El salto de nivel que Julián Alvarez regala al Atlético y ratifica el cambio de rumbo de Simeone

El Atlético de Madrid de la 23/24 fue un equipo que llegó a jugar muy bien durante tramos, con partidos que enseñaban un cambio de piel, una muda que para llegar a completarse necesitaba de un salto de nivel en algunas zonas para que así la teoría de la manta dejase de pesar tanto. Simeone se encontró con que si su equipo jugaba con muchos metros a su espalda, las transiciones le exponían, y que si buscaba transitar iniciando desde un bloque muy bajo, la poca contundencia y falta de calidad defensiva en área propia impedían dar fuerza al plan. Julián Alvarez es un salto a lo desconocido en un momento de proyecto delicado, una apuesta hacia el camino tomado por Simeone que multiplica el poder de su mensaje.

El argentino no es un delantero centro, un jugador que nazca desde la punta para morir en ella, sino que su dinamismo y movilidad permiten situarle como un atacante sin ataduras, un segundo punta que agite aquellas zonas que más daño hacen al rival, con movimientos largos y potentes y una energía que parece no tener fin. Así, podrá convertir la apatía del Atlético en vitalidad, transformando la sensación de pesadez e incapacidad en un ejercicio de voluntad que de seguro terminará por abrir nuevas puertas.

En el City, Julián ha jugado su mejor fútbol no como el sustituto de Haaland, sino junto a él. Sin De Bruyne (lesionado de agosto a enero del pasado curso), Guardiola optó por situar a Foden y Julián por dentro y por detrás de Haaland, en una pareja vertical, de movimientos cortos y agresivos y mucha determinación. En aquellos meses, el argentino aportó a Guardiola algo diferencial: desmarques, apoyos y rupturas con las que barnizar su ataque posicional, sumando una amenaza más para correr al espacio. En ese sentido, la noticia para el Atlético es fantástica, pues con Sorloth como delantero centro, Julián puede ser el complemento ideal cerca de él.

Solo Marcos Llorente es capaz de realizar movimientos tan largos para abrir defensas y desordenar al contrario. Con un Griezmann cerebral, alejado de todo esfuerzo vertical en pos de la gestión del juego, Julián es el contrapunto perfecto para alimentar la plenitud de Koke y Griezmann, además de liberar a Sorloth para que pueda tener más espacios. Fueron 19 goles y 13 asistencias en el Manchester City la pasada temporada (54 partidos disputados) mejorando, como se ha escrito, cuando jugó al lado de Haaland y no por él.

Otro de los puntos que mejora el argentino es la variedad en los ataques posicionales del Atlético. Julián llegará con dos años de máster bajo las órdenes de Guardiola, habiendo jugado de delantero centro, interior o extremo en un equipo riquísimo en su expresión futbolística, trasladando ese conocimiento aprendido a un conjunto que evoluciona y sigue buscando los futbolistas para confirmar el siguiente nivel. No hay en el mercado muchos delanteros que sean tan útiles como atacantes de bloques bajos por lectura, timing e intención. Allí, Julián supone un salto enorme.

Son este tipo de jugadas las más valiosas en Julián. Zarpazos que ejecuta con la velocidad de un felino y la clase de un aristócrata. En un equipo que quiere juntarse alrededor de la pelota y que tiene en Griezmann y Koke la pareja que mueve al equipo, contar con un futbolista tan generoso y creativo en su movilidad como el argentino es oro, porque amplía las posibilidades del equipo además de reforzar la identidad que ya se construye.

Fue el atacante de la Premier League con más presiones ajustadas al valor de la posición (37,5 por cada 90 minutos, según StatsBomb), además de ser el tercero que más presiones ganó, con 4,25. El argentino corre, aprieta y ahoga primeros pases sin importar el recorrido que tenga que sumar a sus piernas. Permitiría desahogar a Griezmann de esfuerzos largos y compensaría la pasividad de Sorloth en algunas tareas defensivas. Para construir un modelo proactivo es tan importante lo que hace con balón como los mensajes que lanza sin él.

Con todo, Julián representa una mejora abismal y una apuesta firme por estirar y renovar el proyecto. Lejos de ser otro jugador más que añadir a la larga lista de incorporaciones recientes, el ex de River Plate marca una diferencia y se distingue por lo que representa, y aún más importante, lo que puede terminar siendo para la historia del club. Así de serio es el fichaje.