La nueva victoria de la revolución vecinal por el Bernabéu pone en jaque al Real Madrid y a Florentino: "Si no fuera el club que es..."

El Real Madrid y su presidente, Florentino Pérez, no apuntan ahora mismo ni al Barça ni a LaLiga ni a la UEFA como sus grandes enemigos; son las asociaciones vecinales, que nacieron como simples generadores de ruido y se han convertido en poderosos rivales, las que le ponen en jaque y comprometen el proyecto faraónico de la reforma del Santiago Bernabéu, el factor que debe sustentar y potenciar la superioridad económica del club durante las próximas décadas. La victoria temporal de ayer, con la orden inmediata de paralizar la construcción de los dos aparcamientos y el túnel, da alas al barrio y coloca contra las cuerdas a la entidad.

El primer golpe al Madrid lo asestaron con los conciertos. El club prevé ingresar unos 400 millones de euros anuales por la explotación del coliseo... y las actuaciones de artistas de primera línea, con Taylor Swift o Karol G como mejores ejemplos hasta la fecha, suponen el factor diferencial. Ante la plaga de denuncias y la admisión a trámite de una querella por un delito medioambiental, la entidad decidió suspender todos los eventos hasta por lo menos abril. La medida significa un frenazo y crea incertidumbre: deben reacondicionar el estadio para no filtrar el sonido (y no es sencillo por la ventilación) y cumplir así con la normativa. Por lo pronto, habrá que esperar siete meses para ver si se retoman, con el perjuicio monetario que ello implica.

La otra batalla de los vecinos pasa por detener el levantamiento de dos aparcamientos en el paseo de La Castellana (los trabajos ya habían avanzado) y la calle Padre Damián (sin empezar), con espacio para casi 2.000 vehículos, y del túnel de 650 metros con entradas por Padre Damián y paseo de La Habana que conectará directamente con el Bernabéu. En ambos casos, las asociaciones creen que las obras no son "de utilidad pública", sino que "sirven a intereses privados muy concretos, siendo constitutivos de posible desviación de poder", y que el proyecto "carece de estudios de tráfico válidos" y de evaluación de impacto ambiental, al tiempo que aumentaría "de manera notable" la "congestión del tráfico". El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 30 de Madrid ha ordenado suspender la ejecución de la obra de inmediato.

La Asociación de Vecinos Perjudicados por el Bernabéu (AVPB) fue quien solicitó la medida. "Estamos muy contentos, felices; no nos lo podíamos ni imaginar. Siempre hemos pensado que teníamos la razón, pero no sabíamos cuándo nos la iban a dar. La ley es para todos y no debe distinguir entre ricos y pobres", aseguraba a este medio Lola Flores, vicepresidenta del colectivo, sólo unos minutos después de que transcendiese el auto de la magistrada. Ella comanda desde el principio la lucha del imperio antiBernabéu y muestra su alegría porque los juzgados les den la razón.

"Lo único que hacemos es estudiar las cosas bien, creer al cien por cien en la justicia y, si hay irregularidades e ilegalidades, ponerlas de manifiesto y no darnos por vencidos", resume, aunque no esconde que al comienzo del pulso no presumía del mismo optimismo: "Cuando arrancamos este proceso todo el mundo nos decía que era una misión imposible. Al lado del Madrid, el Ayuntamiento y la Comunidad no somos nadie, sólo unos vecinos que pelean por su barrio y que consideran que el Ayuntamiento debe velar por los intereses de todos los vecinos. Está muy bien que el Madrid gane dinero, pero hay que defender la salud de las personas".

José Manuel Paredes, portavoz, también reconoce sentir "cierto alivio" por lo sucedido en las últimas semanas. "Siempre se ha confiado mucho en la acción de la justicia, aunque tenga sus ritmos. El tema, en cualquier caso, es superevidente: el túnel y los macroaparcamientos se hacen en suelo público pese a tener fines privados. Lo de la música, lo mismo. Superan los límites de ruido y utilizan una licencia para organizar conciertos que sólo sirve para casos extraordinarios. Son cosas tan obvias que, si no fuera la entidad que es, se hubieran cerrado hace meses y se hubiera parado antes con los parkings. No nos sorprende esta sentencia, pero sí que, con un auto tan contundente como el primero, el Ayuntamiento siguiese adelante con el dinero de todos".

