Cómo fue el ida y vuelta en un avión de hélice de 25 plazas que cambió la vida de Raúl
Como comentarista de Telecinco formé parte del viaje oficial del Real Madrid a Karlsruhe que catapultó tres días después a un chaval de 17 años a debutar en Primera.

Y pensar que aquella mañana de ventisca y nublada del 25 de octubre de 1994 el avión de hélice de 25 plazas que tenía que transportar a la expedición del Real Madrid hasta Stuttgart para jugar un amistoso contra el Karlsruhe estuvo a punto de no despegar de Barajas y, por lo tanto, de no jugarse el partido en cuestión. ¿Qué hubiera sido entonces de Raúl González Blanco? ¿Hubiera debutado con el primer equipo cuatro días después en Zaragoza? Posiblemente no. O sí. Era tan bueno para sus 17 años que seguro que ya hubiera demostrado sus habilidades futbolísticas a la siguiente oportunidad.
La realidad es que fue ahí, en ese vuelo de ida y vuelta en el día, donde su vida profesional y personal cambiaron radicalmente. Despegó siendo jugador del Real Madrid C y de jugar en Segunda B, con su primer contrato profesional recién firmado, y aterrizó de madrugada con su entrenador, Jorge Valdano, convencido de que cuatro días después iba a debutar oficialmente con el primer equipo en Primera... en La Romareda.
¿Y por qué esa pequeña avioneta de hélices grandes estuvo a punto de no despegar? Simplemente, porque los jugadores del Real Madrid convocados para ese encuentro se negaban a embarcar cuando se enteraron de las reducidas condiciones del aparato. Nadie me lo contó. Como comentarista de Telecinco, junto a mi compañero J.J. Santos, formábamos parte del pasaje. Se trataba, para el Real Madrid, de jugar un amistoso contra el Karlsruhe, entonces club de la Bundesliga, que la temporada anterior le había metido 7-0 al Valencia en otro amistoso y que conmemoraba esa tarde-noche su centenario El partido formaba parte del contrato suscrito entre el club blanco y la cadena televisiva para que ésta financiara el fichaje de Fernando Redondo. Aproximadamente 500 millones de pesetas. El argentino, que había debutado el domingo anterior contra el Compostela era, precisamente, uno de los no convocados
Metido el compromiso con calzador entre las jornadas octava y novena de la Liga y por la propia capacidad del avión, Valdano dejó en casa a gran parte de sus titulares. Solo convocó 15 jugadores entre los que estaban dos chavales del Castilla, Sandro (20 años), Víctor Sánchez del Amo (18) y uno del Real Madrid C, Raúl (17). La presión para no viajar de los veteranos en el aeropuerto, con Míchel y Alkorta a la cabeza, fue considerable. "O se cambia de avión o no salimos". Inocencio Arias, entonces director general del club, era la única autoridad en el viaje, pero no tenía poderes, ni tiempo, para poder contratar otro aparato. Había que ver al bueno de Inocencio, con su capa española característica sobre los hombros, paseando por los pasillos intentando conectar con el presidente Ramon Mendoza que se encontraba en Nueva York en un congreso de la FIFA.
Finalmente se despega. Destino Stuttgart y después 80 kilómetros en autobús hasta donde se disputaba el partido, el Vildparsatdion, previo paso por el hotel para una comida frugal y una siesta de media hora. Raúl compartió habitación con Alfonso. Valdano aprovechaba esos marrones de amistosos para ver de cerca a los jóvenes de la cantera con más proyección. El 6 de septiembre había jugado ya un partido contra el Oviedo en el Carlos Tartiere que formaba parte de las condiciones del traspaso de Prosinecki. El técnico se llevó a tierras asturianas a Gerardo, Jovicevic, Contreras, Santamaría, Luis Martínez, Javi López... y un chaval del 'C', de tan solo 17 años, llamado Raúl. El mismo que saltó al terreno de juego en la segunda parte y marcó el gol del empate (2-2).
