Julen Agirrezabala, el héroe de la Copa que fue portero de casualidad: "Mi madre está mejorando, pero vivió los penaltis desde el baño de La Cartuja"
El joven portero del Athletic Club se abre con Relevo y repasa una actualidad que le coloca en el foco ante un oportunidad única por la baja de Unai Simón.
Julen Agirrezabala está viviendo unos meses clave en su carrera. Ante la baja de larga duración de Unai Simón, el joven portero, consolidado ya como un jugador de primer nivel, tiene ante sí la oportunidad de defender la portería rojiblanca durante varios meses. Un golpe en un entrenamiento estuvo a punto de truncarlo y hubo momentos "duros" y de incomprensión, pero ya está plenamente recuperado para seguir demostrando lo que ha dejado claro en el césped cada vez que ha tenido la oportunidad. Tiene nivel para ser figura, como lo demostró en La Cartuja hace unos meses, manteniendo al equipo vivo en la final de Copa con sus paradas y llevando la gloria a Bilbao 40 años después.
Nada de eso se le olvida. Imposible. Un "chute de motivación" que le acompañará toda su carrera a este joven guardameta que ocupa este puesto, e incluso esta profesión, casi de casualidad. Así lo cuenta él mismo en esta entrevista con Relevo en las instalaciones de Lezama, que llega en el primer parón liguero de este curso en el que debe asumir la responsabilidad. Lo afronta con calma, como casi todo lo que hace en su vida. La frase que dice que "los porteros siempre tienen un punto de locura" no va con él. "Eso me dicen", reconoce, aunque deja una coletilla por si acaso: "Algo tendré", dice entre risas.
Una conversación que sirve para conocer mejor a un portero de Rentería, guipuzcoano, que llegó a Lezama con 17 años y se ha consolidado como uno de los porteros con mayor potencial. Se lo debe a un verano en Peñíscola y al interés de su primo por jugar al fútbol, pero también a unos padres que le han acompañado durante este camino con la idea firme de primar los estudios -cursó Ingeniería Mecánica y Administración de Empresas- y que lo siguen viviendo con pasión. Para muestra los nervios que vive su madre, que apenas puede ver sus partidos. Imagínense los penaltis de La Cartuja.
Allí se convirtió en héroe, aunque le dé vergüenza escucharlo y mucho más reconocerlo. Su tanda de penaltis estará para siempre en el recuerdo de todo aficionado rojiblanco y el paseo por el Nervión, en el corazón de un Julen Agirrezabala que no se conforma. "Ojalá repetirlo porque hacer feliz a la gente es un chute". Por el momento, ya recuperado de su lesión de espalda, está a pleno rendimiento. "Fue un momento duro porque se me abría la puerta de poder jugar los primeros partidos de Liga y a ningún jugador nos gusta sufrir lesiones, y menos en un momento así, pero ya estoy recuperado y con ganas de seguir afrontando este inicio de liga", responde a la primera pregunta.
¿Cómo fue? ¿Y, sobre todo, en ese momento qué se te pasa por la cabeza?
Fue un golpe entrenando bastante duro, bastante fuerte, pero bueno, en el momento me pude reincorporar, hice un par de acciones más y ya me retiré del entrenamiento. La verdad que no sabía qué alcance podía tener, pero cuando te dicen que es algo en las vértebras y que hay fractura, te vienes un poco abajo. Fue un momento bastante malo, pero bueno, a partir de ahí ya pensando en la recuperación, en recuperarme bien y estar lo antes posible. Sí que es verdad que no ha sido fácil gestionarlo porque es una lesión en los que hay momentos en los que estás peor, en otros con mejores sensaciones, pero ya pensando en ayudar.
Ya es mala suerte lesionarte en este momento, tras la operación de Unai Simón. ¿Te costó asumirlo?
Siempre lo primero que piensas es por qué a mí, ¿no? Porque justo en este momento en el que parece que tienes la oportunidad de empezar jugando los partidos... Hace dos años en pretemporada, Unai estaba un poco tocado del hombro y yo tenía también esa oportunidad y me rompí un dedo entrenando. Sí, lo primero que piensas es por qué a mí, pero luego ya reflexionas y te das cuenta de que al final no ha sido para tanto, que hay cosas muchísimo peores y le das la vuelta.
¿Cómo vives esta oportunidad?
Intento afrontarlo con naturalidad y, sobre todo, con mucha ilusión. Al final en estos tres últimos años no he jugado muchos partidos, aunque sí que considero que he jugado partidos muy importantes y eso me ha ayudado a mejorar como deportista y como portero. El año pasado encima pudiendo ganar la Copa, eso también fue un chute emocional enorme. Cuando juegas pocos partidos y parece que se te asigna una competición, en mi caso la Copa del Rey, y después de que el club llevara tantos años sin ganarla y poder conseguir el título obviamente a nivel colectivo es algo increíble, pero a nivel individual también me ha dado muchísima confianza.
