No haría mal Xavi en fijarse en la cintura táctica de Ancelotti

Jornada espesita. Poco fútbol. Detalles sueltos. Los de arriba, con la Champions otra vez a la vuelta de la esquina, jugaron pensando en lo que se avecina. Mal compañero de viaje es el futuro cuando aprieta el presente. Le sucedió al Atlético contra el Girona y también al Real Madrid y al Barcelona. A pesar de todo, ganaron los tres con más pena que gloria. Tópico puro y duro, pero que define a la perfección sus respectivas actuaciones. Fueron tres victorias que generaron dudas. La situación del Sevilla, el cuarto equipo Champions, es distinta. Tenía tanto por hacer ante el Athletic, que no tuvo tiempo para pensar en el mañana. Empató y gracias.

Se viene un Madrid-Barça, el SuperClásico, y llega con ambos equipos empatados a puntos. Igualados a triunfos (siete) y empates (uno). Los dos andan invictos. Luce más el goal average azulgrana, un tanto más a favor y seis menos en contra, pero de sensaciones y estados de forma parecen parejos. A falta de que no ocurra nada raro en sus dos enfrentamientos europeos, los dos técnicos tendrán que tomar una decisión importante. Ancelotti, si Benzema está bien, tendrá que elegir entre Valverde y Rodrygo y Xavi, a espera de recuperar defensas, tendrá que hacer lo mismo entre Gavi y De Jong en el centro del campo. Mojarse toca.

Partidos como el del Celta, sobre todo en la segunda parte, donde el Barça perdió el balón, el dominio de la situación y no extravió los puntos porque Stegen no quiso, tienen que convencer a Xavi de que debe tener un poco más de cintura táctica. No siempre hay que ocupar los espacios en su intocable 1-4-3-3. No pasa nada porque un día, dos o diez, se acople a la realidad creada y cambie el posicionamiento de sus hombres. No siempre se tiene que sustituir a un lateral por un lateral, a un extremo por un extremo y a un interior por un interior. Tal y como estaba el encuentro, la noche pedía un cuarto centrocampista y desde la superioridad numérica en el centro del campo intentar recuperar la posesión y el mando. O lo que es lo mismo, lo que hace con normalidad Carlo Ancelotti, que también tiene como traje de referencia el 1-4-3-3, pero cuando se las ve mal dadas, mete un cuarto hombre en la zona ancha, preferentemente Valverde y pasa al 1-4-4-2 que le permite saltar del repliegue al contraataque. La versatilidad táctica es una de las grandes virtudes del buen entrenador y la veteranía es un grado.

Cuarto gol consecutivo del centrocampista gallego. El Villarreal pasó a ser socio del club de damnificados de Brais Mendez, como antes lo habían sido el Getafe, el Espanyol y el Girona. El internacional -cuatro partidos, un gol con la selección- ha caído de pie en la Real Sociedad. En Donostia están cada vez más convencidos de que los 15 millones invertidos en su fichaje se pueden convertir en un gran negocio económico, al margen del rendimiento que el jugador esta dando sobre el terreno de juego. Brais habla el mismo idioma futbolístico que Zubimendi, Merino y Silva. Toque, desmarque, profundidad, llegada. Desde la banda derecha, a pierna cambiada, ya ha igualado su marca goleadora de los dos últimos años en el Celta y camino va de superar los nueve de la 20-21. En tal estado de forma, que Luis Enrique vuelva a acordarse de él no debería estar descartado. Brais tiene licencia para soñar.

Un empate en el Sánchez Pizjuán y una segunda parte en la que se fue decididamente en busca de la victoria y ocasiones tuvo para ganar el partido, vienen a ratificar todas las notables sensaciones que el equipo de Valverde está ofreciendo desde que comenzara la temporada. Mantiene su tercer puesto en la tabla, lo que le permite continuar siendo el líder de la Liga que no juegan el Barcelona y el Real Madrid, y sus intenciones futbolísticas quedan bien patentes en cada duelo que consume. Desde el 1-4-2-3-1, el Athletic domina los partidos. El regreso de Iñigo Martínez a la defensa le ha dado un punto más de intención en la salida del balón. La profundidad de De Marcos por la derecha hace que el equipo fluya por esa banda. Vesga, con su golazo desde fuera del área, le dice a su entrenador que no se resigna a salir desde el banquillo y crece y crece la omnipresencia de Berenguer por el frente de ataque. Sumen a los hermanos Williams y a Sancet y verán un equipo que quiere decidir dónde está su propio límite.

No se podían imaginar en el club de Cornellá que la revolución en la portería acometida al final del curso pasado fuera a resultar tan traumática. Decididas las marchas de Diego López y Oier -acababan contrato- ficharon al francés Lecomte, que la temporada anterior había formado parte de la plantilla del Atlético de Madrid a la sombra de Oblak sin jugar ni un solo partido. Para completar la posición, el club catalán consiguió, con la Liga ya en marcha, la cesión de Álvaro Fernández, procedente del Huesca. Comenzó jugando el francés los tres primeros partidos y fue expulsado en el tercero contra el Real Madrid. Oportunidad para Álvaro Fernández, que jugó los cuatro encuentros siguientes, pero sus errores ante la Real Sociedad y el Valencia empujaron a Diego Martínez a devolver la titularidad a Lecomte... que tampoco estuvo acertado en Cádiz. ¿Quién jugará ante el Valladolid?

Nunca está de más un paseo por la Premier y más cuando los dos primeros clasificados, Arsenal (24 puntos) y Manchester City (23) están entrenados por dos técnicos españoles, Arteta y Guardiola. Lo del primero comienza a ser algo más que un buen comienzo de temporada. Ante el Liverpool ratificó todas las buenas maneras mostradas desde agosto y derrotó a los de Klopp con muchas de las armas que han caracterizado en los últimos años a los de Anfield. De hecho, este Arsenal presume de intensidad, agresividad, velocidad y valentía. No vuelve la cara. Plantado en un 1-4-2-3-1 muy dinámico y ofensivo manda en los partidos con un 11 que ya comienza a repetirse de memoria: Ramsdale; White, Saliba, Gabriel, Zinchenko (Tierney); Thomas, Xhaka; Saka, Odegaard, Martinelli; y Gabriel Jesús.