La maldición del Sevilla suma y sigue: 16 años sin ganar a domicilio a Atlético, Madrid y Barcelona en liga
Los de Pimienta se caen en la última media hora y alargan un año más una racha interminable.
"Otro año igual". Esta era una de las frases más famosas en los noventa en el Ramón Sánchez-Pizjuán, cuando la afición del Sevilla se redimía ante la realidad de su equipo. No le daba para luchar por cosas bonitas. Ni siquiera un poco bonitas. Pues eso, treinta años después, vuelve a escena con una maldición que cada temporada se engorda. Con García Pimienta en el banquillo tampoco ha cambiado: los nervionenses han vuelto a caer en uno de los tres grandes campos de España.
Y es que tras la derrota (4-3) ante el Atlético de Madrid en el Metropolitano suma ya 48 partidos consecutivos sin ganar a domicilio a los colchoneros, culés o madridistas en liga. Hay que remontarse hasta 2008 para ver la última victoria del Sevilla en el Santiago Bernabéu, Camp Nou/Montjuic o Calderón/Metropolitano, cuando los de Juande Ramos vencieron 3-4 al Real Madrid en un partido loco. Es decir, 16 años sin lograr los tres puntos. 38 derrotas y 10 empates. Diez puntos de 144 posibles. Dato demoledor.
De hecho, la racha es tal que se ha colado entre las siete más históricas de LaLiga. La maldición del Sevilla en los estadios de Madrid, Barcelona y Atlético es la séptima más importante y la tercera en activo -el Elche, con 72 partidos, es la primera-. Equipos como Celta de Vigo (79), el propio Elche, Las Palmas (61), Murcia (55 y continúa vigente), Real Sociedad (53) y Betis (51) son los otros equipos más perjudicados en este aspecto.
García Pimienta, quien habló precisamente de esta maldición en la rueda de prensa previa y apeló a que las rachas están para romperlas, analizó el dato tras el partido: "Actitud hemos tenido toda la del mundo. Mira cómo se ha tenido que esforzar el Atlético para conseguir los tres puntos porque el Sevilla ha hecho un partidazo. Reponerse a un gol, con el estadio cómo estaba apretando, con buen juego... incluso hemos estado cerca de marcar el 1-3 en la primera parte con dos ocasiones y una llegada de Lukebakio. Pero claro, también juegas contra rivales que son de primerísimo nivel. Es un equipazo. Para mí, el que está más en forma. Te hacen cambios y te siguen sometiendo. El estadio apretaba muchísimo, el cansancio se ha notado también y en ningún caso ha sido cosa de actitud".
Sin duda, una derrota más, pero no 'una más'. Por la forma de jugar que tuvo un Sevilla valiente... y por la, imposible de no mencionar, tremenda caída en la última media hora de partido. De 1-3 a 4-3... y suma y sigue una maldición interminable. Porque por el Metropolitano, Bernabéu o Camp Nou han pasado los Sevilla de Unai Emery o Julen Lopetegui, incluso el de Mendilibar -el último que tocó plata-, y todos se volvieron a casa con la misma sensación de impotencia. El irrompible muro psicológico continúa frenando a los nervionenses.