Crónica de una crisis con Mbappé que nunca existió: "No estoy loco..."

El Real Madrid-Betis (2-0) fue un respiro para muchos en el conjunto blanco. Para Carlo Ancelotti, que por fin pudo ver un partido completo de su equipo que acaba en victoria. Para la afición, que temía que el Barcelona se alejara un poco más en la clasificación. Incluso para el vestuario, que quería marcharse al parón de selecciones con la tranquilidad de dejar el trabajo bien hecho y mostrar brotes verdes. Pero el que ni se inmutó a pesar de marcar dos goles y poner fin a su sequía de tres partidos fue Kylian Mbappé.

Con el francés no existe la crisis porque es plenamente consciente de que llega al Madrid para hacer historia. "Tres partidos para otra persona es poco pero para mí es mucho", afirmó sin reparo. No le sorprende la exigencia y piensa que con tiempo todas las piezas acabarán encajando. "No estoy loco. Sé que cuando un jugador como yo llega a un equipo como este cambian muchas cosas, no estoy loco, pero de verdad creo que desde los primeros partidos estamos mejorando", añadió.

Había motivos para estar ansioso. El 9 blanco es con diferencia el jugador que más ha disparado en las primeras cuatro jornadas de LaLiga con 26 tiros (necesitó 25 para su primer gol). Sólo contra el Betis remató nueve veces. Además, es al futbolista al que más disparos le bloquean (10). Pero mientras que cualquier otro se hubiese desesperado, Mbappé mantuvo la calma y el sosiego para definir el magnífico pase de Valverde y poner fin a la sequía. La acción la empieza Brahim, Rodrygo y en un toque de Fede que no sé ni cómo se dice lo que hace, yo estoy ahí, siento que el balón va a llegar y meto el gol", narró su jugada.

Ni siquiera se pone nervioso ante los micrófonos. Las estrellas del Real Madrid se prodigan poco ante la prensa, pero él habló en su segundo partido en el Bernabéu. Estuvo más de 20 minutos respondiendo preguntas con televisión, radio y prensa escrita tanto en español como en francés. Mostró sinceridad o incluso bromeó con los periodistas. Con un carisma deslumbrante se ganó a todos.

La palabra presión salió en varias ocasiones, en una de ellas asociada a Cristiano Ronaldo, su ídolo de la infancia. "No es presión, es fútbol. Todo el mundo sabe el respeto que tengo por Cristiano, pero vengo para ser Kylian. La única presión que tengo es la de tener que adaptarme al equipo". Lo cierto es que el francés tiene detalles que recuerdan al portugués, vigente máximo goleador de la historia de la entidad de Chamartín. Ambos, insaciables sobre el campo, controlan la escena como pocos.

Mbappé se empeña en caer bien. También en el vestuario, donde trata de acercarse a todos. Entre ellos, Vinicius, al que está muy agradecido por haberle escrito durante meses antes de llegar al Real Madrid. Ambos trabajan en que su sociedad funcione. El brasileño puso de su parte dejándole el penalti para que anotara un doblete. "He llegado a este club de manera natural, con humildad, con ganas de pasarlo bien también fuera del campo con los compañeros y el club, tanto con Vini como con los otros".

Todos volvieron a alucinar con su buen español y su gran discurso con apenas 25 años. Sabe que llega al Madrid a hacer historia y viene preparado en cuerpo y mente para ello. Encuentra en Cristiano un buen ejemplo al que seguir, pero escribe su propio camino. De momento, son tres goles y la sensación de que vendrán muchos más. El Mbappé que quería el madridismo ya está aquí.