RAYO VALLECANO - REAL MADRID

El Rayo retrata un defecto del Real Madrid que ya vio Ancelotti con Lucas y quiso solucionar… ¡por 3 centímetros de Tchouameni!

Los dos primeros goles rayistas llegaron buscando las flaquezas por alto del lateral. El técnico ya desveló que era un tema al que buscaban arreglo.

El Rayo celebra su segundo gol ante el Madrid./LALIGA
El Rayo celebra su segundo gol ante el Madrid. LALIGA
Jonás Pérez
Darío Ojeda

Jonás Pérez y Darío Ojeda

El Real Madrid sucumbió a la intensidad inicial de Vallecas y solo una reacción a tiempo le salvó de lo que pudo ser una catástrofe. El estadio, pletórico, ya gritó de inicio sus clásicos "míralos, míralos, cómo se acojonan" y "esto es Vallecas y aquí hay que mamar". Expresiones malsonantes aparte, parecieron tener razón. El Rayo, a los tres minutos, explotó uno de los principales defectos del equipo blanco que quiso solucionar, sin éxito, Carlo Ancelotti con su indiscutible Tchouameni.

Una internada de Jorge de Frutos a los cuatro minutos acabó en un envío al segundo palo que dejó a un Lucas Vázquez algo mal colocado sin ningún tipo de colaboración de los hombres de ataque para tapar los espacios. El gol de Unai López de cabeza llegó en consecuencia. Un jarro de agua fría para los blancos, en una nueva acción defensiva mejorable en líneas generales. No sería la última vez. Sobrepasada la media hora, un córner botado desde el costado derecho concluyó en el segundo gol de los locales, de Mumin de cabeza.

Lucas Vázquez vuelve a salir en la foto, sin ser del todo culpable, al menos no el único responsable. De nuevo el Rayo explota el movimiento de su marca y la escasez de sinergias defensivas del Real Madrid hace el resto. En este caso, el lateral derecho ni siquiera saltó para atemorizar a un Mumin que remató con comodidad, solo. Lo celebró con rabia y a los de Ancelotti se les venían todos los males: estaban perdidos, desesperados ante la presión de Vallecas y veían cómo la pizarra de Iñigo sabía explotar perfectamente sus costuras. Un Iñigo, por cierto, sobresaliente en la gestión de partidos y capaz de estar sacando un interesante rédito táctico de un equipo condenado a luchar en la zona baja de la clasificación.

El caso es que este defecto del Real Madrid, en realidad, ya había sido desvelado públicamente por su propio entrenador. El regreso de lesión de Aurelien Tchouameni condenó a Raúl Asencio, que estaba firmando un gran papel, de nuevo al banquillo. Ocurrió en Bérgamo, en un partido trascendental por la clasificación en Champions League. Lo cierto es que tampoco hace falta una gran explicación para justificar la suplencia del canterano: el francés siempre ha estado en los planes de Carletto, es un jugador de su máxima confianza y confía en él en diferentes posiciones en el terreno de juego.

Por lo cual, tampoco resultó especialmente sorprendente su regreso inmediato a la titularidad, aunque Ancelotti lo quiso explicar en el micrófono de Ricardo Sierra antes de medirse al Atalanta: "Asencio lo ha hecho muy bien en Liverpool. Esto es por poner un poco más de altura en la línea de atrás, teniendo en cuenta que Lucas Vázquez no es su mejor cualidad cabecear, como Fran García. Aurelien nos lo debe dar".

Razón no le falta: Tchouameni es más alto. Pero no parece ser un argumento de excesivo peso, ya que Asencio mide 1,81 y su compañero, solo tres centímetros más: 1,84. Que ni Lucas ni Fran García eran unos portentos por alto por su estatura, en realidad, no era ningún secreto. Sin embargo, Ancelotti pudo hacer sonar la alarma de sus siguientes rivales. Al menos, Iñigo Pérez lo ha sabido explotar para marcar dos goles que le pudieron llevar a la gloria antes de la reacción de los visitantes.

Desde luego, protagonizó una estadística demoledora. El Real Madrid no recibía dos goles de cabeza en una primera parte desde la derrota contra el Atlético en liga en septiembre de 2023 (3-1). Morata y Griezmann fueron los artífices en esa ocasión. La última vez que le metieron dos goles de cabeza en un partido fue contra el Villarreal a final de la temporada pasada. En las últimas cinco temporadas (desde la 20-21) solo le ha pasado siete veces. Quizás ahora ocurra con más frecuencia, tras el innegable rédito que le ha conseguido sacar el Rayo Vallecano. Dos centrales de estatura media y dos laterales de talla baja, una vía de escape.