Marruecos vuelve a marcar el ritmo del Mundial 2030 con España muy devaluada ante FIFA y con la final más en el aire de lo que parece
La inestabilidad de la RFEF en los últimos 15 meses pasa factura y obliga a España a reconquistar prestigio internacional en el pulso por la final a la que aspira el Santiago Bernabéu.
Han sido unos meses caóticos para la Federación y, con ella, para el prestigio del fútbol español. Dos presidentes que han salido por la puerta de atrás, suspensiones, inhabilitaciones, intervenciones policiales en la Ciudad del Fútbol, pulsos con el Gobierno, supuestas alarmas en UEFA y FIFA para asustar con que nos iban a quitar el Mundial (interesadamente filtradas por los que defendían a Rubiales primero y a Rocha después), sedes que no se ponían de acuerdo... y que siguen amenazando con dar guerra. Nada parecía salir bien por el lado español.
Bueno, pues a pesar de todo eso, nada ha conseguido quitarle el Mundial de 2030 a la candidatura conjunta de España, Portugal y Marruecos. Aunque lo que quizá sí ha dejado claro es que este orden no es el real en cuanto importancia dentro de la misma. Marruecos, que desde el primer momento ha sido muy consciente de su peso específico en toda esta jugada, volvió ayer a liderar el paso de la Candidatura, dejando muy claro que han sido los más reforzados después de todo este proceso.
Cada uno de los tres países que forman la candidatura tomó la palabra, en el definitivo Congreso Extraordinario FIFA que hacía oficial el Mundial 2030, con sus mejores galas. De nuevo España volvía a presentarse sin presidente, como casi siempre en todo este proceso. El marrón le tocó a una inédita hasta ahora María de los Ángeles García Chaves, Yaye (la mujer de confianza de Pedro Rocha que estuvo a punto de presidir la RFEF y que lidera la Comisión Gestora). Como leyenda del fútbol nacional, escogieron al exdelantero del Athletic y campeón del mundo, Fernando Llorente.
Detrás de este éxito están varios meses de tensión entre los tres países, siempre con España como foco de la misma. Un presidente suspendido, ahora otro inhabilitado, incertidumbre, retrasos en los trabajos comunes... Y, mientras, un equipo que hacía lo que podía sin que nadie en la RFEF les prestase demasiada atención. Fernando Sanz y Jorge Mowinckel han puesto la cara a la hora de defender los intereses españoles en todo este proceso, lastrados por una polémica María Tato que ha dejado un reguero de críticas entre todos los que han compartido este proceso con ella.
Ahora ya da igual. FIFA tiene el mando absoluto de todos los preparativos y va a enfocarse, primero, en el de 2026 de EE.UU. Pero algo queda. Gianni Infantino, presidente de FIFA, tiene una íntima relación con la Confederación Africana, que siempre ha sido uno de sus principales apoyos. "Marruecos se ha comido a España", asegura sin titubear una fuente directa del proyecto. Portugal, por su parte, tenía muy claro lo que quería desde el principio y lo consiguió: sus sedes clarísimas (con algún problema subsanable en el José Alvalade) y una semifinal.
Marruecos ha llegado a esta línea de meta con una impecable eficiencia de su equipo, respaldado de forma absoluta por la familia real, y sin mayores problemas en darle a FIFA todo lo que pedía, en todo momento. Aunque, para ser justos, es muchísimo más fácil ser así de complaciente cuando no tienes los mismos "problemas" de libre mercado, margen de maniobra sindical, libertad de prensa y gestión de bienes privados que en una democracia europea, claro. Competir con países como Catar, Marruecos o Arabia Saudí desde un país con todas las garantías democráticas aseguradas es mucho más complicado.
El caso es que entre los responsables de los equipos portugués y marroquí, la experiencia que ha dejado la RFEF ha sido muy mejorable. "Han sido siempre un caos y han perdido credibilidad", explican. FIFA ha tomado nota de todo. Han visitado las sedes y han conocido de primera mano los problemas que aparecían en todas ellas. Al final, a pesar de todos los esfuerzos por parecer incapaces de organizar un evento de esta magnitud, ayer todo fueron sonrisas y medallas
Una final que va a dar guerra
A pesar de lo muchísimo que se ha especulado durante los últimos meses, no es cierto que hayan negociado ya sobre la sede de la final del Mundial 2030, pero sí tienen más o menos claras algunas cosas: ningún país repetirá partido inaugural y final, Portugal está fuera de esa pelea y España y Marruecos... tendrán que discutirlo. Y mucho. La Casa Real de Marruecos no esconde su ambición: van a muerte por la final.
Han planeado construir el mejor estadio de fútbol del mundo, mastodóntico y que suponga un legado a la cultura de Marruecos a mayor gloria de su monarca: con 115.000 espectadores, 6,091 metros cuadrados de zona VIP, casi 800 de zona mixta, casi 600 localidades para sillas de ruedas y más de 90,600 metros cuadrados de hospitality. En realidad, hasta al menos 2027 no será oficial la sede del 2030 (la de 2026 se ha conocido este año).
En el ambiente está un comentario que parece una verdad indiscutible: "¿Pero cómo no va a pesar más la historia del Santiago Bernabéu para un partido así?". Y es verdad. Además, ahora mismo las relaciones entre Florentino Pérez y Gianni Infantino son inmejorables, con el conjunto blanco siendo uno de los soportes principales de su Mundialito de Clubes. Es decir: la final tiene a su mejor aliado no en la RFEF... sino en el Real Madrid. El problema es que, para tomar esa decisión, todavía faltan la menos tres años (seguramente más). Y, ahora mismo en ese esprínt, España va muy por detrás.