Karlsruhe era para Raúl su segunda oportunidad. El partido se jugó a las 19.30 de la tarde y se retransmitió en diferido para España a las 21.00 horas. Ya entonces existía prime time. El once titular estuvo formado por Cañizares; Chendo, Nando, Alkorta, Lasa; Míchel, Milla, Sandro, Dubvosky; Alfonso, que reaparecía después de una grave lesión y Butragueño. Tras el descanso, Víctor entró por Míchel y en el minuto 58, Amavisca y Raúl entraron por Alfonso y Butragueño. Una curiosidad, a los dos suplentes les había correspondido los dorsales 17 y 18 respectivamente, pero Raúl no se cortó y le pidió a su ya inminente compañero que le dejara el '17' porque con ese número había marcado el mes anterior en el amistoso de Oviedo. A los 18 minutos de saltar al campo, en pleno diluvio universal, Raúl marcó el 1-2 y Amavisca cerró el marcador a cinco minutos del final. Dos partidos, dos goles.

Antes de comenzar el partido, desde la cabina de televisión, mi compañero J.J Santos y yo habíamos observado y comentado la larga conversación que había mantenido Jorge Valdano con el chaval. Media hora larga caminando bajo la lluvia por la pista de atletismo para refugiarse después del agua en uno de los banquillos. Pasó el partido. Otra vez al autobús, bocadillos incluidos y regreso a casa desde el aeropuerto de Stuttgart. Cuando nos cruzamos con Jorge Valdano, la pregunta era inevitable. "¿Jorge que has hablado durante tanto tiempo con Raúl antes de comenzar el partido?". Llamaban la atención que la charla hubiera sido con él. Podía haber sido con los tres chavales que viajaron, pero ni Sandro ni Víctor Sánchez del Amo estaban presentes.
Valdano le da a entender que es carne del primer equipo
Valdano sonrió. "Nada especial, le intenté explicar lo que se le podía venir encima. Yo te aviso, lo demás ya depende de tí. Le he dicho también que saliera y disfrutara como si estuviera jugando con los juveniles". J.J y este escribano nos miramos y comentamos que nos había sorprendido el desparpajo del chaval y que así lo habíamos comentado en la narración. Los dos primero balones que recibió los encaró con uno contra uno y el tercero lo metió dentro.
¿Ha estado bien, verdad?, continuamos metiendo el dedo, hurgando en la noticia. El argentino no se cortó. "Puede hacer lo que ha hecho y más. Lo mismo antes de que acabe la temporada lo vemos jugando en el primer equipo...". Santos fue más osado. "O lo mismo esta misma semana... " Valdano agarró su bolsa de viaje y se dirigió hacia el grupo de jugadores, que ya había formado fila para embarcar. Desde lejos se dio la vuelta y nos hizo un gesto de aprobación.

"Dónde juega el Madrid el sábado. ¿En Zaragoza? Este juega allí el sábado, le dije a J.J" Y jugó. Y de titular. Con las palabras del entrenador y su último gesto era casi obligado irse a saludar al chaval. Ya nos habíamos presentado en el vuelo de ida y en el estadio antes de comenzar el partido, pero ahora había muchas más razones para otro estrechón de manos. Raúl apretó la mía con fuerza mirándome a la cara. Aceptó la enhorabuena con una media sonrisa y todos nos fuimos hacia el 'pajarito' volador. No sabíamos entonces lo que nos esperaba en el aire. Truenos, relámpagos, subidas, caídas... la hermana mayor de todas las tormentas. Aún así, Raúl se medio durmió. O por lo menos llevaba los ojos cerrados. Desde luego era quien más tenía para soñar.
El jueves 27, Valdano convoca a Raúl al entrenamiento del primer equipo. No le dice nada sobre viajar o jugar en Zaragoza, pero el jugador intuye que su vida ya ha cambiado por un cruce de miradas con el técnico. Al día siguiente, viernes, vuelve a entrenarse con la primera plantilla y antes de comenzar el ensayo, Valdano le llama a su despacho y le dice que va a ser titular en La Romareda. "Te lo digo a solas para que no te desmayes delante de tus compañeros cuando lo diga en público".