Paredes recuerda que el pasado 23 de mayo ya se emitió una sentencia que anuló la concesión de la construcción y explotamiento de ambos aparcamientos, pero, como el Ayuntamiento recurrió, se pudo continuar con las obras (al ser un pronunciamiento en primera instancia ante el que se había apelado, no era firme). Ese auto, según él, marcó "la diferencia". "El Ayuntamiento filtró a algún medio que eran cuestiones de forma, pero no: era un escrito muy contundente, un varapalo. Decía que las obras no se correspondían con el interés público, que afectaban a la salud de los vecinos… Demoledor. Pero el Ayuntamiento apeló y continuó. Ahora la jueza le dice que pare ya".

El motivo de este segundo frenazo a los parkings viene acompañado de cierta lógica: "Cada día que pasa se incurre en nuevos gastos y, si al final la obra se tiene que parar, como parece, habrá que revertirla y pagarle a la constructora con el dinero de todos los madrileños. Nos llama mucho la atención el empeño del alcalde de seguir adelante cuando tenía un auto tan contundente como el anterior. Nosotros nos congratulamos: la Asociación, en realidad, se fundó con el objetivo de paralizar los macroaparcamientos y no por el ruido de las actuaciones".

Los vecinos pelean ahora por conseguir que los conciertos paren para siempre. Este mes de octubre se celebrará la vista judicial entre la Asociación y el Real Madrid después de que la magistrada del Juzgado de Instrucción nº 54, Mónica Aguirre de la Cuesta, admitiera a trámite la querella interpuesta por un delito medioambiental. En el auto, se expuso que los espectáculos "implican el incumplimiento de la licencia urbanística que obliga a adoptar medidas de insonorización". También considera que el propietario no realizó ningún estudio para prevenir la salida de ruidos. Ante ello, el próximo 29 de octubre está citado a declarar el administrador único del estadio, José Ángel Sánchez Periáñez 'JAS', director general del Madrid.

"Queremos que se detengan para siempre por lo que conlleva para la degradación del barrio y el entorno. Y es que, además, son ilegales: el estadio no está construido para ser una discoteca, sino para uso deportivo", analiza Flores, que apela a la situación que viven día a día los ciudadanos de Chamartín desde que el coliseo madridista se convirtió en un templo del espectáculo: "El perjuicio que se causa no es sólo a los vecinos, sino a la ciudad. No es el mismo público el que viene a un partido con su entrada, accede, se sienta, ve el partido y se va; que el que viaja cuando hay conciertos. Vienen dos o tres días antes, acampan, se monta un follón, dejan suciedad y sus necesidades, hacen botellón hasta las tres de la mañana…". Paredes aclara que sólo defienden la salud de sus "vecinos, abuelos e hijos".

"La querella con todas las mediciones de ruido está en marcha. Nos queda ese frente abierto. Con esto hemos sentido cierto refuerzo en nuestra posición de seguir hasta el final para defender algo tan manifiesto: que el impacto del Bernabéu es bestial. Hemos pedido una ampliación de la querella, para que se incluyan en ella todos los conciertos, y que se extienda la imputación al alcalde y al concejal de Urbanismo. Son los que están permitiendo todo esto".

Aunque comprende que el estadio vele "por sus intereses", no entiende que "el Ayuntamiento, sistemáticamente, se esté poniendo al lado de una entidad privada y no de sus ciudadanos y exvotantes": "Recuerdo que este es el barrio que más votó al Partido Popular (PP) en las últimas elecciones municipales…". A falta de ver si el Ayuntamiento recurre la resolución de la jueza por los parkings y el túnel, un asunto que irá "para largo", los últimos episodios de la guerra llenan de fuerza a los vecinos para llegar hasta el final en su lucha.