzó a erigirse de la nada, miles de personas hicieron las maletas y viajaron durante kilómetros en busca de una nueva oportunidad. El objetivo: ahorrar dinero y poder independizarse. O que sus hijos pudieran ir al colegio. El sueldo, sin embargo, tampoco era tan alto. La media rondaba los 250 dólares mensuales, una cifra mayor a la que ganaban en sus países. Pero estaba lejos de ser un ascensor social automático.

El Mundial no era importante para las familias

"Nuestro plan era hacer un reportaje con decenas de historias. Pero nuestro compañero Brit Stakston, aficionado a la colección de cromos, tuvo la idea", relata Martin. Las figuritas revelan la edad y la historia de los fallecidos. "Las familias se sienten orgullosas de que sus hijos pudieran viajar fuera a Catar para levantar un nuevo país. El Mundial no era importante para ellos", explica el periodista sueco.

"Este proyecto trata de recordar quiénes hicieron posible la Copa del Mundo, es una forma de honrarles. Y también sirve para iniciar un debate sobre los derechos humanos. Pero primero de todo, para recordarles", apunta Martin. Cards of Qatar explica una cincuentena de historias.

Fingir que una madre seguía con vida

Una de las cartas cuenta que el marido de una mujer falleció cuando se cumplieron diez años desde la última vez que se vieron. La pareja, a miles de kilómetros de distancia, se había casado por teléfono. En otra familia, dos padres viajaron a Catar y dejaron a su hijo en Nepal. La madre murió en un accidente laboral y el padre, que no tuvo el coraje de contárselo al hijo, le siguió contestando mensajes desde el móvil de la madre, fingiendo que no había pasado nada. Detrás de un número, una historia. Una familia rota para siempre.

Así luce la página de 'Cards of Qatar'.  BLANKSPOT
Así luce la página de 'Cards of Qatar'. BLANKSPOT

Blankspot mandó los cromos a la FIFA, a los organizadores y a los patrocinadores del torneo. Tan solo respondió Adidas, justificando que no fue su decisión que el Mundial se disputara allí. "Los patrocinadores pueden usar su influencia para cambiar cosas", dice Martin.

Este Mundial se disputa en Catar. También hubo unos Juego Olímpicos en China, una Copa del Mundo en Rusia o la Supercopa de España en Arabia Saudí. "Catar ha construido unos escenarios maravillosos, pero tiene que haber una reacción. Algo tiene que cambiar, nos estamos acercando al límite. El fútbol debe ser un motor de cambio", cierra Martin.