Valdano tiene preparado su discurso para la conferencia de prensa previa al partido. "La entrada de Raúl en el equipo es una apuesta en doble sentido. En primer lugar futbolística: es un jugador que me gusta y soy una persona que se entusiasma rápidamente. En segundo lugar, se puede entender como un mensaje: el que se quiera comer el mundo tiene permiso para hacerlo. No es un mensaje para los jugadores del primer equipo, que ya lo saben, sino para los de la Ciudad Deportiva: cualquiera que tenga más de 16 años, los ojos bien abiertos, que se deje el alma en los entrenamientos y que asegure talento, técnica y atrevimiento tiene el primer equipo más cerca de lo que puede parecer".
"Le he dicho a Raúl que disfrute del partido, que no salga a ganarlo él solo y que tampoco tiene necesidad de marcar. La madurez de los jugadores está en su cabeza, no en el DNI. Se mueve con desparpajo y eso es importante. Además es más fácil jugar en Primera que en Segunda B. Se dan menos patadas y se tienen mejores compañeros. No tuvo miedo de jugar con nosotros dos amistosos y entre todos le vamos a ayudar".
Por supuesto, Raúl tuvo que comparecer ante los medios. Esa mañana del 26 de octubre había marejada en la Ciudad Deportiva. Como en el viaje de regreso de Karlsruhe. A sus 17 años, el chaval dijo lo que tenía que decir. "No me asusta el reto. Dormiré tranquilo. Mi equipo es el del Segunda B y cuando regresé a él no pasará nada. Voy a intentar que sea un partido más". Lo que ocurrió después ya es más de dominio público: el viaje en autocar a Zaragoza; su siesta en uno de los asientos de atrás, confirmada por el propio entrenador que se levantó a preguntarle cómo lo llevaba y se lo encontró dormido;su primera noche de hotel con el primer equipo con Sandro de compañero de habitación; sus ocasiones de gol falladas ante Cedrún...
Su primer contrato profesional se multiplica por 14
Raúl había firmado su primer contrato profesional con el Real Madrid el 14 de julio de ese año. Reamente iba a firmarlo con el Atlético, que le quería recuperar después de haber repuesto las categorías inferiores y le ofrecía mejores condiciones económicas, pero a último hora el coche de su representante, Fermín Gutiérrez, cambio de rumbo y se dirigió al Santiago Bernabéu. Cuatro temporadas hasta la 97-98. Un millón de pesetas la primera; un millón y medio la segunda; dos y medio la tercera y cuatro la cuarta. Sueldo mensual de 150.000 pesetas por 14 pagas y una cláusula de rescisión de mil millones.
Al mismo tiempo se firma un anexo al contrato por el que si el jugador juega esa primera temporada cinco partidos con el primer equipo la vinculación se mejoraría automáticamente en las tres siguientes: 10, 15 y 20 y pasaría a cobrar el sueldo de la primera plantilla: 368.000 pesetas por 14 pagas. El 3 de diciembre cumple el quinto partido con el primer equipo y el texto del anexo pasa a cobrar vida. Además, el club, graciosamente le sube a 10 millones la ficha de esa primera temporada en la que juega 28 partidos de Liga, 19 como titular y marca nueve goles.
Esa fue una constante en su carrera mientras fue jugador del Real Madrid. Nunca cumplió los contratos firmados. Siempre renovaba y prolongaba antes de concluir. Ese viaje a tierras alemanas para jugar un amistosos que sus compañeros mayores no querían jugar, ni siquiera, viajar y con ciertas razones, le cambió de vida. Efectivamente viajó como jugador del 'C' y regresó como futbolista del primer equipo. Antes de subirse a esa aeronave de hélices, Valdano ya había decidido que Raúl había llegado para quedarse... hasta el 2010. Curiosamente su destino final fue el Schalke 04, Alemania, a 400 kilómetros de Karlsruhe, donde había comenzado todo en un avión de hélices de andar por casa.