La letra pequeña de las cuentas del Barça reafirma un ingreso ficticio y un retraso en el Camp Nou... de al menos dos meses

El último día de septiembre, el FC Barcelona publicó un avance de las cuentas del ejercicio 2023-24 y de las previsiones para el actual, donde destacó la recuperación en líneas generales especialmente gracias a la reducción en el gasto de plantilla, a los ingresos comerciales y de BML (la línea de productos del club que se considera la joya de la corona) y a una política de austeridad a la hora de confiar en La Masia y no invertir en fichajes (la única operación fue la de Dani Olmo). Pero hay una letra pequeña de fácil interpretación que ofrece la otra cara de la moneda, tanto de las cuentas que se presentarán en la Asamblea (el 20 de octubre como fecha posible) como del ejercicio futuro y de los movimientos limitados.

El Barça presentó unos beneficios de 12 millones en su ejercicio ordinario, sumando los ingresos extraordinarios de las ventas de jugadores, pero a instancia del auditor el Barça remarcó los impagos de Barça Studios (la sociedad Bridgeburg Invest, S.L), por lo que realmente el ejercicio se cerró con unas pérdidas de 91 millones. No fue una sorpresa para los socios que siguen al dedillo la economía azulgrana, quienes ya advertían de esta circunstancia al calcular la junta directiva un ingreso ficticio en sus últimas cuentas y poder salvarlas, pero no lograr cubrirlo en su totalidad.

Barça Studios se valoró en 408 millones de euros y el Barcelona logró vender en una primera instancia el 49% del negocio, lo que se resume en 204 millones de euros. Esa cantidad la declaró como ingreso futuro, y sigue apareciendo en sus cuentas pese a los impagos de Libero y de otras sociedades. Realmente, la entidad únicamente ha recibido 63 de los 204 millones, lo que obviamente el club no podía pasarlo por alto esta temporada. Si el curso 2022-23, la entidad presentó unos beneficios de 304 millones gracias a la activación de Barça Studios y a su valoración, un año después no ha conseguido esos ingresos y el auditor lo ha remarcado.

Por eso es tan importante la vuelta al Camp Nou, porque en Montjuïc se pierden al menos 100 millones por ejercicio, lo que provoca que de nuevo el club esté limitado por esa circunstancia dado que el regreso se demora: las cuentas del Barça dependen ahora mismo de un ingreso ficticio que no ha llegado y de la venta de jugadores. Lo del Camp Nou es otro punto de la letra pequeña.

Mientras el FC Barcelona aseguró por activa y por pasiva al comienzo de las obras que quería regresar al Camp Nou para el 125 aniversario de la entidad, y eso es a finales de noviembre, en el comunicado emitido se asume que volverá (y al menos tiene esa intención) para la segunda vuelta del campeonato. Y ese partido no se celebrará hasta el 26 de enero. La junta directiva de Joan Laporta, que ya hablaba de diciembre, finales de año o 2025 en sus últimas intervenciones, asume ahora que la cosa va más bien para finales de enero o primeros de febrero. Es curiosamente ahí donde comienza la segunda fase de la Champions con una amenaza: la UEFA no permite cambiar de estadio en una misma fase, así que si el primer partido se juega en Montjuïc, toda la competición deberá celebrarse en la Montaña Mágica.

Como ya publicó este medio recientemente, los expertos no creían que el Barça pudiera jugar en 2024 en el Camp Nou y, según otras fuentes consultadas que siguen la obra al dedillo, la demora en la instalación es lo que ralentiza la finalización de la primera fase y se habla más de marzo y abril que de febrero. De ahí que, de nuevo, este ejercicio necesite de la venta de jugadores por los millones perdidos en Montjuïc, mientras que la Champions, con un formato nuevo, hace que el club sea prudente y se sigue explorando el mercado para encontrar un inversor importante para Barça Studios que aporte ese ingreso que era ficticio aunque ya lo advierte con contundencia: "En cumplimiento del Plan General Contable, el Club debe registrar este potencial impago por principio de prudencia, sin renunciar en ningún caso a cobrarlo igualmente en el futuro y/o llevar a cabo las acciones que se requieran".

Como todo, las cuentas del Barça cambian de color según quien las mire, pero lo que está claro es que a medida que se acerca la vuelta al Camp Nou y la recuperación de la normalidad en los ingresos, el club de Joan Laporta está más cerca de salir de la UCI.