RAYO VALLECANO - GIRONA

Jorge de Frutos, el terremoto del Rayo que sigue sirviendo pinchos en su pueblo de 91 habitantes: "Gracias a Iriondo estoy aquí"

El jugador, nacido en Navares de Enmedio, recuerda con orgullo sus orígenes: "Salíamos a jugar al frontón, poníamos dos piedras de portería".

Jorge de Frutos, en la Ciudad Deportiva del Rayo Vallecano./RELEVO
Jorge de Frutos, en la Ciudad Deportiva del Rayo Vallecano. RELEVO
Marcos Durán
Jonás Pérez
Salvador Fenoll

Marcos Durán, Jonás Pérez y Salvador Fenoll

Jorge de Frutos (Navares de Enmedio, 1997) se ha convertido en uno de los protegidos de Vallecas. Un campo en el que siempre se sabe reconocer el esfuerzo y capacidad de superación de los jugadores que se desviven por la Franja. El extremo protagonista de estos líneas es un claro ejemplo de ello. Afronta ahora su segunda etapa tras ya vestir la camiseta del Rayo en invierno de 2020. Llegó siendo un niño y volvió, en 2023, como un hombre. Le costó arrancar, pero ahora ya es titular, con grandes números y quizás el mejor fútbol de su carrera.

Su trabajo con psicólogos, la mano de Iñigo Pérez y la excelente gestión de vestuario de Trejo han sido puntos clave en su gran momento de forma. Pero, por supuesto, sin dejar de lado quién es. Empezó a jugar tarde, no ofreció su mejor versión en la prueba del Rayo Majadahonda y acabó probando en la cantera del Real Madrid. Una trayectoria envidiable que le llega tras ser un jugador de la calle, habilidoso, carismático. De los que ya no quedan.

Jorge de Frutos, sobre su pueblo y el Rayo Majadahonda.RELEVO

Nacido en Navares de Enmedio, un pueblo de apenas 91 habitantes según el INE, no olvida que sus orígenes le han llevado a ser quién es. De hecho, sigue muy aferrado a la localidad, que visita siempre que puede. Sus padres tienen el único bar de allí, decorado con algunos de los recuerdos más importantes de su carrera deportiva. Allí él es Jorge, aunque algún chiquillo siempre le vaya a recordar con inocencia e ilusión que hay un futbolista de élite en la sala.

Quizás el mismo que le sirve el pincho, ya que continúa ayudando a la familia cuando va por allí. O el que juega en el frontón con él, colocando dos piedras como porterías y aferrándose a los cinco contados con los que disputar un partidillo improvisado. Una infancia feliz, en la vida del pueblo y que le ha curtido para ser ahora una de las revelaciones de Primera División. Sin instalaciones, allí se forjó como un jugador diferente. Iriondo lo supo ver: "Tu espontaneidad es lo que te ha hecho ser futbolista".

Ha sido un gran inicio de temporada, tanto en lo individual como para el equipo. ¿Cómo te sientes?

Creo que es una temporada en la que me están saliendo muy bien las cosas, desde pretemporada estoy muy bien, cogiendo muy buenas sensaciones y si el equipo va bien significa que los jugadores están haciendo una buena temporada. Yo me siento muy bien y cómodo dentro del terreno de juego y la verdad que entendiendo bien lo que me pide el míster y también a mis compañeros.

Iñigo llegó y la historia cambió. ¿Dónde ha estado la clave de esa transformación?

El tramo final de la temporada pasada íbamos cogiendo sus ideas poco a poco, salvamos la categoría pero no se vio bien lo que él quería. A raíz de la pretemporada, ese mes o mes y medio trabajando sus ideas, más lo que llevábamos ya... Creo que ahora se está viendo el Rayo que queremos ser, el Rayo competitivo que va a presionar ahora y que es difícil de contrarrestar. Hay algunas semanas que acabamos los entrenamientos bastante cansados, pero se ve reflejado en los partidos.

Jorge de Frutos y el calor del vestuario del Rayo.RELEVO

Todo entrenador tiene sus manías. ¿Algún ejercicio en el que se empeñe Iñigo y no pare hasta que salga?

