El regreso de Borja Iglesias al Benito Villamarín: su fin de ciclo en el Betis... y con Manuel Pellegrini
La relación entre el técnico chileno y el delantero se deterioró con el tiempo, como le pasó a Canales o Guardado. En el Celta están encantados con él.
Hay cosas en la vida que, por mucho tiempo que pase, nunca cambiarán. Una es la conexión entre Borja Iglesias y el Benito Villamarín. Nunca pasaron desapercibidos el uno para el otro. Con sus roces, muchos en determinados momentos, el delantero gallego siempre ha tenido un hueco en el corazón del Betis. Por encima de todas las malas rachas y malos momentos, siempre estará su importancia -clave- para traer una Copa del Rey a las vitrinas de Heliópolis.
Con todos esos recuerdos de fondo regresa este domingo Borja Iglesias a la que fue su casa en los últimos años. Al estadio que siempre le tuvo un cariño especial... y ante el equipo que aún pertenece, pero donde un ciclo se debía cerrar. Tanto con el Betis como con su entrenador, Manuel Pellegrini. El tiempo siempre modifica las relaciones y en este caso las desgastó, al igual que le ocurrió a Canales, la del 'Panda' con el chileno. Prácticamente inexistente. El propio técnico ha hablado desu figura en la previa: "Solo tengo buenas palabras hacia él. Por distintas razones optó por marcharse, pero me alegro mucho por él, le está yendo bien... aunque ojalá mañana no nos marque".
Unas palabras que ocultan ese motivo -el desgaste- por el que Borja Iglesias se marchó cedido en verano. Y es que el delantero debía volver a salir y reencontrarse con su mejor fútbol, algo que no logró en su aventura a las órdenes de Xabi Alonso. Por el momento, la mejora es evidente -y, sobre todo, en Heliópolis no apuntaba a que se produjera-: cuatro goles en doce partidos. No está en su 'prime', pero sí que está feliz. Sigue viviendo en Santiago, su ciudad natal, y todos los días va hasta Vigo para entrenar. Se siente en casa porque lo está, tanto que 'cerró' su vuelta al Celta en la boda de su gran amigo Kevin Vázquez.
Claudio Giráldez, además, ha logrado dar con la tecla para volver a enchufar un delantero más que necesario para él. Es, junto a Iago Aspas, el máximo goleador del Celta... y su técnico está convencido de que debe protegerlo. Al menos ante esa presión que en tiempos atrás le afectó en su juego: "No tiene que demostrar nada". Tajante y restándole importancia a un regreso... que obviamente lo tendrá. "Está tranquilo. Es un jugador que ha vivido muchos de estos partidos contra ex, contra equipos que estuvo, que aún encima pertenece todavía allí, que tiene muchos amigos allí, que tiene mucho cariño allí. Ha hecho muy buena semana de entrenamiento", finalizó el técnico celeste.
Más allá de la relación entre Pellegrini y Borja Iglesias, o las palabras del propio Giráldez, se antoja un recibimiento especial en el Benito Villamarín. El 'Panda' siempre fue distinto para la afición y en el vestuario, donde aún mantiene gran relación con jugadores como Héctor Bellerín. Perteneció al núcleo duro de la plantilla, aunque con diversos comportamientos que no dejaron indiferente a nadie. Tanto para bien como para mal. Puro Borja Iglesias.
Aunque se quedará con el recuerdo, seguro. Aún pertenece al Betis... pero su etapa en Heliópolis pedía a gritos cerrarse. Así fue en verano. Y así se antoja más que posible que sea en el futuro. Borja Iglesias y el Benito Villamarín. Una relación distinta y especial. Con sus más y sus menos. Con sus regresos, este domingo, y sus despedidas -casi- definitivas.