El GPS de Raphinha, su ascendencia entre los jóvenes y el brazalete explican su renovación hasta 2028: "Es insaciable"
El delantero brasileño firmó el miércoles su renovación con el Barça.

Raphinha ha explotado esta temporada. A falta del partido de este domingo ante el Athletic Club en San Mamés, sus números son dignos de un claro contendiente a ganar el Balón de Oro 2025. Nadie pone en duda que el de Porto Alegre estará en el podio final. Pedri y Lamine Yamal también están en la terna en una fiesta, la del fútbol europeo, que podría teñirse de blaugrana el próximo mes de septiembre en París. 34 goles y 25 asistencias explican la mejor temporada del internacional brasileño en el fútbol profesional.
Es imposible entender el mejor Raphinha de siempre sin el papel de Hansi Flick. "Me quedé por el entrenador", reconoció el carioca. Flick le dio toda la confianza del mundo, y 'Rafa' respondió a las mil maravillas. Su carácter temperamental también le ha permitido mantenerse siempre en tensión competitiva. Nunca ha bajado los brazos a pesar de las dudas que se generaron por su rendimiento. Él siempre ha creído, y ahora recoge los frutos de esa cosecha. Le costó adaptarse, pero Raphinha es un tipo feliz, y que por lo pronto seguirá vinculada a la entidad blaugrana hasta 2028.
Un físico privilegiado
"Tiene un físico prodigioso que le permite mantener la intensidad durante todos los partidos", reconocen desde el club. Es habitual ver al brasileño presionar los 90 minutos. En el partido de vuelta ante el Inter en Milán, el delantero recorrió varios metros para recuperar un balón en campo propio, con el tiempo de la segunda parte de la prórroga prácticamente cumplido. "No se guarda absolutamente nada. Es el futbolista más explosivo del equipo. Tiene unas condiciones brutales", explican.
Las estadísticas del GPS que llevan los jugadores incorporados miden los esprints cortos por partido y según ha podido saber Relevo, en más de una ocasión la temporada pasada le tuvieron que pedir que no hiciera tantos esfuerzos cortos porque se iba a romper. Lo cierto es que a medida que ha ido madurando y creciendo ha ido regulando y dosificando esos esfuerzos cortos y explosivos.
Raphinha tiene el esfuerzo como combustible y ahí erradica uno de los principales cambios del delantero. Este pasado verano decidió cambiar de preparador físico personal. Se puso en manos de un compatriota suyo, Bruno Oliveira, para llevar a cabo un trabajo enfocado en la prevención de lesiones durante la temporada. De hecho, el azulgrana no ha sufrido ningún contratiempo físico en lo que llevamos de curso.
Líder en el vestuario
"Las críticas personales le afectan mucho", reveló su entorno a Relevo meses atrás. El pasado curso con Xavi Hernández acabó molestó en más de una ocasión cuando el egarense le cambió. De hecho, tuvo varios desplantes y encontronazos con el egarense. No fueron a más.
Es uno de los jugadores más queridos en el vestuario. "Aporta buen rollo y tiene mucho carisma", cuentan. "Es muy trabajador. Es insaciable". Así definen sus compañeros a Raphinha. "Es muy tozudo", bromea alguno. Esa ascendencia sobre los jóvenes, su ambición y liderazgo le ha servido para convertirse en el cuarto capitán de la plantilla. "Ser capitán es estar ahí, listo para jugar y ayudar en todo lo que sea necesario y pelear por todo lo que haga falta, ya sea fuera o dentro del campo. Me hizo mucha ilusión", reveló el propio futbolista.