REAL MADRID - ESPANYOL

Vinicius recupera la samba para rescatar al Real Madrid y golpear a un combativo Espanyol

El brasileño entró en el segundo tiempo para asistir, marcar y confirmar la remontada.

Jorge C. Picón

Jorge C. Picón

Al Real Madrid se le pedía jugar mejor y llegó su primera gran noche de fútbol. No sin esfuerzo, pues se vieron obligados a remontar, pero lo merecieron en todo momento y acabaron goleando (4-1) a un Espanyol que peleó, pero demostró porque va a sufrir durante toda la temporada. Mbappé, Rodrygo, Bellingham... todas las piezas parecieron encajar y sólo la falta de acierto impidió un castigo mayor para los blanquiazules. La estrella fue un Vinicius que recuperó la samba cuando más lo necesitaba su equipo.

La primera parte fue un asedio. Especialmente los primeros 25 minutos en los que el Madrid sometió al equipo visitante sin piedad. El problema: cambió la efectividad de los últimos encuentros por buen juego. No consigue mezclar ambas cosas y le costó marcharse al descanso con empate a cero en el marcador. Ha dejado de ser casualidad, pues de las cuatro veces que ha jugado en casa esta temporada se ha marchado del primer acto sin ver puerta en todas ellas.

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En el primer acto falló Mbappé, que lo intentó más que nadie pero erró más de la cuenta. Empieza a acomodarse a su nuevo rol de delantero centro y sus compañeros a entender sus desmarques. Resulta imposible ver algunos de sus gestos y no acordarse de cierto portugués que hizo historia en el Bernabéu. Eso sí, si quiere ponerse a la altura de CR7 debe acertar más. Tiró nueve veces y sólo pudo marcar uno de penalti. Los números siguen creciendo: cuarto partido seguido viendo puerta y su sexto tanto como jugador merengue.

El error impropio de Courtois que complicó al Madrid

En el segundo todo se puso cuesta arriba por un error de Courtois. No vale matar al belga, que casi siempre acierta, pero esta vez incumplió una frase del mítico Alfredo Di Stéfano: "No te pido que atajes las que van adentro, pero por lo menos no te metas las que vayan fuera". Un disparo de Jofre que tocaba ligeramente Arda Güler tocaba en el tobillo del belga y se metía en su portería.

El error de Courtois contra el Espanyol. Movistar+
El error de Courtois contra el Espanyol. Movistar+

La grada se quedó fría. El Espanyol demostraba una solidez inesperada y un Madrid de pólvora mojada empezaba a desesperarse. Por suerte para ellos, Joan García equilibró errores con uno muy parecido al de su homólogo pero en área propia. Tampoco se puede reprochar nada al guardameta, que mantuvo vivo a su equipo durante muchos minutos. Realizó10 paradas que quedaron manchadas por ese fallo provocado tras un centro de Bellingham y que aprovechaba Carvajal.

Para culminar la remontada, apareció Vinicius, bajo la lupa por su rendimiento pero al que las críticas no le hacen demasiado daño. Al brasileño le vino bien el poco descanso que Ancelotti le dio dejándole en el banquillo. Entró en el 55 por un Arda Güler que había brillado en la primera mitad y no tardó en revolucionar el ataque blanco. Sólo él encontró el toque preciso en los últimos metros para darle la vuelta al marcador. 

Asistencia medida de exterior a Rodrygo para el 2-1 en el 75' y marcó el 3-1 en el 78', aprovechando una gran asistencia de Mbappé. El de Rio se apoderaba de la celebración de su compañero (manos a las axilas después de un pequeño saltito) y después se fundía en un abrazo con él. Se la devolvió dejándole lanzar el penalti del definitivo 4-1. Mención especial a Endrick, que sigue sin desaprovechar los minutos que le da Ancelotti. En los ocho que jugó forzó una pena máxima.

El Madrid, que recibirá el martes a el Alavés y el domingo visitará el Metropolitano, mete presión a un Barcelona que sigue sin fallar en LaLiga pero que jugará el domingo contra un siempre complicado Villarreal. El Espanyol, que recibirá al Submarino Amarillo el jueves en el RCDE Stadium, sale goleado del Bernabéu pero con cierta moral por haberle plantado cara durante 75 minutos. Eso sí, va a necesitar algo más si quiere vivir alejado de la zona baja en la que está metido.