¡Surrealista! Iñigo Pérez acaba la primera parte con un peto de calentamiento para que no le confundan los jugadores

Creemos que lo hemos visto todo en el fútbol, pero siempre hay algo que nos sorprende. Recién entrado 2025, puede que se haya dado una situación insólita en el campeonato liguero con Cuadra Fernández e Iñigo Pérez implicados. Corría el minuto 45 de la primera mitad cuando un balón despejado acaba siendo controlado por el técnico del Rayo Vallecano, sin que no hubiese ni un solo jugador alrededor. El colegiado, entonces, siente la alerta de que algo ocurre con él y se dirige hacia su posición para hablarle durante unos segundos. Entonces, el técnico hizo un gesto de incredulidad y de sorpresa, se metió hacia el interior de su banquillo y volvió a salir... ¡con un peto verde!

Pese a ser pleno invierno y hacer una noche fría en Madrid, Iñigo Pérez no perdió su costumbre de disfrutar de sus jugadores con una camiseta blanca de manga corta. Una señal inequívoca de que está tan metido en el partido que ni siquiera tiene tiempo para plantearse si no es mejor enfundarse un abrigo gordo y evitar resfriarse. Precisamente su equipo también vestía de blanco, aunque un rayo atraviesa tanto su pecho como su espalda. Digamos que no se confundían las equipaciones de ambos, aunque en el fervor futbolístico del momento hay una ligera posibilidad de que dé pie a confusión. También le podía afectar al línea de la banda contraria.

El caso es que Cuadra Fernández se planteó en su cabeza la posibilidad de que esto sucediese y le pidió que se colocara otra prenda que permitiese a los futbolistas del Celta y a los suyos propios no confundirse. Este hizo caso, pero debe ser que lo de llevar varias capas no forma parte de su ritual de partido. En vez de conseguir un abrigo del banquillo que le ayudara a cumplir la petición del colegiado pidió... ¡un peto! Por ello, vivió los compases finales de la primera mitad con un peto verde que sí dejó satisfecho al árbitro principal.

Cabe recordar que algo de sentido tenía el reclamo de Cuadra Fernández, teniendo en cuenta las dimensiones del Estadio de Vallecas. El campo del Rayo Vallecano es más estrecho de lo habitual y las vallas publicitarias están a escasos centímetros, tanto de la línea de banda como de la de fondo. Cómo olvidar aquella agresión a Ocampos, que se dio gracias a que un aficionado pudo entrar en contacto con él en el momento de un saque lateral por el escaso margen con el que contaba el futbolista del Sevilla.

El caso es que el área técnica de los banquillos es tan próxima a la línea de costado que no sería de extrañar que en una acción rápida los protagonistas entendieran que Iñigo Pérez se encuentra dentro de los límites del terreno de juego. Es más, los futbolistas suplentes tampoco tienen un espacio excesivo para realizar ejercicios de calentamiento y en este estadio es habitual verles metiéndose dentro del propio campo para poder calentar con mayor facilidad y comodidad. Situación que, por supuesto, siempre aprovechan cuando el balón no está cerca.

Iñigo Pérez, en su caso, no puede distanciarse más si quiere seguir de pie el rendimiento de los suyos. Por ello, Cuadra Fernández ha apostado por la inusual fórmula de hacerle cambiarse de vestimenta. Y este, cómo no, no ha renunciado a la manga corta y se ha colocado un peto de calentamiento. Como en los viejos tiempos. Una escena que evidencia que, aunque estemos en 2025, el fútbol no dejará de sorprendernos. Ya en la segunda mitad, eso sí, se cambió de ropa y llevó una camisa negra.