Villa, Luis Suárez y Griezmann 'impiden' la luz verde del Barça al Atlético por Memphis Depay
El club azulgrana prefiere que si el neerlandés tiene que salir lo haga a un club de otra liga.
El caso de Memphis Depay sigue dando giros. El Barça no se opone a una salida del neerlandés siempre y cuando pueda firmar después a un sustituto. Por ahora, las conversaciones siguen, aunque desde el club azulgrana deslizan que, si el ariete tiene que salir, preferirían que lo hiciera a otra entidad. Los recientes casos de Villa y Luis Suárez, operaciones muy benévolas para los colchoneros, provocan que la preferencia del Barça sea evitar el acuerdo con el Atlético.
En el club catalán tienen claro que la salida de Memphis podría acabar produciéndose. Sin embargo, la entidad no tiene necesidad de que así sea, por lo que se siente fuerte en las negociaciones. La marcha del ex del Olympique de Lyon solo se dará si hay una oferta económica importante que permita después acudir al mercado. Además, Lewandowski y Ferran están sancionados de cara a los próximos envites, por lo que el Barça prefiere que corra enero antes de acelerar -hay margen hasta el día 31-.
Al margen de estas cuestiones, hay otras intangibles que condicionan la actitud del club en su negociación. Los traspasos de David Villa y Luis Suárez al Atlético en los últimos años salieron caros al Barça en términos de popularidad, pues fueron muchas las críticas que recibió el club en ambas operaciones. Los catalanes prácticamente 'regalaron' a ambos para evitarse su ficha y los dos conquistaron al año siguiente la Liga con el elenco de Simeone.
Aún pesa el 'regateo' del Atlético con Griezmann
Es cierto que este año parece complicado que el Atlético pueda disputar la competición doméstica, pero aún hay la Copa del Rey y, además, Memphis firmaría por más de seis meses con los rojiblancos, por lo que podría amargar a los culés la próxima temporada.
En menor medida, la operación de Griezmann también empuja al Barça a no vender a Memphis al Atlético. Tras alcanzar un pacto de 40 millones, los azulgranas se vieron obligados a aceptar una rebaja hasta los 20, pues el galo había pasado a entrar al campo siempre después del minuto 60. El acuerdo alcanzado también derivó en comentarios negativos hacia una supuesta debilidad negociadora del conjunto catalán.