Luego hablaremos de la Copa, pero quiero viajar a tus orígenes. ¿Qué te hizo ser portero?
Si te digo la verdad de pequeño no me gustaba mucho el fútbol. Mis amigos iban en los típicos campus de verano allí en el pueblo y yo era de los que me quedaba fuera porque no me gustaba mucho. Pero hice un viaje con la familia a la playa y casi de casualidad mi primo empezó a chutarme balones y me empezó a gustar el tema de parar. Así empezó la historia.
¿Cómo convivías con la posición? ¿Te gustaba o sufrías?
La verdad que, sobre todo el primer año, llegaba bastante nervioso a los partidos e incluso, no sé si decir que lo pasaba mal, pero sí que recuerdo muchos nervios antes de los partidos. Luego ya me concentré en disfrutar, que creo que a esas edades de formación es lo importante. Obviamente, también haciendo caso a los entrenadores y en corregir todo lo que puedas, pero creo que lo esencial es disfrutar de un deporte tan bonito como es el fútbol y me centré un poco en eso, en disfrutarlo. Y así he ido pasando etapas hasta el día de hoy.
Creo que la que sufre mucho es tu madre, ¿no?
Así es, sí, sí. Mi madre se pone muy nerviosa durante los partidos. Dice que ahora está mejorando, algunos los ve, pero otros no es capaz ni de verlos. Pero bueno, al final entiendo que es normal.
Como para preguntar por los penaltis de La Cartuja...
Estuvo allí en el campo, y menos los penaltis, vio el partido entero, así que se puede decir que está mejorando. Los penaltis los vio en el baño. Me dijo que no era la única, así que creo que estaba bien acompañada.
A todo el que se le pregunta habla de ti como una persona muy normal, muy tranquilo y centrado. ¿Eso viene de casa?
Mis padres al final son los que me han criado, los que me han dado la educación que tengo hoy en día y son personas esenciales en mi vida. Desde pequeño también me han inculcado que el tema de los estudios era muy importante, yo también le he dado mucha importancia, y en el fútbol también han estado dispuestos a ayudarme en todo, de llevarme de un sitio a otro, en el Antiguoko entrenábamos en horarios poco habituales y siempre me ayudaron.
Futbolista y estudiante. Un rara avis.
(Se ríe) No te voy a engañar, ahora mismo no estoy haciendo nada, pero sí que creo que es muy importante el tema de los estudios y así me lo he tomado siempre. Al final el fútbol no sabes a dónde te puede llevar y lo normal es no llegar a la élite. Empecé un grado de Ingeniería Mecánica, pero cuando llegué al Bilbao Athletic y con el cambio de horario a entrenar por las mañanas se me hizo complicado el poder atender a las clases y en el momento en el que en una ingeniería no puedes atender a clases se hace complicado. Lo terminé dejando y luego me metí en Administración de Empresas y ahora mismo lo tengo un poco parado. Pero sí, estoy siempre pensando en ocupar el tiempo con algo, porque al final creo que es importante también hacer algo con ese tiempo que tenemos libre.
Decías que en los campus no jugabas a fútbol. ¿A qué jugabas?
Me gustaba mucho dibujar. Siempre he sido, más de pequeño, muy fanático de los animales y siempre me gustó dibujarlos y pintarlos y ocupaba la mayoría del tiempo de esa manera.
¿Y ahora? ¿Eres de los que ve mucho fútbol?
Sí que veo mucho fútbol de LaLiga y de la Premier. En mi posición, que es muy específica, creo que es importante estar pendiente de lo que hacen otros, de poder mejorar. Y sobre todo me gusta estar con la familia, pasar tiempo con los seres queridos, con los amigos... Ahora por tema de la lesión he podido ir un poco a mi pueblo a estar con mis amigos y es lo que más me gusta.
¿Cómo se recibe en Rentería al héroe de la Copa del Athletic?
Hay mucha gente de la Real, pero también del Athletic, eh. Hay mucha gente que me ha felicitado, que se alegra mucho por mí y bueno, la verdad que estoy súper agradecido de todo el apoyo que tengo, tanto de mi familia como de mis amigos, como de toda la gente del pueblo que se alegra por cada triunfo que tengo en el fútbol y la verdad que es de agradecer.
Me gustaría hablar de tu renovación. No es habitual que un portero que habitualmente es suplente pero que ha destacado mucho, con un portero tan asentado como Unai Simón por delante, renueve y lo haga por tantos años.
