La afición del Tenerife prepara una protesta surrealista contra los árbitros que podría incluso suspender el partido: "Pito, pito, gorgorito"

El Tenerife ha consumado su descenso matemático a Primera Federación antes de tiempo, pero continúa defendiendo sus colores con orgullo. Quizás es fruto del despertar del equipo de Álvaro Cervera, que ha pasado de estar desahuciado a pelear hasta el final por una permanencia que parecía y, finalmente, fue imposible. Sin embargo, desde la isla consideran que los arbitrajes han sido tremendamente injustos con ellos, como bien se ha podido observar en las palabras de su entrenador, la voz más discordante contra los colegiados de todo el fútbol español. Que ya es decir. Ahora, la afición ha impulsado una protesta masiva por lo sufrido, que, además de ser revolucionaria, puede sentar un precedente en Segunda División.

La cuenta de X IA Chicharrera (bromea con la posibilidad de que es una inteligencia artificial, pero, lógicamente, no lo es) ha impulsado una iniciativa para condenar la actuación de los colegiados que dice lo siguiente: "Este domingo, trae tu silbato al estadio. Que se escuche nuestros pitos más que los del equipo arbitral" y "¿ya tienes tu silbato? Ante la persecución arbitral sufrida por el C.D. TENERIFE esta temporada que nos han impedido luchar por mantener la categoría, ahora pitamos nosotros. SE NOS TIENE QUE OIR". Junto al anuncio, se puede observar un cartel con un silbato, el lema "este domingo, pitamos nosotros" y la fecha del partido que disputarán el fin de semana contra el Real Oviedo en la penúltima jornada de Segunda División.

Por si aún no se ha asociado, la intención de este aficionado del Tenerife es que desde la grada un importante número de aficionados tengan un silbato en su poder para que, de vez en cuando, suene un silbido que confunda a los jugadores. Puede parecer una banalidad, pero replicar exactamente el mismo sonido que el árbitro va a tocar a pie de césped llevará el partido al caos y los jugadores tendrán plena capacidad de defender que han parado la jugada defensiva u ofensiva por escuchar un pitido. Y será verdad. Más todavía si los silbatos son multitudinarios y suenan de una forma frecuente.

Lo que empezó como una broma pronto se ha convertido en una realidad. El mensaje a través de la red social acumula ya 150 retuits y más de 700 'me gusta', además de más de 125.000 impresiones en el momento de publicación de este artículo. Resulta que los seguidores del Tenerife lo han considerado una buena idea y lo piensan replicar. Tanto que la cuenta se ha venido arriba y continúa con otro cartel: "Pito pito gorgorito, contra el Tete, penaltito. Este domingo, pitamos nosotros".

Las consecuencias son impredecibles. Viendo la magnitud de lo ocurrido, la propia cuenta precursora ha avisado a sus seguidores que el objetivo no es estar todo el partido pitando, sino hacerlo en un momento determinado para forzar al colegiado a parar el encuentro y que la protesta se haga masiva. Eso sí, vista la intención, no es descartable que algún alma libre se dedique a pitar continuamente sembrando el caos. Si eso ocurriera, el árbitro, que aún no ha sido designado, se podría ver obligado incluso a la suspensión. Lo más probable es que, en aplicación del protocolo, se avise por megafonía y se cese la actividad. También la seguridad del estadio podría expulsar a aquellos que se sobrepasen.

El club ha llegado a dejar vacío el palco tras líos arbitrales y Cervera se ha empeñado en mostrar su disconformidad: "Hay que sentarse y que esto vaya mejor de lo que va. Yo también tengo hijos y cuando me echan de un equipo por perder también lloran cuando me ven llegar a casa. Mis jugadores también tienen hijos y también lloran. A ver si es que lloran solo los de unos y los de otros no. Yo elegí esta profesión y sé que cuando pierdo me voy a casa y lo paso mal. Si no, elijo otra profesión".

La del último partido fue tajante: "Estoy aburrido de esta gente, totalmente aburrido porque no aportan absolutamente nada. No aportan nada, nada. No me molesta que alguien se equivoque, lo que molesta es esa prepotencia con la que andan por el campo. De verdad que a mí no me merecen ningún respeto. Ninguno. Ni deportiva ni personalmente. Ninguno en absoluto. El mismo que me tienen ellos a mí".