Homenajes, mística y un penalti fallado pusieron punto y final a los últimos 13 minutos de la carrera de Alex Morgan
La mítica jugadora estadounidense, delantera de San Diego Wave, disputó su último partido como jugadora profesional.
Las horas previas al último partido de la carrera de Alex Morgan fueron un continuo homenaje hacia ella después de que anunciara su retirada del fútbol hace unos días. Llegó el temido momento, en su partido número 150 en la liga estadounidense y el número 200 en el fútbol de clubes, y las redes sociales se llenaron de nostálgicos. Compañeras, deportistas, personas de todo el mundo, aficionados, celebridades... Nadie quiso perder la oportunidad de mandar un último mensaje a la que ha sido durante los últimos años uno de los mayores iconos que ha tenido el fútbol femenino. Por ello y por el capricho del fútbol, su último partido tuvo de todo, incluso un punto místico.
Alex Morgan llegó al Snapdragon Stadium acaparando todos los focos y acompañada por su hija Charlie. Con ella hizo que el fútbol femenino fuera un lugar más seguro. Luchó por las mejoras y las facilidades para todas aquellas futbolistas que también fueran madres durante su carrera deportiva, alzando la voz y lanzando al mundo un potente mensaje antes y después de los partidos con su bebé en brazos.
Dentro del estadio se habilitó una parte más de la grada y se abrieron nuevos sectores para el partido ante North Carolina Courage. Además, el partido fue televisado por las grandes cadenas estadounidenses a la vez, siendo la primera ocasión en la que sucede para un evento deportivo femenino. Nadie quería perderse el momento. Las emociones estaban a flor de piel. Algunas de sus compañeras llegaron al estadio con las camisetas de juego y su dorsal en la espalda, otras, aprovecharon la indumentaria especial que la franquicia hizo para la ocasión con la palabra "San D13goat" en la parte delantera.
Todos y cada uno de los detalles estaban cuidados al milímetro. Además de todos los pequeños homenajes que se fueron haciendo durante la previa del partido, donde ganaron las pancartas en las gradas del estadio, todo el equipo saltó al campo con la mítica cinta rosa que Alex Morgan ha lucido durante su carrera en la cabeza y que también llegó a convertir en uno de sus símbolos más característicos que las niñas han ido copiando con el paso de los años.
También estuvo arropada por su familia. Saltó al campo con su hija Charlie para escuchar el himno y después posó junto a los suyos y una camiseta conmemorativa para el recuerdo. Por última vez, ofreció el discurso de capitana antes del arranque del partido: "No importa que, solo sed vosotras". A partir de ahí, el resto fue historia.
for one last time, @alexmorgan13 brings the soccer world its feet 👏 pic.twitter.com/NVv6ItlH6I
— San Diego Wave FC (@sandiegowavefc) September 9, 2024
Un penalti fallado que 'maquilló' la mística
Parecía que el guion estaba escrito. North Carolina se adelantó con un remate de cabeza a los cuatro minutos y, poco después, una mano en el área contraria dio la oportunidad a San Diego Wave de empatar el encuentro desde el punto de penalti. Cuando la colegiada pitó la mano, todas las miradas se volvieron a Alex Morgan, la especialista y encargada de lanzar, pero Casey Murphy -compañera en la selección- detuvo el lanzamiento y se encargó de amargar, por un breve instante, la tarde-noche de la ya leyenda estadounidense.
A Alex Morgan no le quedó otra que reírse, y así lo hizo. Todo estaba planeado para que abandonara el terreno de juego en el minuto 13, haciendo un homenaje -otro más- al dorsal que siempre ha ido de la mano de la delantera tanto en la selección como en los clubes en los que ha jugado. Pero antes, cuando el marcador entró en el minuto señalado, llegó el empate de San Diego. En su minuto. En su número.
Instantes después todo se detuvo y los recuerdos inundaron el estadio. Alex Morgan se quitó las botas, todas las jugadoras que estaban sobre el césped, incluyendo sus rivales, se juntaron para despedirla con un pasillo y una gran ovación que levantó al público de los asientos. Entre lágrimas abandonó el terreno de juego, agradeciendo a su público todo el cariño que estaba recibiendo en el momento y dejando para los libros de historia los 13 años de carrera en la élite del fútbol mundial.
"He crecido en este equipo, fue mucho más que fútbol. Se trató de las amistades y del enorme respeto y apoyo entre nosotras, el trabajo para impulsar las inversiones globales en el deporte femenino, y los momentos clave de éxito dentro y fuera del campo", dijo Morgan. "Estoy increíblemente honrada por haber representado este escudo durante 15 años", añadió.