Cuando Calamaro iba a ver los partidos del Leganés: "Intentaba pasar desapercibido, nos enteramos mucho tiempo después"
Se cumplen 20 años de las misteriosas visitas del cantautor argentino a Butarque.
La relación de Andrés Calamaro con Madrid se remonta a 1990. En estas décadas como madrileño adoptivo, además de triunfar en la música, le ha dado tiempo a descubrir las madrugadas de la Gran Vía, enamorarse de la feria de San Isidro y recibir la Medalla de Honor de la Ciudad el año pasado... "Tu nombre tiene música", escribió en un poema dedicado a la capital. "Resuena en los clarines de cocido y botellines; de canutos con amigos, de tertulias con poetas. Capital desconsolada del imperio de Almodóvar, mi penúltima morada. Territorio de migrantes, interiores y de afuera; la movida que se mueve, en el arte siempre inquieta (…) Me viste en mis peores días, Madrid o no soy nada".
Y... tanto tiempo en España permitió al Salmón desarrollar una de sus pasiones: el fútbol. ¿Dónde? En uno de los lugares más insospechados que pueda imaginar el lector: el Municipal de Butarque, estadio del Club Deportivo Leganés. Allí acudió a la llamada de Daniel Grinbank, amigo personal y entonces nuevo 'propietario' del equipo del sur de Madrid desde el verano de 2003, en reemplazo de Jesús Polo. El productor musical que llenó el Monumental con los Rolling Stones revolucionó Leganés en tan solo unos meses, aunque nada salió bien...
Tras la 'compra' de Grinbank, avalado por el asesor jurídico del Badajoz hace ahora 20 años, Javier Tebas, Calamaro no dudó en aceptar la invitación de su colega para ir a ver los partidos de su nuevo 'juguete'. El cantante acudió unas cuantas veces al palco de Butarque para mostrarle su apoyo. "Intentaba pasar desapercibido, nos enteramos de que iba mucho tiempo después. Es verdad que las redes sociales no existían; no te enterabas de las cosas como te enteras ahora", explica Javier Herrera, presidente de la Federación de Peñas del Leganés y socio veterano de los pepineros.
"Estuvo en el partido del Real Madrid -en Copa-, y fue varias veces por Butarque. Lo que sí recuerdo de aquella época es que venía al estadio mucha gente famosa, mucha prensa... Incluso dicen que fue a algún entrenamiento. Pero al final, aquella etapa se olvida porque fue un mal recuerdo", añade Javier en conversación con Relevo.
Desde ese momento, el campo del Lega tenía 'barra brava' y concitaba a compatriotas de toda la región. Desde Aluche salían en autobús grupos de aficionados argentinos que se reunían cada dos domingos. La primera alineación dispuso 10 jugadores argentinos -con pasaporte comunitario- y un solo español. El técnico elegido, Carlos Aimar, y el director deportivo, José Néstor Pekerman, también fueron elección argentina. "En un primer momento no fuimos bien tomados mediáticamente, surgió un sentimiento nacionalista... No tuvimos buena ponderación y los resultados no se dieron", lamentó Grinbank recientemente en declaraciones a Radio Cut. Sin embargo, los jugadores argentinos fueron recibidos entre cánticos, bufandas y banderas por un grupo de aficionados en el propio aeropuerto, algo que no es habitual en un club como el Lega. "Fuimos a Barajas a recibirles, ¡fíjate si teníamos ilusión!", indica Jorge Pastor, otra de las voces autorizadas de la afición pepinera.
Calamaro no fue el único compatriota de Grinbank que pasó por Leganés para respaldar el proyecto. En Butarque también estuvieron el presentador de televisión Nicolás Repetto, la actriz Florencia Raggi, el exfutbolista Lucas Castromán o el embajador de Argentina en España en aquella época, Abel Posse. "Ha sido un partido bárbaro; sólo le faltó algún gol", dijo Calamaro en su segunda visita al palco leganense, según recoge la crónica del diario AS de aquel día. Fue un 0-0 contra el Levante, el mismo marcador que el debut contra el Salamanca, un partido que también presenció. Hasta diciembre no llegó la primera victoria como local y la historia de los argentinos en Leganés cambió por completo solo unas semanas después.
En concreto, se torció a 13 días para terminar 2003, cuando la visita en Copa del Real Madrid de los Galácticos no vendió todo el papel y Grinbank vio que sus expectativas económicas se desvanecían. El productor musical se impacientó y decidió largarse cuando no recibió lo que buscaba. "Me fui de Butarque con dos millones menos; fui a por cuatro-cinco millones como subvención (al Ayuntamiento) y el alcalde me acabó regalando la placa de la calle de AC/DC, que está en la ciudad. ¡Ese cuadrito me salió más caro que un Picasso!".
El megaequipo con jugadores como Leyenda, Enría, Chamot, Marini, Calandria y compañía... descendió de categoría en junio de 2004 y para aquel entonces Jesús Polo ya había regresado para rescatar al club. "Lloró delante nuestra después del partido ante el Córdoba. Tenía mucha pena por todo lo que había ocurrido", recuerda Jorge Pastor sobre la última jornada que acabó condenando al equipo al descenso.
Nada se supo de la pasión pepinera de Calamaro la temporada siguiente, ya en Segunda B, ni tan siquiera años más tarde. Por aquel entonces, el mate ya había dejado de beberse en Butarque y el autobús de Aluche (línea 483) había perdido una notable afluencia de camisetas blanquiazules. Eso sí. Todavía hubo un último episodio relacionado con el Lega. El cantautor argentino fue el hombro de Grinbank días después de la derrota contra el Madrid. Fue una noche de enero de 2004 -cuando todo estalló por los aires-, y allí estuvo Andrés para apoyarlo, según desveló el propio empresario en el diario Página/12. "Cuando tomé la determinación (de dejar el Leganés), me fui a la casa de Calamaro y me quedé con él tomando vino y escuchando su música".