El silbido de Harold Lozano que engañó al Real Madrid Galáctico, silenció al Bernabéu... y arruinó la quiniela de sus compañeros: "Nos quedamos sin 15"
Harold Lozano, con esta extraña habilidad, hizo creer a los madridistas que el colegiado había parado la jugada. Sus compañeros, que le conocían, siguieron para marcar a placer

La pillería siempre ha formado parte del fútbol. Es un arma más que, poniendo en valor la astucia, de manera más o menos moral, puede jugar a tu favor. Este domingo, el Real Valladolid visita el Santiago Bernabéu en su regreso a Primera División, para enfrentarse al Real Madrid en la segunda jornada de LaLiga EA Sports. Este partido y este escenario nos traslada a la temporada 2001/02, en la que ocurrió una de las anécdotas más surrealistas que se recuerden. El blanquivioleta John Harold Lozano, durante una jugada ofensiva de su equipo, confundió y detuvo a todo el equipo rival, imitando el silbato del árbitro, para que sus compañeros pusieran el empate en el marcador.
Ocurrió el 29 de septiembre de 2001, hace ya casi 23 años, en la quinta jornada de Liga. El Real Madrid se había adelantado en el minuto 5 mediante Zinedine Zidane de cabeza. Solo un minuto después, con los visitantes buscando el empate, Torres Gómez era derribado al internarse por la banda derecha. Automáticamente, se escuchó un pitido. Los jugadores blancos se detuvieron, entendiendo que el árbitro había señalado la falta. El pitido se escucha incluso en la retransmisión televisiva, en la que los comentaristas dan por hecho que se ha parado el juego y se extrañan de que los pucelanos siguiesen corriendo. Hasta la realización se queda enfocando al futbolista derribado y no sigue la acción.
Quienes no caen en la trampa de Harold Lozano son sus compañeros, y Tote aprovecha el desconcierto para asistir a Fernando Fernández —también cedido por el club blanco— y que marque, sin oposición, el 1-1. La tranquilidad se vuelve incomprensión y enfado al ver que Téllez Sánchez da el gol como válido. Los jugadores del Real Madrid rodearon al colegiado, que explicaba que él no había pitado y que habría sido algún aficionado desde la grada. Las insistentes protestas provocaron la tarjeta amarilla a Roberto Carlos que, como el resto del equipo, no daban crédito.
Un plan ejecutado a la perfección: «Lo hacía en los entrenamientos»
Tote, el hombre que dio aquella asistencia, y jugador precisamente del Real Madrid cedido en el Pucela esa temporada, lo recuerda perfectamente. "Él ya lo hacía en los entrenamientos, y lo hicimos en Asturias en un partido de pretemporada contra el Sporting de Gijón", cuenta a Relevo. "Con el Sporting funcionó y en los entrenamientos muchas veces también, hasta picábamos nosotros mismos porque el silbido era igual que el de un pito. Lo hacía muy bien", recuerda Tote entre risas. Sin embargo, el plan, pese a su perfecta ejecución, fue improvisado: "No habíamos hablado de hacerlo en el Bernabéu, pero ya entendíamos que cuando pasara nosotros íbamos a seguir, y así fue".
Durante la propia jugada, el por entonces madridista cedido al Real Valladolid recuerda lo que le dijo Fernando Hierro, también exblanquivioleta: "El primero que cojo el balón soy yo, y me dijo 'niño, niño, para, que ha pitado'". Tote, evidentemente, no obedeció, y más tarde habló con él: "Yo a Fernando Hierro ya le conocía, porque ya el año anterior había estado con ellos, y luego le dije 'no, no ha pitado, no ha pitado, no sabes lo que ha pasado, pero no ha sido el árbitro'", nos cuenta de aquel día.
«Empatar para ellos era jodido, pero por dentro nos descojonábamos»
"Lo hablé a posteriori en el vestuario con Karanka, cuando acabó el partido. Cuando fui a saludar a jugadores, me lo decían y yo me reía, claro, porque era una cosa nuestra y ellos estaban convencidos de que había sido el árbitro el que había pitado", continúa contándonos el delantero. "No me acuerdo si les conté la verdad después del partido o más tarde, pero ya no podía pasar nada, son cosas que ya no se pueden demostrar. En un estadio con 80 000 personas es muy complicado, es prácticamente imposible", asume.
Aquel gol significó el empate a uno, pero 13 minutos más tarde marcaría Raúl y Cuauhtémoc puso las tablas definitivas en el 88. "Empatar para ellos era jodido, pero por dentro nos descojonábamos", admite Tote. "Es una pillería, pero en el fútbol de entonces esas cosas valían", termina diciendo. Aquella temporada, el Real Madrid quedó tercero, a nueve puntos del Valencia campeón de liga y a dos del Deportivo de La Coruña. El Real Valladolid se salvó cómodamente, quedando en duodécima posición, ocho puntos por encima del descenso.
El empate arruinó la quiniela del equipo
El propio partido no fue la única anécdota que dejó el pitido de Harold Lozano, y es que arruinó el pleno de aciertos en la quiniela que hacían algunos jugadores blanquivioletas. "Tuvimos 14 aciertos en la quiniela, que siempre la hacían tres compañeros del equipo, y los que la hicieron pusieron que ganaba el Madrid, un '1'", nos explica Tote. "Nosotros siempre que jugábamos poníamos que ganábamos o que como mucho empatábamos. O '1X' o 'X2', nunca poníamos que ganaba el otro. Pero en ese momento dijeron estos 'con los galácticos y todo, cómo vamos a ganar, no me jodas" y pusieron un '1', y por culpa de eso nos quedamos sin 15 aciertos".
Este domingo, curiosamente, la entidad vallisoletana visitará el estadio Santiago Bernabéu con su tercera equipación. Esta innovadora elástica, de tono rojizo que homenajea al vino de la provincia, recuerda a la camiseta alternativa roja que vistió aquella temporada 2001/02 y aquel partido en este mismo escenario.