REAL MADRID

El Real Madrid no da esta imagen con Benzema

Las ausencias del francés han coincidido con las peores derrotas de los blancos esta temporada: Leipzig, Vallecas, Mallorca y Girona.

Benzema se lamenta durante el partido ante el Celta. /REUTERS
Benzema se lamenta durante el partido ante el Celta. REUTERS
Manuel Amor

Manuel Amor

El Madrid volvió a pagar el peaje del día a día en Montilivi, de donde salió atropellado y sin respuestas ante el acoso del noveno clasificado. No es la primera derrota gruesa de una temporada de extremos. En Girona, como otros días, lo intentó Vinicius, pero con el brasileño no basta. Él tampoco pudo evitar el resto de tropiezos sonados del curso. El Leipzig arrasó a los blancos en octubre en la noche que enfureció a Ancelotti, Vallecas les encogió en noviembre, el ambiente de Mallorca les pudo en febrero y la voracidad del Taty retrató hasta a Militao este martes. Todos esos patinazos, sin excepción, han tenido un denominador común: no estaba Benzema.

El francés faltó a la cita ante el Girona porque acabó con molestias el partido ante el Celta. En otro momento podría haber forzado, pero con LaLiga imposible (a 11 puntos del Barça) prefirió reservarse para lo que se viene. Hace meses que él mismo se autorregula y decide cuándo debe llevar al límite a su cuerpo. Al terminar el choque contra los vigueses se trató con los fisioterapeutas y, en sintonía con Carletto, acordó guardar fuerzas. Su equipo lo acusó con creces, como en la inmensa mayoría de noches aciagas.

Karim no necesita brillar para ser el faro de un equipo que añora sus goles, su visión y su infravalorado liderazgo. Todos sus percances físicos, prácticamente sin excepción, pasan factura. Ancelotti no olvidará fácilmente la noche en la que su equipo no compitió ante el Leipzig (3-2). En los días previos, Benzema sintió molestias y optó por no arriesgar. El italiano dijo tras aquel encuentro que nadie pensaba "en el Mundial", pero tenía sospechas. Como informó Relevo, las métricas que manejaba el cuerpo técnico del Madrid eran preocupantes y se utilizaron para dar algún toque de atención. El once fue prácticamente el de gala, pero sin el francés al equipo blanco le faltó gasolina.

Ancelotti, en Leipzig.  GETTY
Ancelotti, en Leipzig. GETTY

Ese día el Madrid ganó menos duelos, recuperó menos balones, hizo menos entradas y recibió más faltas. Benzema es el alma futbolístico y el capitán amable, pero también el encargado de abroncar cuando toca, de pedir más y de ejercer de poli malo cuando considera que la agresividad del resto del equipo no es la adecuada. Ancelotti regresó cabreado de Alemania y con otra preocupación en la cabeza: el siguiente partido liguero en Vallecas. Otra vez no le faltó razón. Otra vez no estaba Benzema.

El francés se cayó de aquel duelo por los problemas musculares que le atormentaron antes de Catar, y su equipo fracasó. El Rayo le arrasó de principio a fin en una exhibición de los de Iraola. En el once estaban los cracks (Vinicius, Rodrygo, Asensio, Valverde), pero faltó carácter. Como en otro duelo comprometido al que Benzema tampoco se desplazó: el de Mallorca. El ambiente ya era tenso por los enfrentamientos previos entre Vini, Raillo y Maffeo, y un desafortunado error de Real Madrid Televisión avivó la crispación.

El día previo, como es habitual, el canal del club grabó el entrenamiento en Valdebebas… pero falló en la edición: se le coló un grito de Carvajal ("le voy a decir dos cositas al Raillo este") que provocó que Son Móix recibiese todavía peor al Madrid. Con Benzema fuera por cansancio, el ambiente dejó petrificado a los blancos y provocó otra derrota de esas que recuerdas en abril, cuando las Ligas se te escapan y ya no hay vuelta atrás.

Valverde, tras la derrota en Girona.  AFP
Valverde, tras la derrota en Girona. AFP

En Girona tampoco se presentó al examen y los de Ancelotti suspendieron con mala nota. Le echan de menos por su fútbol, pero también por la célebre energía a la que tanto apela el italiano. Esa que decide en los días grandes y que empuja al resto a sacar el espíritu Real Madrid. El mismo que no apareció en Montilivi y que se esconde cuando Karim descansa.

Esta temporada el 9 se ha ausentado de 15 encuentros por diversos problemas físicos. Los suyos también han sacado adelante duelos difíciles sin él (en El Sadar o el Metropolitano), pero lo pasan mucho peor sin su capitán. Con LaLiga como mero pasatiempo hasta que junio la liquide, sus compañeros le necesitan para las batallas que están por venir. La primera, la final copera ante Osasuna del próximo 6 de mayo; después, para la eliminatoria ante el City. Karim se prepara a conciencia para no fallar y para evitar más tropiezos de los que cabrean al madridismo... y también a su entrenador.