El Real Madrid sigue con la 'L' y las pruebas sin Kroos sepultan a los laterales
Nada que no se pueda arreglar en relación con el resultado, como se pudo comprobar en los últimos minutos con los goles de los últimos en salir, Brahím y Endrick, pero todavía mucho por corregir en relación con el juego y el mando en el partido. El Real Madrid, como tantos otros equipos a estas alturas de la temporada, está en pruebas.Ancelotti no se escondió al respecto. Hasta el punto que trabajó con tres sistemas a lo largo de los 90 y tantos minutos. No fueron en ningún caso variantes traumáticas, pero sí se pudo deducir que en los tres dibujos los laterales han perdido protagonismo.
Ya se vio en Mallorca. El overbooking de delanteros, jugar con casi cuatro, afecta directamente a los dos defensores de banda. Han perdido libertad ofensiva para aumentar responsabilidades defensivas. Se trata de equilibrar las zonas. Ya habló de ello el técnico italiano después del primer partido en el que Carvajal y Mendy apenas pasaron del centro del campo. Y más o menos ocurrió ante el Valladolid. No estaba Bellingham, pero Güler tiene, más o menos, idéntica vocación de ataque y se trata de que Tchouameni, que no anda nada fino, y Valverde, que no para de tapar espacios, no se queden desamparados.
Los elegidos, de momento, para el deseado equilibrio no son otros que los laterales. Carvajal y Fran García, sostenidos en su terreno para que la ocupación de los espacios no caiga en el disparate. Ancelotti comenzó con un 1-4-2-3-1. Güler, centrado, por delante del tándem Valverde-Tchouameni. Visto que con esa disposición su equipo no funcionaba, no mandaba en el juego, primera variación tras el descanso. Paso al 1-4-4-2 con Güler a la derecha y Rodrygo a la izquierda. Los laterales no cambiaban de función. Atrás para defender. Las entradas de Modric y Brahím dieron paso a una nueva variante: 1-4-1-4-1 con Mbappé como referencia ofensiva. Nada distinto para Carvajal y Fran García, que se asomaban lo justo por la divisoria con el freno de mano echado.
En esta búsqueda de compensar un equipo sin Kroos y sabiendo que no tiene en la plantilla ningún jugador que ni se asoma a las características del alemán, el técnico continúa con la 'L'. Sin Bellingham, paso al lado al 1-4-3-3 de Mallorca. La temporada pasada siempre que faltó el inglés por sanción o por lesión, su sustituto fue Brahím. Y lo había hecho más que bien. En esta ocasión, el titular fue Güler, que apareció en el partido tras el descanso con tres ocasiones de gol consecutivas y, precisamente, cuando cambió su posición y abandonó la mediapunta para arrancar desde la derecha.
El martes, seguro, más pruebas. Hasta ahora ninguno de las cuatro ensayos tácticos ha funcionado tal y como hubiera deseado Carletto y no sería de extrañar que la nueva tentativa pasara por la titularidad de Modric, bien para formar pareja con Valverde o para colocarse como mediocentro, como hizo en los tanteos amistosos de la gira norteamericana. También tiene el Real Madrid que mejorar la conexión Mbappé-Vinicius. Cuando a los dos les cortan el campo y no les dejan correr, como hizo el Valladolid con su organizadísimo bloque en 25/30 metros, sufren y no se sienten cómodos. Tanto como les ocurre a los laterales. Y si no, que se lo pregunten a Carvajal, que la temporada pasada marcó seis tantos y dio cinco pases de gol. Y ahora se frena cuando ve la línea del mediocampo y no por deseo propio, sino por las indicaciones de su entrenador. El equilibrio, dichoso equilibrio, tiene la culpa.