La "Kryptonita" de Xavi en el Barça de los laterales
Celta, Mallorca y Granada le han anotado dos goles usando un 5-3-2.
Los equipos de fútbol son organismos vivos, y como tal tienen sus tiempos hasta que agarran la forma deseada, que rara vez se suele ver en el mes de octubre, y mucho menos si, como el FC Barcelona, tiene a dos de sus jugadores más importantes (Joao Félix y Cancelo) sin haber hecho pretemporada, debutando cuando LaLiga ya lleva unas jornadas. Para aglutinar a un talento que se suele salir del guion, es necesario mover piezas para encontrar el equilibrio necesario, y hasta la fecha, el Barça no lo ha encontrado, en gran medida porque el equipo no ha contado con la plantilla al completo en ningún momento.
Este curso, el Barça ha visto como su defensa, que le mantuvo en lo más alto en los momentos de peor juego, no está siendo capaz de dar respuesta al "nuevo" Barça que plantea Xavi, sobre todo ante un esquema concreto que muchos equipos están usando para enfrentarse a los azulgrana: el 5-3-2. Con esta disposición, el rival se asegura una ventaja muy jugosa, y que se está viendo que da puntos, que es una doble punta que se iguala numéricamente con los dos centrales azulgrana, lo que le permite explotar cada pérdida de los de Xavi. De momento, y pese a jugar con distintos futbolistas en cada uno de ellos, no ha habido respuesta para contrarrestarlo.
Benítez, Aguirre y Paco López usaron el mismo sistema, con distintos perfiles, y casi idénticos resultados: todos lograron marcar dos goles y poner contra las cuerdas al Barça, y es curioso que el equipo que mejor jugó, el Celta, fuese el único que no puntuase de los tres. ¿Por qué al Barça le cuesta este sistema?
El principal problema es que pasar de Koundé como lateral a Cancelo no es solo un cambio de nombre, sino algo mucho mayor. El Barça de Xavi se hizo fuerte cerrando con tres futbolistas que además eran ganadores de duelos y defendían con mirada de central, lo que suponía que el exponerse más por delante de la línea de balón no estaba tan penalizado. Con Cancelo, Xavi ha sumado a un jugador tan creativo como anárquico, un futbolista capaz de ganarte partidos como un mediapunta partiendo desde el lateral. Y eso requiere entender al jugador dentro del colectivo, potenciarlo para que sus virtudes brillen y sus carencias lo hagan menos. Y esto llevará tiempo.
Cancelo no es un jugador que tome decisiones conservadoras. Y esto no es malo per se. Lo que sí es un poco más nocivo para el equipo es el hecho de que el colectivo no trate de adelantarse a esas decisiones, separando mucho las líneas y facilitando la tarea al rival con una presión poco eficiente y demasiada distancia entre los centrales y el resto. Ningún equipo en el mundo cuenta con un desfibrilador del nivel del portugués, futbolista que puede ofrecer ventajas dependiendo de su rol o lo que proponga el rival, y el juego llevará a Xavi a tomar una decisión respecto al papel de sus laterales, porque siendo uno un extremo (Balde) y el otro un alma libre (Cancelo), la transición defensiva azulgrana está quedando desguarnecida.
Cancelo y Balde son dos muy buenos defensores en duelo directo; intuitivos, agresivos y con un físico que les permite ganar muchas disputas. Pero no pueden defender espacios en los que no están, y este está siendo el principal problema del Barça: que les exigen defender zonas que, por la naturaleza del equipo, están despobladas. Como se aprecia en la imagen anterior, el Barça es un equipo al que se le gira con facilidad, es decir, se pone a correr a sus jugadores hacia atrás con un solo pase, ya que se presiona de forma laxa al poseedor de la pelota y se descubren espacios interiores.
Hasta que el equipo no junte a Pedri, De Jong, Cancelo, Félix y Gündogan, será imposible tratar de adivinar en qué se convierte el Barça y qué caminos recorre para protegerse y ser más fuerte con la pelota, lo que llevará de forma implícita a una mejoría defensiva que ahora es débil, en gran medida, por la forma en la que el Barça ataca y se sitúa con balón. Pedri y De Jong dotarán al equipo de más dinamismo y seguridad con la pelota, y de muy seguro que provocarán recorridos distintos en Cancelo, mejores ubicaciones para Gündogan y mucho menos tiempo y espacio para que el rival piense.
Si algo está enseñando este inicio de curso del FC Barcelona es que atacar bien implica defender mejor, que tener a un gran jugador (Cancelo) implica una gran responsabilidad y que las primeras 9 jornadas le están sirviendo a Xavi para probar, ajustar y ver qué puede sacar en claro para cuando la temporada llegue a febrero. En un deporte que anula la paciencia, el mejor es siempre el que sabe integrarla en su vorágine sin quedarse nunca en el mismo punto.