Jorge Sáenz lleva la contraria a todos tras la tensión del derbi: "Cuando me insultan y me desean lo peor, a mí me encanta"
El Leganés fue recibido de forma hostil por la afición del Getafe con pancartas con el mensaje "castiga al hijo tonto".
El derbi entre Getafe y Leganés ha estado repleto de tensión. No solo en el campo, donde los jugadores han lidiado bien con el alto voltaje, sino también fuera de él. La hinchada azulona recibió de forma hostil al conjunto pepinerocon una pancarta con el mensaje "castigad al hijo tonto" y otra mostrando a Bordalás regañando a un niño que vestía con la elástica de su adversario y portaba un pepino en su mano. Además, abucheos y una sonora pitada a los protagonistas, tanto antes como durante el encuentro.
Un comportamiento cada vez más condenado de forma generalizada, aunque no deja de resultar común e históricamente reincidente. Es cierto que hay matices a considerar. Se puede llevar al límite al adversario sin necesidad de calificarlo como "hijo tonto", por ejemplo. Aun así, uno de sus protagonistas ha querido desmarcarse de la nueva tendencia popular y en el Carrusel Deportivo de la Cadena SER ha reconocido que le resulta incluso agradable lo ocurrido.
El jugador en cuestión es Jorge Sáenz, que marcó el primer y único gol del Leganés en el Coliseum Alfonso Pérez. En primer lugar, reconoció su indiferencia: "Individualmente cuando juego al fútbol me olvido de las gradas. No presto atención ni para bien ni para mal. Somos humanos y hay momentos en los que por mucho que intentes centrarte lo oímos. Es precioso, lo bonito del fútbol son estas rivalidades y partidos así. Es una fortuna poder haberlo jugado".
‼️ 😳Jorge Sáenz, jugador del Leganés, al micro de @joseaduro
— Carrusel Deportivo (@carrusel) September 22, 2024
🗣️ "A mí cuando la afición rival me insulta me encanta, entiendo que os insulten, miran por su equipo y es la esencia del fútbol"
👉 "Nos gustaría que no hubiera insultos pero es inevitable, momento de calentura" pic.twitter.com/uVePjdwy7z
Para, a continuación desvelar que es un arma de doble filo para los adversarios: por un lado, inyectan de presión al rival y, por otro, les supone una motivación extra. "A mí me encanta. Cuando la afición rival me insulta, te desea lo peor... Yo de eso saco mucha motivación. Lo entiendo obviamente que me insulten. Ellos miran por su equipo, a mí me gusta. Es la esencia del fútbol que cada uno luche por los intereses de su equipo", reconoce para el asombro de los periodistas de la SER.
Dani Garrido, entonces, le lanza hacia otro escenario en el que todos podemos llegar a un consenso. Efectivamente, lo del "hijo tonto" no le parece bien a nadie, como otros descalificativos que sobrepasan los límites del respeto. Así reacciona Jorge Sáenz: "Está claro que no es el mensaje. A todos nos gustaría que no hubiese insultos, que no hubiera tantos casos de otro tipo de problemas, pero es inevitable. Cuando tocan las emociones, la gente muchas veces dice cosas que quizás después se arrepiente. Lo puedo entender. Tratamos de hacer eso bueno para uno mismo. En mi caso para que me dé motivación".
Desde luego, una perspectiva diferente a la que últimamente está difundida entre los aficionados del fútbol. En definitiva, una costumbre, con sus errores y aciertos, que ha acompañado al deporte rey desde el principio de los tiempos. Una que, por supuesto, tiene que respetar los límites del sentido común, pero que incluso sirve de motivación a sus damnificados. Jorge Sáenz y un discurso disruptor: "Cuando la afición rival me insulta, te desea lo peor... A mí me encanta".