REAL MADRID

"Mbappé es un loco del fútbol, nos llamaba para decirnos que estaba analizando partidos de la Segunda de Portugal"

Relevo habla con varios profesionales que han trabajado con Mbappé para conocer mejor cómo es la estrella del Real Madrid.

Mbappé celebra en el Bernabéu uno de sus dos goles al Betis. /EFE
Mbappé celebra en el Bernabéu uno de sus dos goles al Betis. EFE
Lorena González

Lorena González

Después de años presagiando el fichaje de Kylian Mbappé por el Real Madrid, una vez confirmado, son muchos los meses en los que el debate gira en torno a su adaptación al equipo, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego. Cómo encajaría en el sistema de Ancelotti, quién sería el sacrificado, cómo se desenvolvería como delantero y no entrando por banda izquierda… Para luego extrapolar las dudas a su integración en un vestuario plagado de estrellas, la mayoría con varias Champions a sus espaldas. Sin embargo, el pasado domingo, durante el Real Madrid- Betis, las dos estrellas del equipo, Vinicius y Mbappé, dieron una lección de compañerismo y normalidad. Brasileño y francés callaban bocas cuando el primero le cedía el lanzamiento de la pena máxima, lo que había sido al revés en el partido ante Las Palmas. Al final del encuentro, el francés declaró, en su perfecto español, que la posible ansiedad que podía tener no se debía a marcar goles sino por adaptarse cuanto antes al equipo.

Kylian ha caído de pie en el Real Madrid, sobre todo de puertas para dentro. De primeras ya contaba con dos aliados, Camavinga y Tchouameni, pero en ese discurso medido y acertado que demuestra Mbappé, y que apaga todos los posibles incendios, ya se encargó de confesar que Vini llevaba tiempo escribiéndole para que viniera al club madridista y transmitiéndole las ganas que tenía de jugar con él. En la actualidad, el futbolista francés puede ser el mejor del mundo. Sin embargo, su cartel de estrellita y de ego agrandado, enmarcado en una fortuna que supera los 150 millones de euros, le queda lejos. Muy lejos.

Mbappé se esmera en el campo igual que fuera de él, donde prefiere pasar desapercibido, mantener un trato de igual a igual con todos sus compañeros, sea cual sea su nombre, y ser ejemplo de trabajo y normalidad. Su carácter cercano, profesional y comprometido ha llamado siempre la atención de quienes han sido jugadores o entrenadores del PSG en estos últimos años. Relevo ha podido comprobarlo con alguno de ellos.

Para comprender mejor el intento de mantenerse en un perfil bajo a pesar de liderar lo más alto del fútbol, hay que irse a sus orígenes. Nació y creció en Bondy, una localidad a las afueras de París, a unos 20 minutos de Saint-Denis. Su padre, Wilfried Mbappé, de origen camerunés, estuvo vinculado al fútbol desde muy joven como entrenador en escuelas locales y durante 25 años como técnico del AS Bondy, donde Kylian dio sus primeros pasos. Su madre, Fayza Lamari, es argelina y llegó a jugar en la primera división de balonmano femenino en Francia. El hoy futbolista del Real Madrid tiene un hermano adoptivo, Jires Kembo-Ekoko, que también es jugador de fútbol profesional, y un hermano adolescente, Ethan, que hasta ahora jugaba en las categorías inferiores del PSG y al que se refería como su "hermanito" tras el encuentro contra el Betis. El pequeño de los Mbappé había asistido al Bernabéu y sin duda ha sido también una pieza clave en el fichaje por el club blanco. Y es que Kylian siempre tuvo en cuenta las represalias que podía sufrir Ethan en la cantera del club francés si él se marchaba del PSG de malas maneras, o al menos en un timming que no le gustara a su jefe Al- Khelaifi.

Kylian es un loco del fútbol desde bien pequeño, cuando llegó a usar un balón como almohada y tenía la habitación empapelada con pósters de Zidane y Ronaldo. El técnico galo fue, por caprichos del destino, el primero en recibirle cuando, siendo un crío, estuvo visitando la Ciudad Deportiva del Real Madrid. No llegó a firmar con el club blanco porque apenas tenía 14 años y ni él ni su familia querían desarraigarse tan pronto de su país y entorno. Kylian siguió en París rodeado de sus seres queridos y amigos de la infancia, que aún mantiene, y que son su contención. Con ellos suele pasar los veranos en Ibiza, aunque no se les conoce episodio donde hayan desfasado o protagonizado algún escándalo.

El francés, desde bien joven, ha cuidado encarecidamente su imagen. De hecho, uno de los huesos que roer en su contrato se refería a sus derechos, asignados finalmente con el 80% para él de las ganancias generadas por la explotación de su imagen. Así lo peleó su abogada, persona de máxima confianza de los Mbappé, Delphine Verheyden, que revisa cada uno de sus contratos y, aunque a veces renuncie a cifras millonarias, prefiere representar marcas que vayan acorde a su estilo e ideales. Y, al contrario que algunos de sus ídolos, no le gusta presumir de riqueza y lujos en sus redes sociales. Prefiere evitar todo lo posible la ostentación continua como forma de continuar siendo un tipo cercano a lo que siempre le ha rodeado. Además, pese a que en la prensa rosa francesa se le han atribuido numerosos romances con modelos, lo cierto es que es casi imposible encontrar alguna imagen de Kylian donde muestre su lado más privado.