Bueno, desde que el Athletic se fijó en mí, cuando estaba en el Antiguoko, la verdad que me he sentido muy bien valorado aquí. Siempre me han dado muchísimas facilidades desde que vine con 17 años, en la residencia, en los estudios y un poco el tema de la convivencia también en Lezama. Creo que me lo han hecho todo más fácil y también he ido quemando etapas hasta poder llegar al primer equipo. Y los años que llevo en el primer equipo, a pesar de, como dices, no ser protagonista en cuanto a partidos jugados, me he sentido muy valorado. Y como broche, además, que el club y el míster confiaran en mí hasta el final en estos últimos años es para estar súper agradecido.
¿A la hora de decidir pensabas en esta oportunidad que se abría con la operación de Unai Simón?
No es tanto eso. Como te digo, al final desde que debuto en el primer equipo, tanto Marcelino como Ernesto, a pesar de no disputar muchos minutos, creo que los minutos que he disputado han sido muy importantes y he sentido tanto la confianza de los entrenadores como la del club. Sabía que Unai tenía una molestia, algo importante en la muñeca, pero tampoco sabía qué alcance tenía y no lo pensé demasiado. Ahora se me ha presentado esta oportunidad de poder disputar más minutos y como te digo, intentar aprovecharlo de la mejor manera posible intentando ayudar en todo lo que pueda al equipo.
Ahora vamos a la final. ¿Cómo se viven las semanas previas? Es normal que antes del partido trasmitáis calma y que no salgáis de respuestas automáticas, pero ahora, con la Copa en casa y habiendo disfrutado de la Gabarra… ¿se tienen nervios?
Sí, a ver, nervios claro que hay. Además esta final era diferente, contra el Mallorca que sabíamos que iba a ser difícil pero no es lo mismo que jugar como en muchas finales anteriores contra el Barcelona, que siempre tenía un nivel increíble, con Messi a la cabeza, y sabíamos que era una oportunidad única. A partir de ahí creo que todos fuimos capaces de gestionar bien las emociones, creo que para nosotros, para los futbolistas, es muy importante saber manejar momentos así. Afortunadamente conseguimos levantar el título y creo que ha sido una alegría para el club y para la afición.
¿Qué momento crees que es el más importante? Hubo momentos en la primera parte que se sentía el miedo incluso en la afición, que estaba paralizada.
Creo que el gol de ellos nos hizo mucho daño. Ya sabemos qué tipo de equipo es el Mallorca, muy rocoso, y con Larin y Muriqui en punta nos hicieron mucho daño. Nosotros tampoco dimos nuestra mejor versión en esa primera parte, pero en el descanso todos teníamos claro que teníamos tiempo para remontarlo y que íbamos a tener las nuestras también. Si me tengo que quedar con un momento clave, es el gol de Oihan. Fue un chute de energía enorme y nos vimos otra vez dentro del partido. A partir de ahí los dos tuvimos nuestras oportunidades y nos lo pudimos llevar en los penaltis.
No lo vas a decir tú, pero hay un mano a mano de Larin con 0-1 nada más empezar la segunda parte…
Sí, más que por la parada en sí, que tampoco considero que fue una parada demasiado complicada, era más el minuto en que era. Al final fue una jugada muy rápida, un balón a la espalda y se le queda el balón a Larin en la frontal del área. Le sale un poco centrado el tiro. Más que la parada fue importante por el minuto porque si en ese momento nos hubieran marcado el segundo gol se hubiera puesto muy complicado.
Y llegan los penaltis y el Mallorca se sentía ya ganador.
En cuanto pita el final el árbitro, sí que es verdad que empiezas a ver a los jugadores de Mallorca celebrar ese pitido final, te das cuenta de que se va a decidir la final a los penaltis, pero creo que en todo momento mantuvimos la tranquilidad y confiamos en nuestros lanzadores. Teníamos preparados los penaltis, habíamos visto los anteriores de cada jugador de ellos y también obviamente vimos la tanda de penaltis que tuvieron en la semifinal contra la Real. Era una posibilidad que la teníamos contemplada y creo que fue importantísimo que nuestros lanzadores marcaran todos los penaltis. En cuanto Radonjic lo tiró fuera…
Ese sí lo celebraste, pero el de Morlanes no. ¿Por qué?
No lo celebro porque todavía quedaba mucha tarda, era nada más que el inicio y luego también, hoy en día con el VAR no sabes si te has adelantado de la línea. En ese momento no me salió celebrar, pero cuando falló Radonjic y lo metió Vesga sí que nos dimos cuenta de que lo teníamos.
