Un malentendido, un enfrentamiento con la grada y dos minutos de Calero para creer que otro fútbol es posible: "Da gusto ir al voleibol"
El entrenador del Levante defendió a Elgezabal tras encararse con un seguidor que estaba insultando: "Que se marche, que nos deje en paz".
Tras su partido de la jornada intersemanal, Unai Elgezabal protagonizó una de las imágenes más polémicas de la cita en Segunda División discutiendo acaloradamente con un seguidor que estaba en la grada. El asunto no pasó a mayores, si bien el jugador del Levante ha sido algo señalado porque se dirigió a un aficionado de su propio equipo. Más allá de especulaciones y un vídeo en redes sociales en el que no se termina de aclarar qué es exactamente lo que ha ocurrido, el club granota, que empató a cero con el Albacete en el Carlos Belmonte, no se había pronunciado oficialmente sobre este delicado asunto.
Ha tenido que ser su entrenador Julián Calero el que, en la previa del partido ante el Huesca de este domingo, ha dado la cara por su propio futbolista, dando más detalles de lo que había ocurrido y respaldando la decisión tomada. De hecho, ni siquiera fue preguntado y esperó a que acabara su comparecencia de prensa para pronunciar un claro discurso en favor de los valores del deporte.
"Quería aclarar una cosa, un pequeño incidente que pasó al final del partido del otro día con Unai Elgezabal. Hubo un energúmeno vestido con ciertas camisetas que no sé si pertenece a quien pertenece que dijo palabras muy malsonantes e hizo llorar a dos niños pequeñitos. Elgezabal fue a recriminarle y decirle que por favor no dijera esas palabras debido a que esos niños se habían puesto a llorar por su agresividad", comienza.
Aquí ya el entrenador ha cambiado radicalmente los bandos del presunto relato, que habían podido señalar al jugador del Levante como alguien que cuestionaba a su afición y que no tenía especial tolerancia a la crítica. Calero entonces condena enérgicamente el comportamiento del seguidor: "Estamos en un momento y en un mundo en el que personas como ellas sobran sean del equipo que sean y lleven la camiseta que lleven. No se puede permitir que se falte al respeto con esas palabras. A las madres, que están en el cielo algunas de ellas, decir esas palabras... Está muy feo. Ojalá que se descubra quién es".
Es entonces cuando vuelve a dar otra marcha más en un discurso de más de dos minutos para defender y respaldar a su jugador y casi hasta ponerlo como ejemplo por condenar a aquel que falta al respeto: "Mi jugador hizo muy bien y está reforzado por mí en recriminarle que eso no se dice. Yo también se lo hubiera dicho. Eso no se dice. Tenemos que llegar a un fútbol mucho más humano, en el que entendamos las cosas y donde el insulto esté apartado".
“Que se marche, que nos deje en paz”
Pese a no relatar con exactitud cuál fue la actitud del seguidor en cuestión, realiza un alegato donde otro deporte es posible: "El que insulta es a él al que se le aparta, que se marche, que nos deje en paz, a quien sea, que se retire de nuestro lado. Porque nosotros queremos mucho a todo el mundo, a todo el que quiera apoyar. Se puede estar en desacuerdo pero nunca a través del insulto. Nunca. El insulto no está permitido, la falta de respeto no está permitida, la mala educación no está permitida. Y en el fútbol por desgracia hay mucha".
Las comparaciones son odiosas, pero en otros deportes es imposible ver algo así: "Da gusto ir a un partido de baloncesto y ver cómo se comporta el público. Da gusto ir a un partido de voleibol. Y todavía en el fútbol tenemos mucho que aprender. A las personas que hacen ese tipo de insultos, fuera del fútbol. Mi jugador hizo muy bien en decirle que eso no estaba bien y que no debía hacerlo".