En el vestuario del PSG era conocido cariñosamente como Kiki. También de Dembélé, compañero en la selección gala, se hizo íntimo desde que el ex del Barça llegara a París. Con él se escapaba a algún evento siempre que tenía algún día libre, como cuando asistieron al festival de cine de Cannes.

Mbappé, tras su primer gol en el Bernabéu.RELEVO

Elogios de sus ex

Edinson Cavani vio como Kylian batía su récord histórico de goles con el PSG y no dudó en felicitarle, a pesar de que por entonces ya no eran compañeros de equipo. De cuando sí lo fueron, el uruguayo destacaba su humildad, trabajo y capacidad para hacer piña en el vestuario.

Otro charrúa, Manuel Ugarte, que acaba de marcharse al United, nos reconocía que le unía una gran amistad con Mbappé. Que hacía tiempo que hablaba un perfecto español, y que además tenía especial afinidad con los futbolistas latinos, de los que incluso imita expresiones. Se había convertido en uno de sus mejores amigos y el que más le había ayudado en su integración en el vestuario y en la propia ciudad parisina: "Es uno más, y seguro que encajaría en el vestuario del Real Madrid". También hizo buenas migas con Ángel Di María y Leandro Paredes ha influido positivamente en el francés. De ahí que, durante algunas fases de la presentación con el Real Madrid, se hiciera viral su acento argentino. Sus compañeros rioplatenses reconocen que Mbappé bromea y usa palabrotas como si fuera uno de ellos. También sucedió con Messi, con quien mantuvo una gran relación y se siguen deshaciendo en elogios el uno con el otro siempre que surge la ocasión. De hecho, en el verano en el que se concretó la marcha de Leo al PSG, el francés mostró su voluntad de quedarse para no perder la oportunidad de jugar junto al astro argentino.

"Mbappé es uno más, encajará en el vestuario del Real Madrid"

Manuel Ugarte

Mauricio Pochettino nos explicaba que Kylian era el primero en llegar y el último en marcharse de los entrenamientos cuando le dirigía entre 2020 y 2022. Además, era raro el día en el que no se pasara por el despacho del cuerpo técnico y, entre mates y charla, se mostraba más que curioso sobre tácticas, correcciones y cuestiones futbolísticas actuales o de las de antaño, como cuando su entrenador se desarrollaba como jugador. Pero ese interés e implicación no quedaba ahí. "Pasaba las tardes en casa viendo fútbol, de repente nos llamaba, o mandaba fotos o vídeos de partidos que estaba analizando. Se veía hasta partidos de la Segunda división portuguesa y nos preguntaba. Todo lo hacía por aprender y mejorar, aun siendo el mejor", dice el entrenador.

Mbappé junto a Pochettino en el PSG.  EFE
Mbappé junto a Pochettino en el PSG. EFE

Con quien no terminó teniendo mucho feeling fue con Neymar. Con él empezó llevándose bien, pero la poca implicación que mostró el brasileño con el equipo terminó mermando la confianza. Sólo el brasileño se ha atrevido a lanzar alguna pullita a su excompañero a través de las redes sociales.

En los últimos tiempos, Dembélé y Achraf se habían convertido en sus principales escuderos. Hakimi estaba atravesando un momento personal muy convulso y Mbappé fue su gran apoyo. Se las ha visto este verano compartiendo vacaciones en Ibiza y, anteriormente, en alguna que otra escapada para ver algún partido in situ de la NBA. No olvidarán cuando un grupo de argentinos que estaban en el pabellón le cantaron la Muchachos, el tema que los albicelestes convirtieron en himno del Mundial que vencieron a los franceses. Kylian sonrió y encajó con humor la situación. Del mismo modo le hemos podido ver en circunstancias polémicas, sobre todo en el último año, cuando todas las voces apuntaban a su no renovación con el PSG y al acuerdo con el Madrid. Sin embargo, se mantuvo al margen y es difícil encontrar en la hemeroteca declaraciones o gestos comprometidos hacia el jeque, políticos franceses, Luis Enrique, periodistas, etc.

Mbappé está acostumbrado a compartir vestuario con grandes estrellas, incluidos los que jugaban en su posición o similar. De esos a los que solapar su protagonismo podría generar un conflicto, pero no ha sido el caso de Mbappé. El futbolista del Real Madrid cuida su imagen, declaraciones y actitudes de forma constante para que sus compañeros no le vean como una amenaza o una estrella agrandada. Sino como un joven que soñaba con jugar cerca de ellos, que trabaja igual o más que cualquiera y que ha venido a sumar. Kylian prefiere la normalidad y la naturalidad en el trato y sabe bien las jerarquías ya establecidas en un vestuario plagado de campeones de Europa. Llevaba años preparándose para ello.