¿Cómo llevas ser el héroe de la final? ¿Sientes que te ha cambiado la vida?
No me siento un héroe, de verdad. Solo intenté dar mi mejor versión para que el equipo pudiera levantar el título. Individualmente es un chute enorme, porque al final como portero siempre piensas en eso. Yo creo que el sueño de todo portero es poder ganar una final, un título tan importante para el club, en la tanda de penaltis porque es verdad que ahí tomas como más protagonsimo. Fue una experiencia increíble, era la primera vez que afrontaba una tanda como portero del primer equipo y salió bien. Después la semana siguiente todo lo que vimos con nuestra afición fue algo increíble.
¿Te lo habías imaginado así?
Lo teníamos preparado, pero era algo difícil que se diese y nunca sabes. Yo creo que me generaba más ilusión, no me habían tirado ningún penalti y no había mejor momento de parar uno que en una final de Copa.
Hablamos en la zona mixta de Sevilla, no te acordarás, pero te pregunté por el encuentro con Iribar y me dijiste que todavía no habías podido estar con él. Te lo vuelvo a preguntar: ¿Cómo fue ese encuentro?
No hizo falta decir nada, nos dimos un abrazo enorme. Tanto él como yo sabíamos lo que suponía esta Copa para el club y para la afición. Fue un momento súper emocionante, con una alegría tremenda, pudiendo celebrarlo en el campo mismo con él, tenerle ahí en la grada viendo la final y celebrando con nosotros a todo un mito como es el Txopo, fue increíble.
Un paréntesis. ¿Qué os dan en Lezama a los porteros?
Creo que hay una base de trabajo increíble, tanto en captación como en la formación el trabajo creo que es buenísimo. Antes estaba también Peio Aguirreoa (recientemente jubilado) aquí en el club, que creo que es una persona que ha tenido una importancia muy grande en el Athletic. Y luego creo que ayuda mucho también el hecho de tener como entrenadores de porteros a gente que ha sido portero del club, que te pueden contar y transmitir un poco sus experiencias. Se está viendo todos los porteros que van saliendo de la cantera, incluso ahora entrenando todos los que suben de abajo se les ve un potencial muy grande. No hay duda de que se está haciendo muy bien.
Volviendo a la final y, sobre todo, a la celebración, ¿cómo viviste la Gabarra? Te habrán hecho la pregunta 100 veces, pero ¿cómo lo describirías?
Es un sueño cumplido. Ya escuchas muchas cosas. Una vez que acabó el partido y que ya habíamos ganado, sí que se podía hablar del tema de la gabarra, que fue un poco tabú en los momentos...
¿A quién se le ocurrió que fuese tabú?
Creo que fue un poco entre todos. No nos gustó que se estuviese hablando tanto de celebraciones antes de ganar nada. Pero cuando ya terminó el partido, todas las historias que escuchábamos la verdad que se quedaron cortas porque lo que vivimos es algo inexplicable. Desde que salimos, desde el Marítimo que comimos allí hasta luego que acabamos en San Mamés, fue una constante sonrisa en el rostro. No podíamos creer lo que habíamos hecho porque al final desde que salimos en la gabarra hasta que llegamos al Ayuntamiento, luego en el autobús, solo veíamos gente y camisetas del Athletic, banderas por todos los lados y la verdad que súper orgullosos de lo que conseguimos.
¿Hay algo que se te quedase marcado especialmente?
(Piensa) Puff. Es que fue todo. Todo el recorrido desde el principio, incluso cuando salimos del Marítimo que ya había gente esperándonos en todos los lados, en todas las esquinas, con camisetas del Athletic, con banderas, niños... muchísimos niños sonriendo. Es increíble poder generar una ilusión y una alegría así en la gente. Por eso es algo que va a quedar para nuestra memoria.
Muchos campeones del mundo de Argentina decían que tras ganar el Mundial se quedaban vacíos y con una pregunta: ¿Y ahora qué?
Sí, pero bueno, ojalá repetirlo, eh. Me encantaría volver a vivirlo. Lo que te digo, es que el poder disfrutar de un título con el Athletic, con todo lo que supone para el club y para la afición, es algo único e increíble. Ahora tenemos un año muy duro porque tenemos más partidos, pero estamos súper ilusionados y con ganas de jugar competición europea y darle alegrías a nuestra gente.
Si antes hablabas de que la Gabarra fue tabú, ahora Bilbao está ilusionado y hablando demasiado de la final de la Europa League.
No podemos estar obsesionados con la final. Obviamente, es una casualidad muy grande y vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para hacer el mejor papel posible y ojalá llegar a esa final, pero eso es independiente de dónde se juegue la final.