LIGUE 1

La violencia "ultra" sacude el fútbol francés con los Juegos Olímpicos en el horizonte

El crecimiento exponencial de los incidentes con los aficionados más radicales pone en alerta a los estamentos gubernamentales del país.

Álvaro Gonzalez con los ultras del Marsella en 2021. /EP
Álvaro Gonzalez con los ultras del Marsella en 2021. EP
Alex Matabosch

Alex Matabosch

Que el fútbol es un deporte de masas es más que evidente. Cada fin de semana son muchos los aficionados que se desplazan con la finalidad de ver a su equipo. No obstante, y pese a tratarse de una conducta que ya viene siendo habitual en los últimos años, últimamente son más los casos de incidentes provocados por un pequeño grupo de estos aficionados: los ultras.

Una tónica que empieza a ser cada vez más habitual, especialmente en Francia, lugar en el que los incidentes estos últimos meses han ido en aumento. Es por este motivo que, hace ya unas semanas, el gobierno francés prohibió los desplazamientos de aficionados de ocho clubes franceses para partidos de liga y de la Copa de Francia después de los actos violentos en los que se vieron envueltos algunos de ellos en los últimos partidos.  

Un problema transversal y de mentalidad trasladado al deporte

Para arrojar luz por qué hay tantos incidentes en el fútbol francés hay que entender el carácter de la sociedad francesa. Un carácter que a lo largo de los años han ido construyendo basándose en su historia. La francesa es una sociedad que glorifica mucho la Revolución francesa. Una revolución que, por cierto, fracasó y que terminó con muchos galos sacrificados en la guillotina. Muchos más, incluso, que la Inquisición española. Esta aclamación de unos hechos tan trágicos provoca que los ultras franceses tiendan a romantizar e incluso respaldar la violencia; verla como la única vía para conseguir las cosas.

De hecho, ya hemos visto estos últimos años con todo el tema de los chalecos amarillos, una movilización que tiene su origen en la difusión a través de redes sociales de llamadas de gente anónima con la finalidad de protestar contra la subida exponencial en el precio de los combustibles, la injusticia fiscal y la pérdida del poder adquisitivo.

Este movimiento se define en los medios de comunicación como espontáneo, transversal y sin portavoz oficial. Por poner en contexto, hasta el momento 2.100 manifestantes han resultado heridos, indican los datos del Ministerio del Interior. Según un completo recopilatorio realizado por el diario Mediapart, existen más de 500 casos de evidentes abusos policiales. Entre ellos, hay 22 manifestantes que han perdido un ojo, cinco que se han quedado sin una mano y 210 que sufrieron heridas en la cabeza, entre otras cosas. Todos estos sucesos, ligados a la mentalidad revolucionaria del pueblo francés, explicaría el aumento exponencial de los incidentes en el mundo del fútbol francés.

El Sevilla, salpicado por los incidentes

De hecho, hace unas semanas vimos cómo el Sevilla FC se vio salpicado por toda esta vorágine de incidentes. El conjunto andaluz se jugaba el pase a la UEFA Europa League como tercero de grupo ante el Lens. Lo que no se esperaban los aficionados del Sevilla FC es que la muerte del seguidor del Nantes el pasado 2 de diciembre durante una pelea con los aficionados del Niza iba complicar su desplazamiento a Lens para presenciar el partido de su equipo.

Amélie Oudéa-Castéra, ministra de Deportes del gobierno francés, tras los hechos sucedidos con el aficionado del Nantes, solicitó en una entrevista "una moratoria en los desplazamientos de aficionados" en ciertos partidos, al menos hasta el próximo 18 de diciembre. Una decisión que buscaba "crear un electroshock" para frenar la violencia alrededor del fútbol.

Asimismo, la ministra comunicó en la misma entrevista que los aficionados del Sevilla también se iban a ver afectados por el decreto y no podrían viajar a Lens para el encuentro de Liga de Campeones. Finalmente y tan solo cuatro horas antes del comienzo del partido, el Consejo de Estado de Francia estimó y aprobó el recurso presentado por los servicios jurídicos del club sevillista para permitir la entrada de los aficionados españoles al estadio del equipo francés.

Un inicio de curso complicado

La situación en Francia es grave, muy grave. El fin de semana del 2-3 de diciembre la situación llegó a más. Un aficionado de 31 años, miembro del grupo ultra Brigade Loire, fue apuñalado durante los enfrentamientos previos al partido de la Ligue 1 entre Nantes y Niza. Finalmente acabó falleciendo a pesar de que los servicios de emergencia hicieron todo lo posible por salvarle la vida. Unas conductas que también han llegado a afectar a jugadores y miembros del cuerpo técnico de algunos equipos.

A finales de octubre se vivió otro episodio lamentable en el que el entrenador del Lyon, Fabio Grosso se vio implicado. Fue antes de llegar al estadio del Olympique de Marsella cuando empezaron a lanzar piedras sobre el autocar. Dicho ataque provocó la fractura de varias de las ventanillas del lado derecho, hiriendo de este modo tanto a Fabio Grosso como a Raffaele Longo, segundo entrenador del Lyon.

Unas situaciones que no entienden de medidas de seguridad y a medida que va pasando el tiempo van haciendo el relato de que los grupos ultras tienen el control total y absoluto de la situación. Haciendo inoperante cualquier medida de seguridad existente.

El gobierno francés, estancado

Unas situaciones que avergüenzan al mundo del deporte pero que siguen sin erradicarse. Ya han sido varios los intentos del gobierno francés de acabar con estas conductas. En 2021, Roxana Maracineanu, antigua ministra de Deportes, se reunió con todas las partes implicadas para intentar promover varios cambios con la finalidad de actuar con mayor celeridad ante situaciones de este calibre. La ministra pidió colaboración al resto de aficionados porque "es importante que cada uno, en su nivel" pueda ayudar a acabar con los ultras y sus diferentes agresiones. No obstante, dicha reunión quedó sin efecto debido a que los incidentes se siguen sucediendo y cada vez de manera más exponencial.

Por otro lado, otra de las proclamas que solicita la ciudadanía, ajena a estos grupos, es la de la disolución de los grupos ultras. Una medida que ya implementó en 2008 la anterior ministra francesa del Interior, Michèle Alliot-Marie. Ese año el gobierno francés logró disolver varios grupos ultras organizados entre los que se encontraban: los 'Boulogne Boys' del París Saint-Germain y la 'Faction Metz', autores de graves incidentes el pasado 23 de febrero de 2008 en el estadio Gerland de Lyon.

No obstante, y pese a haber puesto el tema encima de la mesa, el gobierno francés sigue sin encontrar una solución para erradicar todos estos comportamientos de nuestro fútbol. Una solución que, con los Juegos Olímpicos a la puerta de la esquina, es de extremada urgencia encontrar.