FC BARCELONA

Makaay pone en un altar al Deportivo y recuerda su no fichaje por el Barça: "Eligieron a un catalán porque no querían otro holandés"

El delantero pudo ser del Barça en 1999 pero los azulgrana prefirieron a Dani García Lara, por el que pagaron el doble.

Roy Makaay en un partido de Champions ante el Milan. /AGENCIAS
Roy Makaay en un partido de Champions ante el Milan. AGENCIAS
Alberto Martínez
Alex Pintanel

Alberto Martínez y Alex Pintanel

Hablar de Roy Makaay es hacerlo del Deportivo de Javier Irureta, de la Liga ganada en mayo del 2000 en un Riazor repletó que sacó luego a hombros a los jugadores, de un Djalminha en plan mago. Es también hacerlo de un delantero rápido y rematador, con el gol entre ceja y ceja, que llegó a España por Tenerife y después se hizo un nombre en A Coruña: fue pichichi de la Liga en la temporada 2002-03. El delantero comparte momentos mágicos también en un grande de Europa como el Bayern de Múnich. Y, de eso y de mucho más, ha hablado largo y tendido en una entrevista en profundidad para la web Helden.

El delantero ha explicado un pasaje nuevo, que se sitúa en 2003, cuando finalmente puso fin a su carrera en un Deportivo que se había renovado con jugadores como Walter Pandini, Albert Luque o Diego Tristán. El futbolista finalmente es traspasado al Bayern de Munich, uno de los grandes de Europa, y tuvo un encuentro con un Louis Van Gaal que había sido entrenador del Barça en dos etapas, una primera de dos años de 1997 a 1999 y una segunda que finalizó en enero de 2003. Y, allí, en medio de un torneo en Aruba, el exseleccionador neerlandés se sinceró con Makaay, que lo relata así. "Van Gaal intentó traerme a Barcelona. Ellos, Valencia y Bayern Munich me querían. Van Gaal luego me dijo que él también pensaba que el Bayern era un club maravilloso y luego me destacó la grandeza de Múnich. Al final, el Barcelona eligió a un catalán, creo que a Dani del Mallorca. No querían otro holandés...", apostilló.

El Barça de los holandeses de Van Gaal: «Tú, siempre negativo...»

Todo se sitúa en el verano de 1999, cuando Louis Van Gaal inicia su segunda temporada en el FC Barcelona, conocido como el de los holandeses. Estaban Hesp, Reiziger, Frank de Boer, Cocu, Zenden, Ronald de Boer y Kluivert… por lo que todo aquello era una comidilla en la ciudad condal: se había creado un grupo fuerte de soldados pretorianos de Van Gaal. Y también llegó Bogarde. El técnico, muy cuestionado y enfrentado a la prensa -"la famosa frase de tú eres muy malo, siempre negativo, nunca positivo"-, consiguió ganar la Liga pero no enamoró con su juego, y se querencia por traer jugadores neerlandeses parecía no tener fin.

Ese aspecto fue el definitivo para que Makaay, que había realizado una gran temporada en el Tenerife (14 goles), y el Deportivo de la Coruña, que buscaba un nueve, huérfano tras el vacío que había dejado Bebeto años atrás, pagó 1.350 millones de pesetas (ocho millones de euros) por el futbolista. Otro holandés hubiera sido otra cuestionamiento para Van Gaal, por lo que el FC Barcelona se lanzó por Dani García Lara, catalán con pasado en el Real Madrid y que había realizado una gran temporada en el Mallorca con una final de Recopa incluida y una Supercopa ganada al Barça (49 partidos y 19 goles). Los de Josep Lluís Núñez pagaron 2.500 millones de pesetas, lo que supone 15 millones de euros.

En el futuro, el fichaje de Dani no dio demasiada rentabilidad. El futbolista, que vivió una época de lío institucional en la entidad y de inestabilidad en el campo, jugó cuatro temporadas, con 85 partidos y 19 goles. Makaay, en cambio, logró 181 partidos, marcó 97 goles y fue traspasado por 20 millones de euros al Bayern de Munich.

El recuerdo del delantero de sus años en Riazor y de su regreso

El paso de Makaay por el Deportivo fue inolvidable, como recuerda el propio futbolista, que señala el mejor momento de su carrera: "El campeonato de España con el Deportivo La Coruña es el único título de Liga en la historia del club. Hubo mucho drama después de ese campeonato perdido en el último día de la competición en 1994, cuando Miroslav Djukic falló un penalti en el tiempo de descuento contra el Valencia y el Barcelona aún así se proclamó campeón. Pocas veces he visto gente tan feliz como cuando salimos campeones. Esa misma tarde hicimos un recorrido por la ciudad. Bueno, no avanzamos, había tanta gente en la calle".

Al formar parte de una plantilla de leyenda y muy querida en A Coruña, Makaay dejó una huella para siempre como comprobó en 2007 cuando regresó a Riazor con la camiseta del Feyenoord: "Estábamos completamente perdidos, pero en los últimos cinco minutos recibí una serenata masiva, como si todavía estuviera jugando para ellos. Realmente no sabía dónde mirar, los homenajes no paraban. Fue el único momento destacado de ese partido. Los jugadores no supieron qué les golpeó en esos últimos cinco minutos. Gio me dijo después: 'Roy, vamos, vas a agradecer al público español'. Fueron momentos especiales".