El tipo de entrenamiento depende del día y del rival. Intentamos ver las posibilidades que tienen los rivales para salir de la presión y también lo que buscamos nosotros para salir de atrás. Hay ejercicios que salen a la primera y otros que tardan más en salir, pero a ellos (cuerpo técnico) le gustan que salgan bien, obviamente.

¿Dónde dirías que ha estado la clave de tu despegue?

Creo que al final es confianza en mí mismo, sobre todo la confianza que me ha trasladado el míster también, se junta un poco todo, lo personal, dentro del campo y fuera. Tener buenas sensaciones, tener buena relación con el grupo, compañeros y al final lo más importante es que te salgan bien las cosas. A mí lo que me viene bien al principio del partido es tener un buen pase, jugar e ir cogiendo confianza para generar más ocasiones durante el partido.

¿Cómo es Iñigo en el trato personal? Se le ve que siempre quiere estar lejos del foco.

Creo que desde el primer momento Iñigo ha confiado mucho en mí, en pretemporada hablaba conmigo, intentaba sacar lo mejor y lo he conseguido. A raíz de la lesión que sufrí en el pie es verdad que me costó un poco más volver a ser ese jugador versátil y rápido que hace daño a la espalda de los rivales. La confianza del míster y la cercanía que tiene... Creo que este gran momento es parte culpa suya.

¿Cómo gestionas el trabajo mental más allá del físico y las lesiones?

En el Levante tuve una lesión que me deja cuatro meses parado y creo que es tan importante hacer una buena rehabilitación para recuperar el pie como recuperar la cabeza. Fueron los últimos meses del Levante en Primera, descendimos, lo pasas mal porque ves que tus compañeros intentan tirar hacia adelante y no conseguimos la salvación... En el Levante teníamos un psicólogo que te ayuda en todo lo que necesites y a raíz de ahí con otra psicóloga he comenzado a trabajar en todo. No sólo a nivel deportivo, tienes que estar bien en el nivel personal, cada uno tiene sus circunstancias familiares, pero siempre viene bien hablar y desahogarte con alguien.

En tu primera etapa estaban Isi, Trejo, Álvaro... ¿Cómo has notado ese cambio? Al final se fue un niño y ha vuelto un hombre.

Hace cinco años estaba yo en el Rayo. Son unos cuantos años de experiencia que vas consiguiendo al jugar partidos en Primera y Segunda, pero es verdad que el trato que he tenido con Trejo, Isi, Alvarito, Óscar Valentín, de esa primera etapa... El vestuario es una familia, nos llevamos todos muy bien. Pero es verdad que Trejo me ha animado mucho desde el principio, al final vio en mi anterior etapa lo que podía dar y que la pasada me estaba costando, me ha dado algún consejo, me animaba. Él me decía que tenía que seguir en el nivel que estaba empezando a dar y cada encuentro me vuelve a decir eso, que con la confianza que tengo ahora no puedo desaprovecharla.

Ver a Trejo en el banquillo, entrenando a tope y que no tenga tantas oportunidades como antes. Debe impactar también su compromiso, después de cambiar su rol.

Él es un grandísimo jugador pero sobre todo una gran persona. Es el primero en animar desde el banquillo pero cuando sale es increíble, quitarle un balón es imposible, lo vemos en los entrenamientos. Se nota cuando está en el campo, creo que la base del vestuario, la unión, estamos todos aportando nuestro granito de arena para conseguir el objetivo del club, la salvación.

Los vínculos familiares de Jorge de Frutos.RELEVO

Son muchos los jugadores que siguen desde tu primera etapa. ¿Qué tiene Vallecas que atrapa tanto?

El vestuario es una familia y con la afición es increíble, el ambiente del estadio en muy pocos sitios se encuentra, es un estado pequeño, aprietan, la grada de animación, todos. Lo que se genera, el barrio humilde, obrero... nosotros tenemos que luchar por la camiseta. Aunque no seas jugador del Rayo, si te pones a cantarla (La vida pirata) la sacas, es una canción pegadiza, muy fácil de aprender y al final cada vez que conseguimos la victoria en casa la cantamos.

Se habla mucho de la cantera del Real Madrid. ¿Es una burbuja como se cree?

