SEVILLA FC

Las piruetas del Sevilla para rebajar un gasto de Champions: 8 fichajes, 19 salidas y 60 millones menos de coste

Sin los ingresos europeos, el club de Nervión ha rebajado la masa salarial de la plantilla hasta los 110 millones de euros para ajustarse a su nueva realidad económica.

Víctor Orta, en las presentaciones de Agoumé e Iheanacho./AFP
Víctor Orta, en las presentaciones de Agoumé e Iheanacho. AFP
Samuel Silva

Samuel Silva

El Sevilla ha vivido un verano duro. Los necesarios ajustes en la plantilla, después de quedarse sin clasificación para la Champions cuatro años después, han obligado a la dirección deportiva a una profunda remodelación de la plantilla. Ocho fichajes -Álvaro Fernández, Barco, Agoumé, Sambi Lokonga, Saúl, Ejuke, Peque e Iheanacho- más los regresos de José Ángel Carmona, Gonzalo Montiel y Pedro Ortiz, y 19 salidas es el balance de un verano frenético, que tuvo este martes con la despedida de Lucas Ocampos su último gran movimiento confirmado. Una elevada reducción del coste de plantilla obligada por los menores ingresos previstos para una temporada sin competición europea y que se acerca más a la nueva realidad del Sevilla, y que deja una incógnita sobre el rendimiento deportivo de un equipo que tampoco ha tenido un buen arranque de campeonato.

Aunque LaLiga aún no ha ofrecido las cifras definitivas de cada club, el club de Nervión arrastraba una masa salarial elevadísima de años anteriores, pese a que la misma ya se había ido reduciendo en los últimos mercados. De hecho, la temporada 23-24 la comenzó con casi 170 millones de coste de plantilla, que se vieron rebajados en enero tras las salidas de Fernando e Ivan Rakitic para ajustarse a su nuevo límite de 152. Para esta campaña, la reducción ha tenido que ser más drástica todavía, al quedarse sin los ingresos europeos, de ahí esa ingente tarea de salidas ejecutada por la dirección deportiva y que ha dejado el coste de plantilla en 110 millones, 60 menos que hace un año, y todavía se espera que por encima de lo que fije LaLiga.

Todos los movimientos del verano han estado condicionados por ese límite salarial sobrepasado, que sólo permitía reinvertir una parte de lo que se ingresaba por traspasos o por liberación de salarios. Esa situación ha influido en el mercado de fichajes de Víctor Orta, que ejecutó operaciones que tenía adelantadas, pero que también dejó escapar otras alternativas que tenía sobre la mesa, ante esa dificultad para inscribir. Ejemplos como Kelechi Iheanacho o Valentín Barco, que no estuvieron disponibles para algún partido, demuestran ese ajustado límite del que ha dispuesto el Sevilla para moverse en un mercado en el que sólo han invertido dinero por traspaso para firmar a Lucien Agoumé (4 millones) y Peque (4 millones).

El mensaje de Ocampos en su despedida.

También ha tenido el lastre de una plantilla con excedente de futbolistas. Hasta ocho futbolistas -Gattoni, Carmona, Montiel, Delaney, Óscar Rodríguez, Augustinsson, Pedro Ortiz y Luismi Cruz- regresaban tras sus respectivas cesiones, y únicamente Carmona contaba con opciones de quedarse en la plantilla, que finalmente también ha contado con Montiel, después de que se frustrase su traspaso al PSV.

Un arduo proceso

A las salidas de Rakitic y Fernando en el mercado invernal, el Sevilla sumó a final de temporada las despedidas de Eric Lamela, Óliver Torres, Sergio Ramos y Mariano, además de la no continuidad de los jugadores que habían estado cedidos el año anterior -Soumaré, Hannibal o Alejo Véliz-, con lo que ya iniciaba una rebaja de la masa salarial. El difícil panorama económico marcaba unos nuevos parámetros en los contratos, donde los elevados salarios y amortizaciones de otros años quedaban atrás.

Las primeras incorporaciones se produjeron a coste cero, bien con la carta de libertad como Chidera Ejuke, o mediante cesiones, como los casos de Saúl y Sambi Lokonga, hasta que se produjo el fichaje de Peque, por quien se pagó cuatro millones, pero cuyo coste anual, entre ficha y amortización, sí entraba dentro de lo marcado por el club, y que se produce tras la cesión de Rafa Mir al Valencia. Eso sí, el Sevilla seguía necesitando una gran venta, tanto para cuadrar balances como para elevar sus ingresos, de ahí que finalmente se aceptase la oferta del Fenerbahçe por Youssef En-Nesyri, que dejó 20 millones de euros en las arcas que supusieron un alivio.

Con el traspaso del delantero marroquí, Orta pudo seguir moviéndose en el mercado, tanto aligerando la plantilla -acuerdos con Delaney, Augustinsson, Óscar Rodríguez o Dmitrovic-, como atando la incorporación de Iheanacho, el meta Álvaro Fernández o el centrocampista Agoumé, la otra inversión del verano con un coste de cuatro millones por el 50% de sus derechos. Finalmente, las salidas de Acuña, que liberó una alta ficha cuando le quedaba un año de contrato, y Joan Jordán, cedido al Alavés que asumía un 30% de los emolumentos, permitieron completar todas las inscripciones, incluida la de Barco, la última incorporación.

Una vez cerrado el mercado de fichajes, el Sevilla ha continuado aligerando la masa salarial con el traspaso de Lucas Ocampos, que dejará unos siete millones en las arcas en su último año de contrato, y a la espera de si finalmente es posible la incorporación de Memphis Depay, que tiene una oferta sevillista encima de la mesa. Si finalmente el holandés no acepta esa propuesta a la baja, el Sevilla cerraría el mercado con 60 millones de euros menos de masa salarial que el verano pasado, tras unos meses frenéticos para ajustarse a su nueva realidad económica y que también generan incertidumbre sobre su rendimiento deportivo.