Álvaro Morata no encuentra un respiro y está abocado a un nuevo cambio
El delantero de la Selección está cerca de cerrar su traspaso al Galatasaray, sólo cuatro meses después de llegar a Milán.

Álvaro Morata vive atrapado en un torbellino que no le da tregua. Su carrera, marcada por constantes cambios y altibajos emocionales, se ha convertido en una montaña rusa que, lejos de estabilizarse, parece acelerarse a cada paso que da. El delantero español, capitán de La Roja en la Eurocopa de 2024, alcanzó la gloria el pasado verano al levantar el trofeo en Berlín. Sin embargo, esa victoria, que debería haber sido el punto culminante de su trayectoria, estuvo rodeada de tensión, dudas y una lucha interna que él mismo ha reconocido públicamente.
La intensidad con la que Morata vivió el torneo fue absoluta. Durante los meses de concentración, soportó una presión que, en ocasiones, pareció sobrepasarlo. En los cuartos de final contra Alemania, tras una agónica victoria, se le pudo ver derrumbado en el césped, llorando junto a Álex Remiro. Era la expresión física del peso que cargaba sobre sus hombros. Aquel torneo no solo era una oportunidad de hacer historia con España, sino también una batalla personal en la que el delantero peleaba contra su propia mente.
Mientras aún estaba en Alemania, en plena euforia de la Eurocopa, Morata tomó una decisión que parecía cerrar una etapa en su carrera: aceptar la oferta del Al-Qadsiah saudí. Su futuro parecía estar decidido. Sin embargo, cuando tuvo el contrato delante, se echó atrás. En cuestión de horas, pasó de estar comprometido con el fútbol árabe a reafirmar su compromiso con el Atlético de Madrid. A medianoche su destino parecía sellado, pero al mediodía del día siguiente, todo había cambiado. Incluso el club rojiblanco publicó una imagen del jugador con un mensaje claro: "No puedo imaginar lo que tiene que ser ganar con esta camiseta y no voy a parar hasta conseguirlo".
La tranquilidad apenas duró unos días. Antes de que pudiera asentarse en Madrid, Zlatan Ibrahimovic, directivo del AC Milan, lo llamó personalmente para convencerlo de que fichara por el equipo italiano. Y lo logró. Morata terminó firmando con el conjunto rossonero tras la Eurocopa, añadiendo otro giro inesperado a un verano caótico. Su fichaje coincidió con unas declaraciones que sacudieron el mundo del fútbol: antes de las semifinales del torneo, en una entrevista con El Mundo, insinuó que podría dejar la Selección tras la Eurocopa. Sus palabras sorprendieron a todos, ya que aún estaba en plena competición y ostentaba la capitanía de La Roja. "Es probable que deje la Selección tras la Eurocopa", dijo.
El caos continuó. A su llegada al Milan, Morata encontró estabilidad en lo deportivo. Bajo las órdenes de Sergio Conceiçao fue titular y, en solo unos meses, consiguió su primer título con el club: la Supercopa de Italia. Pero fuera del campo, la tormenta seguía. En su primera convocatoria con la Selección tras la Eurocopa —después de perderse una por lesión—, el delantero confesó en una entrevista con COPE que sufría depresión. "Cuando tienes depresión, da igual el trabajo que hagas. Hay otra persona dentro de ti contra la que hay que luchar", explicó.
El futbolista también reveló que estaba grabando un documental sobre su vida, donde hablaría abiertamente de su salud mental, como nunca antes lo había hecho. Un proyecto que busca mostrar el lado más humano de una carrera llena de éxitos.
Sin embargo, la inestabilidad parece no tener fin para Morata. Apenas seis meses después de su llegada a Milán, su futuro vuelve a estar en el aire. A pesar de ser titular y de haber levantado un título con el club, su destino podría estar en Turquía. El Galatasaray está cerca de cerrar su fichaje, un movimiento que sorprende por la rapidez con la que se está dando. No tiene respiro. En menos de un año, podría cambiar de equipo en dos ocasiones, ha vivido la presión extrema de una Eurocopa como capitán, ha lidiado con problemas de salud mental y ha estado al borde de dejar la Selección.
Este nuevo giro inesperado podría sumarse a la larga lista de movimientos que sitúan a Álvaro Morata como uno de los jugadores que más dinero ha movido en traspasos. Un total de 202 millones de euros. El Atlético, el Getafe, el Real Madrid, la Juventus, el Chelsea, el Milan y, próximamente, el Galatasaray.
La carrera de Morata sigue sin encontrar anclaje. A sus 31 años, ha demostrado una capacidad innegable para levantarse una y otra vez, pero cada decisión que toma parece llevarlo a otro volantazo inesperado. Mientras muchos futbolistas buscan tranquilidad en la madurez de su carrera, él sigue atrapado en un carrusel que no se detiene.