FC BARCELONA

Lamine Yamal explica su enfado en Mendizorroza: "La rabia tenía más que ver con mi forma de jugar que con el cambio; era conmigo mismo"

El joven jugador del FC Barcelona atiende a los micrófonos de Radio Nacional Española en la concentración de la Selección.

Lamine Yamal habla sobre su partido contra el Alavés. /REUTERS
Lamine Yamal habla sobre su partido contra el Alavés. REUTERS
Mateo López de Prado

Mateo López de Prado

Lamine Yamal es observado con un ojo de halcón durante cada segundo que está expuesto a las cámaras. El impacto de sus regates, jugadas individuales, goles o asistencias traspasan la línea de cal. Y su tempanada edad no le impide ser la imagen central de un país y de un equipo centenario. El Barcelona ganó en Vitoria-Gasteiz con cierta comodidad, en 25 minutos habían encarrilado el encuentro con un hat-trick de Lewandowski. Pero, había un rostro con cierta decepción y rabia, era el del joven futbolista de 17 años.

La Selección Española regresó. La Nations League espera en el horizonte y los campeones de Europa se vestirán con la indumentaria nacional ante Dinamarca, en primera instancia el 12 de octubre, y luego ante Serbia el 15 de octubre. En medio de la concentración en la Ciudad de Fútbol de las Rozas, RNE aprovechó la oportunidad y se reunió con el canterano culé para conocer sus impresiones sobre la temporada actual, lo que le pasa por la cabeza al ser una estrella con tan corta edad y dar a conocer la razón del enfado recopilado hasta la extenuación por los fotógrafos y las televisiones.

La actualidad manda y el suceso más reciente es el partido ante el Alavés en Mendizorroza. Y, aunque el equipo ganó, convenció y despejó las dudas generadas ante Osasuna en la anterior jornada disputada en el Sadar, Lamine Yamal estaba en su propia cabeza. "No estoy contento con el partido contra el Alavés… Podría haber jugado mejor. Me exijo mucho y creo que esa es la línea que tengo que seguir para jugar todos los partidos al 100%", declaraba.

No atraviesa la mayoría de edad y su madurez -dentro y fuera del césped- se atisba nada menos que sorprendente para un adolescente. Responsabilidad, esfuerzo, sacrificio defensivo y el toque mágico con la varita conforman una mezcla, que hasta el momento, tiene un sabor de matrícula de honor. Porque, no estaba molesto con el cambio en el minuto 67', entiende que tiene que descansar, sino que el cabreo era consigo mismo por sentir que no había jugado correctamente. "La rabia tenía más que ver con mi forma de jugar que con el cambio. Era conmigo mismo. Creo que no ayudé al equipo todo lo bien que podía".

Lamine muestra una responsabilidad individual asombrosa, pero, además, viene acompañada del entendimiento y de la preocupación por el bienestar de cada uno de sus jugadores de un entrenador como Hansi Flick. Esa sinceridad y comunicación producen un mayor potencial para las dos partes y que el jugador se exprese con sinceridad, ya que el alemán se acercó al atacante español para conocer lo que ocurría. "Le dije a Flick que estoy enojado por mí mismo. Da mucha confianza y es muy cercano a todos, a los veteranos, a los jóvenes, a los que juegan más o los que juegan menos. Se ve que todos estamos muy cómodos en el vestuario".