OPINIÓN

El Real Madrid cierra el debate del estilo: "Prefiero correr"

Mbappé, durante el partido contra el Espanyol. /EP
Mbappé, durante el partido contra el Espanyol. EP

No pareció que fuera un partido para ese 4-1. O sí. Por un lado, el Espanyol defendió bien, con orden, con ayudas, con un gran portero durante más de una hora y hasta se adelantó en el marcador. Pero, por otra, el Real Madrid remató en 31 ocasiones, 14 entre los tres palos y cuando sintió el picotazo del gol en contra, se desmelenó como le gusta hacer cuando se pone por debajo y se llevó al enemigo por delante. Gustos al margen, la única realidad es que los de Ancelotti le dieron a su afición lo que según el técnico italiano más le gusta: ganar y, además, con goleada.

Abierto el debate puramente futbolístico sobre si el Madrid tiene que dominar los partidos, encerrar a sus rivales en su área y desde ese ataque posicional llegar a la victoria o, por el contrario, debe plantarse en en su campo, cerca de la divisoria y a partir de ahí buscar los espacios con acciones de contrataque. El equipo contestó: nos gusta más correr como en la segunda parte que dominar y tener el balón como en la primera. Que este equipo sepa reaccionar a lo grande cuando ve peligrar el triunfo no es noticia. Es algo intrínseco en su ADN. A veces parece que no tiene prisa en ganar porque sabe que más pronto que tarde lo hará. Y el gol del contrario es la alarma necesaria para forzar la máquina.

Ancelotti sigue con las pruebas y los descansos. Aun con los lesionados, le sobra nómina para sacar adelante estos partidos. Además, en caso de peligro tiene a los 'rotados' en el banquillo para recurrir a ellos cuando haga falta. Entiéndase la entrada de Vinicius como ejemplo clarificador. Mbappé, aún sin Vinicius, siguió jugando como delantero centro. Rodrygo comenzó por la izquierda, que dice que es por donde más le gusta jugar y Güler por la derecha, que es por donde más puede explotar su perfil izquierdo.

Extrañó que Endrick no tuviera más minutos, pero mucho me temo que el brasileño va a pasar por el mismo purgatorio por el que pasó el turco el año pasado. Es la ley de Ancelotti. Los jóvenes poco a poco. Respeto a la veteranía.