SPORTSWASHING

Oriente Medio toma el control del deporte

Varios países han invertido grandes sumas de dinero en citas deportivas para lavar su imagen pública.

Gianni Infantino, presidente de la FIFA, y Al Thani, emir de Catar, durante el sorteo del Mundial de fútbol. /GETTY
Gianni Infantino, presidente de la FIFA, y Al Thani, emir de Catar, durante el sorteo del Mundial de fútbol. GETTY
Óscar Méndez
Michèle Novovitch

Óscar Méndez y Michèle Novovitch

El próximo Mundial de fútbol se jugará en invierno de manera excepcional para evitar el calor de Catar. Arabia Saudí está cambiando la historia del golf a base de millones y ese mismo país acoge el Rally Dakar. Cada vez son más los eventos deportivos que se celebran en Oriente Medio, un pequeño rincón del mundo que se ha lanzado de cabeza al sportwashing. 

¿Qué es el sportswashing?MICHÈLE NOVOVITCH

¿Qué es? Lo explica Carlos de las Heras, responsable de deportes de Amnistía Internacional. "El sportswashing o blanqueo deportivo consiste fundamentalmente en el uso que determinados países o determinados regímenes hacen del deporte para vender al extranjero una serie de imágenes, de reformas o de aperturismo que realmente poco tiene que ver con la situación de derechos humanos dentro de esos países".

Lo que empezó hace menos de dos décadas como una práctica puntual y aislada (el primer Gran Premio de Bahréin de Fórmula 1 se celebró en 2004) se ha convertido en una estrategia clara de blanqueamiento. El objetivo es que la población piense en grandes logros o eventos deportivos al escuchar el nombre de determinado país en lugar de la falta de derechos que los acompañan.

"Hacen una inversión enorme de dinero, y ese dinero permite muchas cosas que antes quizás no hubiesen ocurrido. El dinero del Manchester City ha permitido muchísimos proyectos de comunidades en Manchester, y ha pasado lo mismo con el Arsenal", apunta Sid Lowe, corresponsal de The Guardian en España.

Poco a poco y con el paso del tiempo estos estados han comprobado que sus cuantiosas inversiones les han dado resultado. En Europa, las principales competiciones deportivas son la Premier League y la Champions League, con un gran impacto en los cinco continentes gracias a los acuerdos con televisiones de todo el mundo. Allí han desembarcado grandes fortunas de Oriente Medio. Mansour bin Zayed Al Nahyan (Emiratos Árabes Unidos) es el dueño del City desde 2008, el Newcastle pertenece desde hace unos meses a Mohammed bin Salman, la persona detrás del Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí y Nasser Al-Khelaïfi preside el PSG desde el 2011, cuando el fondo soberano catarí Qatar Sports Investments (QSi) compró el club.

"Hacen una inversión enorme de dinero, y ese dinero permite muchas cosas que antes quizás no hubiesen ocurrido"

Sid Lowe Periodista de The Guardian

En España estas fortunas apenas tienen presencia. El caso más claro es el de la UD Almería. En el verano de 2019, el jeque Turki Al-Sheikh, natural de Arabia Saudí, compró las acciones del club andaluz con el ambicioso objetivo de devolverlo a Primera División, algo que ha conseguido este mismo año tras una fuerte inversión. Anteriormente, Abdullah ben Nasser Al Thani adquirió el Málaga en 2010, lo llevó a los cuartos de final de la Champions League y reunió a jugadores de la talla de Cazorla, Joaquín, Demichelis o Ruud van Nistelrooy. Sin embargo, su ambicioso plan se vino abajo tras discrepancias con el ayuntamiento de la ciudad y acabó desligándose del equipo en 2019.

Al Thani, junto a Florentino Pérez, durante su etapa al frente del Málaga.  GETTY
Al Thani, junto a Florentino Pérez, durante su etapa al frente del Málaga. GETTY

Colaboradores necesarios

El sportwashing necesita cooperación. Son varios las organizaciones y países que han tendido la mano a Oriente Medio para beneficiarse de sus elevadas inversiones. Además de las mencionadas Premier y Champions League, España, por ejemplo, ha llevado la Supercopa de fútbol a Arabia Saudí entre una fuerte polémica y cada día son más las competiciones que trasladan sus torneos a lugares desérticos.

Para contrarrestar esto o al menos que la opinión pública ponga el foco en esta práctica ya muy extendida, De las Heras tiene clara la fórmula. "Si entre los temas de conversación incluimos no solo si la convocatoria de Luis Enrique debería ser esta u aquella, sino que '¿sabemos qué hay detrás de la construcción de este estadio o de la organización de este Mundial?' Si estos temas de conversación empiezan a entrar en las tertulias de amigos o aficionados, será un punto positivo, un gol que hemos marcado"

"El sportswashing consiste en el uso que determinados países hacen del deporte para vender al extranjero una serie de imágenes que poco tienen que ver con la situación de derechos humanos dentro de esos países"

Carlos de las Heras Responsable de deportes de Amnistía Internacional

La Fórmula 1 celebra hasta tres Grandes Premios en Oriente Medio mientras que MotoGP abre desde hace unos años su temporada en Catar y el año que viene visitará Arabia Saudí. Este último país se ha convertido en uno de los principales rings de boxeo del panorama internacional. Una de las últimas organizaciones en contribuir al sportwashing ha sido la NBA, que en junio anunció que en la presente pretemporada Atlanta Hawks y Milwaukee Bucks disputarán dos amistosos en Abu Dhabi, país que estuvo a punto de llevarse la Copa Davis a su país, aunque finalmente no consiguieron cerrar el acuerdo. Esta misma semana, representantes de la Euroliga estuvieron en Dubái para "identificar oportunidades de colaboración potencial" y en el país de Oriente Medio se habla de una oferta de patrocinio que superaría los 50 millones de euros anuales.

Partido de NBA entre Bucks y Hawks celebrado en Abu Dhabi hace unos días.  GETTY
Partido de NBA entre Bucks y Hawks celebrado en Abu Dhabi hace unos días. GETTY

El dinero no es un problema para ellos. Según un informe de The Guardian publicado hace unos meses, Arabia Saudí ha invertido más de mil millones de dólares en labores de sportswashing y no se piensa detener en los próximos años. Su último logro es conseguir organizar los Juegos Asiáticos de Invierno en 2029 en pleno desierto. ¿Cómo? Con una inversión de 500.000 millones de dólares para construir un mega complejo para ello y que tiene como objetivo final poder albergar unos Juegos Olímpicos de Invierno.

Otros rincones

Pero no solo en Oriente Medio han apostado por el sportswashing. China, por ejemplo, ha organizado en menos de tres lustros unos JJOO (2008) y unos de JJOO invierno (2022), mientras que Israel ha apostado por crear sendos equipos ciclistas de primer nivel además de patrocinar otros clubes deportivos por todo el mundo.

"Si estos temas de conversación empiezan a entrar en tertulias de amigos o aficionados, será un punto positivo"

Carlos de las Heras Responsable de deportes de Amnistía Internacional

Sin embargo, el futuro avanza hacia que los eventos deportivos se acerquen todavía más a Oriente Medio, que baña de millones una campaña con la que ha conseguido cambiar el imaginario de buena parte de la sociedad. "¿Hasta qué punto una cuestión ética está por encima de una cuestión económica?", se pregunta Lowe.