El Real Madrid sigue luchando contra sí mismo y el VAR se pega otro tiro en la sien

La duda es saber cuál de las dos situaciones tiene más gravedad. Si la de un Real Madrid que se descompuso de mala manera en un partido que olía a goleada a su favor con una renta de dos goles y el rival medio entregado, o la de un VAR que volvió a pegarse un tiro a sí mismo y nos obliga a seguir pensando que no ha llegado al fútbol para hacerlo más justo, como todos esperábamos. Es imposible separar una tendencia de la otra. Llegaron unidas en cuestión de un minuto. De un claro penalti de Lunin no pitado en el área blanca a un supersónico gol de Mbappé en el área celeste. Nunca se sabrá qué hubiera pasado en este partido de Copa si el árbitro y su enemigo del VAR hubieran arbitrado correctamente la acción. Siempre nos quedará la duda. Sobre todo al Celta y al celtismo.
De lo que no cabe la menor duda es que el Real Madrid sigue luchando contra sí mismo. Su objetivo era aprovechar el calendario benigno para recuperar la confianza perdida, pero parece que no le va a ser tan fácil salir de su estado depresivo, acrecentado por la goleada de la Supercopa. Ancelotti, silbado al principio del partido, quiso dejar huella en la alineación con media docena de cambios.
Alguno de ellos tenía el descanso como principal coartada, pero otros también podían tener un punto de toque de atención. Dos jugadores salieron especialmente reforzados en el disparate de partido: Tchouameni, que de mediocentro recupera el aire y vuelve a ser jugador de fútbol y Brahim, más fresco físicamente y con ganas de demostrar que los delanteros también pueden defender o al menos echar una mano en situaciones puntuales.
Capítulo aparte merece también la figura de Mbappé. El francés volvió a tomar los mandos de su equipo en casi todas las acciones ofensivas. Kylian crece y crece, mientras a Vinicius le cueste volver a recuperar su protagonismo del pasado reciente, aunque marcara un buen gol. En su duelo particular, Mbappé ya suma 16 goles en seis competiciones distintas, mientras el brasileño se queda en 14. El 'pique' entre ellos solo puede favorecer al equipo.