La rajada de Braulio sobre el Chimy Ávila deja al aire las heridas sin cerrar con Osasuna
El argentino llega al Betis para relanzar una carrera que nunca volvió al punto en el que estaba cuando se rompió su fichaje por el Barça. "Aquí no estaba a nivel mental, así no podía rendir".

Se acabó la etapa del Chimy Ávila en Osasuna, una historia de amor que se fue vaciando hasta un divorcio que corre el riesgo de acabar con más renglones torcidos que con un abrazo. Porque ha habido muchas tiranteces en los últimos meses entre un jugador volcánico, indomable, tanto dentro como fuera del terreno de juego, bien lo saben en Osasuna... y en Pamplona. Le espera el Betis, esperanzado con que el rosarino, nacionalizado español, encuentre su lugar en el mundo en una ciudad especialmente tentadora.
La relación entre club y jugador se ha ido erosionando en los últimos tiempos hasta acabar rompiéndose con su traspaso al Betis. Braulio Vázquez, director deportivo rojillo, lo ha verbalizado ante los medios de comunicación mientras valoraba el cierre de la ventana del mercado de invierno. "Estoy satisfecho. Si el Chimy se hubiese quedado aquí hubiera valido menos dinero", comenzó valorando.
"Su ciclo había terminado aquí. Y va a marcar goles en el Betis y lo hará bien. Aquí no estaba a nivel mental y así no puedes rendir, es imposible", relató Braulio, quien fue más tajante sobre la aparición ante los medios, durante el proceso del fichaje, del agente del jugador, Carlos Bilicich, confirmando las negociaciones entre Osasuna y Betis: "Se lo he dicho al jugador, por eso no tengo problemas en decirlo aquí, me pareció lamentable".
Braulio, además, lanzó una crítica al Chimy y a lo que sucede con los futbolistas con los traspasos y las subidas de sueldo. "Teníamos claro que como club marcar una pauta. Si cada uno que viene se quiere ir… Si cuando te fastidias, te lesionas, te quieres ir, pero si cuando lo haces bien, te subimos el salario. Entonces, ¿el club qué? El club se ha portado muy bien con el Chimy, hemos llegado a un acuerdo satisfactorio porque él ha puesto también de su parte", concluyó.
El traspaso 'roto' al Barça
El Chimy estuvo a punto de tocar el cielo justo ahora hace cuatro años, cuando con su traspaso hecho al Barça se rompió la rodilla en un Osasuna-Levante. Descarriló una carrera que nunca volvió a ese punto kilométrico, que no era otro que listo para saltar a un grande. Pero el salto acabó en las catacumbas del fútbol, es decir, quirófano y camilla de fisioterapeuta.
Volvió a la casilla de salida, pero el destino se ensañó con el Chimy, porque ocho meses después se rompió el cruzado de la otra pierna. Un túnel profundo, frío y deprimente, que ha perseguido al delantero de manera insistente. Osasuna le renovó en 2022, hasta 2026, pero algo se rompió la temporada pasada, la de la 22-23, porque nada volvió a ser como era.
El curso pasado firmó nueve goles en 36 partidos, su mejor dato desde que había firmado 11 en solo 22 partidos antes de la primera lesión de gravedad. En la 21-22, ya recuperado de sus dos cruzados, logró siete en 38 encuentros. En total deja la rojilla con 123 partidos y 29 goles. Un Comandante al que seguramente el paso del tiempo le ayudará a ubicarse en un lugar de privilegio en la historia reciente de Osasuna. Conectó con la grada como pocos jugadores en los últimos tiempos, más allá de la intermitencia más reciente.
Esta mitad de campaña ha sumado 19 partidos, dos goles... y dos rojas, sendas acciones contra Athletic y Atlético que le valieron la reprobación de Arrasate ("esto no es Osasuna"), con el que su relación ha ido decreciendo hasta que llegó a un punto de lejanía difícilmente recuperable. El jugador se encontraba lesionado en estos momentos. Su última vez de rojillo fue el 4 de enero.
"El Chimy necesita una capa para creerse Supermán otra vez", aseguran quienes mejor le conocen. La buscaron en verano, cuando el Granada quiso llevárselo aunque sin presentar una oferta en condiciones. Y la han encontrado ahora en el Betis, de la mano de un Pellegrini que ha apostado por el de Rosario, en un escenario ambicioso y exigente, en el que no le valdrán excusas, porque los focos le apuntarán de lleno. Hambre y ganas le sobran al argentino, que llegó a acariciar la internacionalidad absoluta con España. La oportunidad que se ganó hace tiempo y lleva meses esperando ya está aquí. En sus pies y cabeza está aprovecharla.