OPINIÓN

El Betis, Pellegrini y once jornadas para recuperar la ilusión

Manuel Pellegrini, pensativo, en el Metropolitano./EP
Manuel Pellegrini, pensativo, en el Metropolitano. EP

El bético vive una temporada de altibajos. Con la ilusión con la que finalizó cada mercado de fichajes y con las decepciones que llegaron después. Así es el fútbol para el aficionado. La realidad es que este Betis de Manuel Pellegrini mantiene los números de otras temporadas en LaLiga, lo que le vale para seguir aspirando a jugar en Europa por cuarto año seguido. Todo un logro histórico para la entidad heliopolitana pero que, ahora mismo, incluso sabe a poco. Es lo que tiene acostumbrarse al jamón, que luego la mortadela ya no es suficiente.

Así se entienden esos saltos emocionales. De pasar de soñar con alcanzar la cuarta plaza tras ganar al Athletic a venirse todo abajo tras caer en el Metropolitano. El Betis mantiene la sexta posición en la tabla, pero alcanzar a los cuatro primeros es ya una quimera. Incluso el quinto, el Athletic, se encuentra a ocho puntos, una distancia difícil de recortar por más que el equipo vasco tenga esa cita copera marcada en el calendario. En LaLiga el objetivo pasa por no tener que mirar al retrovisor, con la Real Sociedad como principal amenaza.

Este panorama deja un final de campaña complicado para Pellegrini y los suyos. La motivación de repetir en Europa siempre la ha manifestado el cuerpo técnico, pero ya se toma como una obligación. Como le ocurre, por ejemplo, a Diego Simeone en el Atlético con las clasificaciones para la Champions. Seguro que cuando no esté el argentino lo echarán de menos los mismos que ahora critican sus planteamientos por cicateros. O cuando el chileno se marche de Heliópolis, una cuestión que este año ya ha empezado a hablarse en los corrillos pero que nadie se atreve a plantear internamente. Pellegrini sigue teniendo crédito, incluso con sus tropezones, que también los ha habido.

Esa regularidad que el Betis exhibe en LaLiga no la ha presentado ni en Europa ni en la Copa del Rey. La fallida planificación estival ya afectó a las listas europeas, mientras que en el torneo copero se mostró la versión menos competitiva de los verdiblancos. Tres decepciones que rebajarán la nota de la temporada y que también dejaron sin más ilusiones a los aficionados demasiado lejos del final. Una revolución en el mercado invernal únicamente para pelear por la Europa League en LaLiga deja una sensación amarga. Sobre todo si luego llegan puestas en escena como la del Metropolitano, con un equipo fallón y sin ideas.

Pero LaLiga aún tiene 33 puntos en disputa, una cantidad elevada que no permitirá distracciones, por más que la temporada incluso llegue a aparecer como amortizada. Seguro que Pellegrini no las permite, ahora que además empieza a recuperar efectivos. Con los regresos de Guido, Ayoze y Fekir el Betis cuenta con más elementos principales para sus rotaciones, a la espera de Isco que trabaja para regresar después del parón liguero. Un Betis obligado a ofrecer de nuevo mejores sensaciones ante el Villarreal, que devuelvan el buen ambiente a Heliópolis.

Para el verano quedarían otros deberes, como analizar lo realizado este año que ha mermado al equipo en Europa, ese gran desafío que el Betis todavía tiene pendiente. El bético quiere repetir clasificación continental, pero también que su equipo se la pueda tomar muy en serio. Para ello se necesita una plantilla que pueda afrontar todas las competiciones con garantías y no sólo la prioridad de LaLiga. Pellegrini siempre fue ambicioso, por más que desde hace algún tiempo repita que el equipo está en consonancia con su realidad económica. El aficionado no entiende de dinero y sí de ilusiones. Y este año ese punto ha aparecido a cuentagotas.