Las horas extra de Agirrezabala tienen recompensa en pleno debate por su renovación
El héroe de la Copa se entrenó la semana pasada con Iru incluso hasta el martes que Valverde había dado libre. Sabía que la de Sevilla sería su noche y trabajó los penaltis.
Sevilla.- No tuvieron ni que proponérselo. El domingo pasado, 31 de marzo, cuando el Athletic acababa de caer en el Santiago Bernabéu en un molesto partido de Liga justo antes de la histórica final ante el Mallorca y la plantilla conoció el plan semanal por boca de Ernesto Valverde, Julen Agirrezabala lo tuvo claro. El martes, marcado en rojo por sus compañeros para desconectar en el único día libre programado, él iba a pedir trabajo extra. Y eso que tenía buenos y paralelos planes. Siendo suplente habitual y el fijo en la Copa, sabía que en Sevilla sería protagonista y convenía estar preparado a conciencia.
El canterano, según pudo saber Relevo, habló con su entrenador de porteros, Aitor Iru, y ambos consensuaron que lo mejor era echar horas extra. El mismo lunes, tras digerir el 2-0 ante el Real Madrid, el internacional Sub-21 (8 partidos a sus espaldas) ya se empleó a fondo mientras los demás futbolistas realizaban una suave serie de recuperación. El cuerpo técnico, sabedor de que necesita más y más horas de vuelo, organizó partidillos a campo reducido (las llamados dos áreas) con la intención que fuera sometido a todo un pelotón de fusilamiento. En su cabeza ya estaba incluso una probable tanda de penaltis, así que también se presentó voluntario para que sus compañeros, con Raúl García a la cabeza, le retaran a toda clase de lanzamientos a balón parado. El resto de la semana, de miércoles a viernes, no hizo más que dar continuidad a la rutina de trabajo con el grupo.
A Agirrezabala no hace falta explicarle demasiado las cosas. El propio Iribar reconoce que, aunque siempre está cerca de él, es uno de los futbolistas más maduros e inteligentes de ese vestuario. El Txopo le da algún consejo cuando él se lo pide, y si acaso comentan en las comidas que tienen a diario en Lezama algunas experiencias del pasado, pero poco más. El guardameta horneado en la casa, pese a sus 23 años, ya parece un veterano. Únicamente le delata esa cara de niño con la que compareció en la zona mixta tras alzar su primer título.
"El equipo ha ido pasando de ronda en la Copa con un trabajo increíble, jugando unos partidos excepcionales. No por ser una final tenemos que jugar diferente. Lo que nos ha traído hasta aquí ha sido el trabajo y el sacrificio del grupo. Hoy hemos conseguido ponerle la guinda al pastel", aseguró a los periodistas, emocionado pero sereno, en las entrañas de La Cartuja. Y se atrevió a dar la clave a Relevo (el trabajo en la sombra) sobre lo que pasó en los momentos más complicados de la noche. "Los de los penaltis lo trabajo mucho tanto con Aitor Iru y con Unai [Simón]. Cada uno pone su granito de arena para intentar ayudar al equipo, he estado muy concentrado y por suerte ha salido bien. En lo personal siento una alegría increíble. Los dos últimos años caímos en semifinales. Fueron palos duros. Este grupo se merecía conseguir el título".
Su complicidad con Iribar es total. Durante la larga noche de celebración en el Hotel Barceló pudo tener algún guiño con el ídolo de cualquier portero criado en la casa. Pero será hoy, en el trayecto de vuelta a Bilbao, donde de verdad puedan darse el abrazo que se deben. "Después del partido he buscado a Iribar, pero no lo he encontrado. Habrá tiempo para hablar con él. Para nosotros es un privilegio enorme poder tenerlo en el día a día, una figura tan importante como el Txopo por todo lo que significa para el club. Poder tener sólo unas palabras con él es algo increíble. Súper agradecido por todo lo que nos da".
Estos abrazos a Iribar….#UniqueInTheWorld 🏆 #AthleticClub 🦁 pic.twitter.com/xmI2Og0vaP
— Athletic Club (@AthleticClub) April 7, 2024
Pero si está especialmente contento es por Valverde, que es el que de verdad le ha dado su gran oportunidad. "Le estoy muy muy agradecido al míster, al cuerpo técnico y al grupo por la confianza que han depositado en mí. Lo único que intento hacer es devolverles la confianza". Este gran rendimiento puede venir acompañado pronto por una deseada renovación. Las partes ya hablaron el año pasado para extender un contrato que finaliza dentro de año y medio y en las últimas semanas se han intensificado las conversación. El portero está muy contento en Bilbao y querría seguir, pero la titularidad indiscutible de Unai Simón es lo que siempre ha frenado las negociaciones. Ahora, con su condición de ídolo para los restos, su situación cambia.
El futuro
Agirrezabala, por su madurez y responsabilidad (dicen que es un gran estudiante) es muy querido en la caseta porque, como reconocen los pesos pesados, "siempre es muy correcto y respetuoso con los veteranos". Es guipuzcoano, de la cantera del Antiguoko y, pese a que realizó las pruebas en la Real Sociedad, no apostaron por él y se marchó a Lezama. Así como Unai Simón no parecía en su adolescencia que apuntara tan alto y se le tuvo que moldear en la prolífica cantera de porteros rojiblanca, él siempre ha sido considerado como el prototipo de portero que busca y necesita San Mamés.
Por eso en el club nadie quiere dejarle escapar. Tuvo ofertas para salir cedido y no le dejaron, conscientes de que era importante tener un guardaespaldas de Simón de su nivel. Le prometieron jugar este año toda la Copa, han cumplido y ahora están negociando y, según las diversas fuentes consultadas, la tarea está muy bien encaminada. Unai y él acaban contrato en 2025 y el Athletic está en conversaciones con los dos para atar el futuro de la portería. La idea es que puedan seguir alternándose como hasta ahora, con la novedad positiva de que a la Liga y la Copa se unirá la próxima temporada la participación en Champions o Europa League para repartir más y mejor los minutos.