SEVILLA FC

El resurgir de Lucas Ocampos le cambia la cara al Sevilla

Tras su paso por el Ajax, el argentino recobró la ilusión por el fútbol con su regreso al Sevilla. Se ha convertido en un jugador imprescindible para Mendilibar.

Lucas ocampos, celebra el gol que le dio la victoria al Sevilla en Bilbao./EFE
Lucas ocampos, celebra el gol que le dio la victoria al Sevilla en Bilbao. EFE
Alonso Rivero

Alonso Rivero

Quizás no haya mejor lección en la vida que perder algo para poder apreciarlo. No hay mejor forma de valorar las cosas que no tenerlas. Eso le ha pasado al Sevilla con Lucas Ocampos y al propio Ocampos con el Sevilla. El argentino, tras su corto periplo por el Ajax, regresó al Sevilla, donde ha recuperado su estatus y ese fútbol que tanto necesitaba el equipo andaluz: garra, energía y goles determinantes.

Ocampos fichó por el Sevilla en la temporada 2018/2019. "Aquí he recuperado esas ganas que había perdido en Marsella, ese día a día, tomar un mate, hablar con los compañeros, llegar a casa y que las hijas estén tranquilas, en un país donde hablan tu idioma, el club es una mini familia, siempre de buen humor, mis compañeros... Eso te da luego ganas dentro de la cancha", confesaba a sus compañeros de vestuario. ¡Y vaya si se notó! El argentino anotó 17 goles en esa temporada y fue unos de los artífices de la consecución de la sexta Europa League.

Todo hacía presagiar, como suele ocurrir en el Sevilla, que se produciría un traspaso, pero la realidad es que no llegó ninguna oferta por el argentino. Julen Lopetegui, encantado de poder seguir contando con unos de sus jugadores de máxima confianza, y el ´potro´, feliz por seguir en un club en el que se sentía como en casa y su familia era feliz. Quizás por lo brillante de ese primer año, su segunda temporada no lució tanto, pero fue titularísimo con Lopetegui y marcó 9 goles.

La lesión que se produjo en febrero del 2021 le cambió. El argentino tuvo que abandonar el terreno de juego en camilla y se encendieron las alarmas. Afortunadamente se descartó daño óseo y el diagnóstico fue un esguince grado II de la sindesmosis anterior y del ligamento peroneo calcáneo del tobillo izquierdo. Le costó regresar y, lo peor de todo, acabó no siendo un fijo para su entrenador. Eso hizo tener algunas reacciones que no gustaron al cuerpo técnico. Su competitividad y su fuerte carácter le juegan malas pasadas a veces pero, a pesar de todo, su salida no estaba contemplada.

La planificación deportiva se había estancado este verano, fruto de la imposibilidad de sacar a jugadores veteranos con altos contratos. Lopetegui apretaba internamente para que llegaran refuerzos sobre todo en defensa donde había perdido a dos baluartes como Diego Carlos y Kounde. Y apareció el Ajax. La oferta inicial era irrechazable en tales circunstancias (20 millones de euros). Pero el consejo de control del club holandés no accedió. La dirección deportiva veía contraproducente volver a contar con un jugador al que ya le habían mostrado su deseo de que saliera. Días después se marcharía finalmente cedido.

Y tras tan sólo 113 minutos con la camiseta del Ajax, pasó al ostracismo. En Sevilla estaba su familia y una casa que había comenzado a construirse antes de su marcha. Los sevillanos aguardaban para no tener que perder nada de los 4 millones por la cesión que debían abonar los neerlandeses, pero tenían en mente por la coyuntura deportiva y económica, que el argentino tenía un sitio en el equipo. Desde su llegada se mostró eufórico, sabedor de que regresaba a donde había sido muy feliz. Esa euforia le sirvió a Sampaoli para darle muchos minutos, aún no estando en su mejor estado de forma por su inactividad. Ahora vuelve a ser el 'potro' que se marchaba por raza en sus primeros años. Ocampos es feliz y el Sevilla lo nota.