A Vinicius sí que no se lo lleva el viento: un hat-trick, lágrimas por Militao y un gesto que 'protege' al herido Ancelotti

Hace cinco años, ante Osasuna, Vinicius rompió a llorar tras marcar un golazo que le liberó de las mofas. Hoy, en un clima de entierro y tras el varapalo de su no Balón de Oro, se ha coronado de forma definitiva: el brasileño marcó un hat-trick en 35 minutos para doblegar a Osasuna (4-0) y fulminar la crisis del Real Madrid. Su exhibición reafirma que él es el líder del equipo y no Mbappé y puso al Bernabéu a sus pies.

El estadio le coreó antes del partido, entonó el "Balón de Oro, Balón de Oro" después de su primer gol en el 34' y le despidió con una ovación cerrada tras repetir en el 61' y el 69' y ser sustituido por Endrick en el 75'. Si el público ya le brindó su cariño ante el Milan, en el primer partido después de la gala de París, esta vez se volcó con él y premió su espectacular rendimiento en los últimos dos meses.

Después de un inicio dubitativo y alejado de su nivel habitual, el '7' se enchufó en la victoria contra el Espanyol de finales de septiembre (anotó y asistió) y desde ahí ha mostrado una versión incluso mejorada con respecto a la que maravilló al planeta la temporada pasada. Después liquidó al Villarreal, colaboró en el triunfo en Vigo, firmó otro triplete para la posteridad en la remontada contra el Dortmund y maquilló la derrota contra los rossoneri. Este sábado, contra Osasuna y con Ancelotti contra las cuerdas, tiró del carro y volvió loco a Areso, uno de los laterales más firmes de LaLiga... y tras la lesión de Militao se le cayeron las lágrimas de tristeza por su compañero.

Fue su cuarto hat-trick en 281 encuentros con el Madrid: el primero lo consiguió en mayo de 2022 (Levante) y los otros tres han llegado este año (Barça, en enero; Dortmund, octubre; y Osasuna, noviembre). Así, y con 95 goles oficiales, superó los 92 de una leyenda como Sabino Barinaga y ya se marca como objetivo rebasar los 100 de Fernando Morientes. En Liga ya es segundo en el Pichichi (lleva ocho) y sólo tiene por delante a Lewandowski, por 14.

Además, el crack de Sao Goncalo quiso tener un gesto con su cuestionado entrenador tras sellar el 1-0: se marchó directamente a abrazarle y pedir que la afición le diese cariño. Después de semanas complicados por la mala racha de fútbol y resultados, Carletto se toma un respiro antes del parón con la goleada a Osasuna... y tiene mucho que agradecerle a Vinicius, la estrella que encabezó la reacción que solicitó vehementente el técnico en la previa. A él sí que no se lo lleva el viento, como denunció Ancelotti que ocurre con las palabras...