Yo estaba en el Rayo Majadahonda, ascendemos a Segunda y me llama el Real Madrid para jugar en el filial y no me lo pienso, era una oportunidad que no podía desaprovechar. En el Rayo Majadahonda era subir a Segunda, pero lo que iban a hacer era salvar la categoría fuese como fuese, en el Castilla toda la base que tienen, lo que iba a ser era mejorar y seguir creciendo como jugador, me vino muy bien estar ese año allí.

¿Qué te impactó más allí?

Me sorprendió todo. Nada más entrar a la ciudad deportiva... es casi más grande que mi pueblo, que es un pueblo de 300 personas. Me sorprendió la calidad que había de los jugadores, coincidí con Álvaro Fidalgo, Cristo, Franchu, que tuvo mala suerte con las lesiones, yo cuando llegué dije 'si este tío es muy bueno', tenía una calidad impresionante, mucho desborde, lo pasó mal con las lesiones de rodilla. Fue el que más me impactó porque además jugaba en mi posición.

Como en la vida, hay veces que estás en un sitio y no valoras las cosas hasta un tiempo después. ¿Qué aprendiste de esa etapa que ahora reconoces?

Al final creo que los valores que te inculcan es el trabajo, el no parar de luchar, creo que al final allí cuando llegué, no empecé jugando, había otros jugadores por delante y lo que me hizo a mí salir adelante y acabar jugando fue el trabajo constante y seguir peleando por lo que quería, sabía que estaba en el Real Madrid y tenía que pelear para seguir jugando.

Jorge de Frutos. RELEVO
Jorge de Frutos. RELEVO

Has mencionado tu pueblo, Navares de Enmedio. ¿Cómo te organizas para ir?

Cuando podemos intentamos escaparnos. Antes desde Valencia era mucho más difícil porque era cuatro horas, ahora lo tenemos a una hora y cuarto, pero como tenemos un niño, entre semana está en el cole y los findes es un poco más complicado, pero si cuadra podemos ir. En el pueblo es estar con mis padres, mi familia, disfrutar del pueblo, es la vida de pueblo. Yo viví allí 18 años, cada vez que voy allí disfruto.

¿Sigues ayudando a tus padres en el negocio familiar?

Mis padres tienen un bar, es el único bar que hay en el pueblo. En Navidades estuvimos ahí, si hay que hacer algún pincho en la cocina ayudo a mi madre, intento ayudar, pero tengo un hermano mayor que ayuda en el bar. Hay una foto oficial del Real Madrid Castilla, otra del Levante, alguna camiseta del Levante firmada por todos y otra del Rayo. Dando pasitos voy llevando más cosas allí, que es de donde soy y estoy orgulloso de ser.

¿En el pueblo también tienes esa cara de De Frutos futbolista o todos te ven como el Jorge de siempre?

Los niños me ven como jugador, es verdad que los señores mayores y mi familia, para ellos soy el chico de siempre, estoy con mis amigos de toda la vida, estoy en el pueblo como si fuera una persona normal que es lo que soy. Si viene gente de fuera tiran más al futbolista que a a la persona.

Jorge de Frutos. RELEVO
Jorge de Frutos. RELEVO

¿Y te da vergüenza? También el bar tiene una función social muy importante.

Sí es verdad que si salgo a la calle con mis amigos o mi hijo me da vergüenza, pero es normal que la gente venga, me conocen de toda la vida, me conocen desde pequeño, se acercan a darme la enhorabuena, me piden alguna foto o autógrafo. Y al ser el único bar se juntan por las tardes y las noches, es lo que llaman la España vaciada, que entre semana está vacío, pero los fines de semana se suele llenar el pueblo.

Cuando llegaste al Rayo Majadahonda te faltarían cosas que los chicos de ciudad sí tenían. ¿Qué tenías diferente?

Es verdad que es muy pequeño el pueblo y yo tengo un hermano mayor, luego había tres hermanos más y jugábamos con ellos. Los que salíamos a jugar al frontón del pueblo, poníamos dos piedras, jugábamos partidos en una portería, a veces con dos porterías... Era lo que había, también jugábamos al frontenis y cuando venían los fines de semana o el verano, hacíamos varios equipos, algún triangular, tengo muy buenos recuerdos. Cuando llegué al Rayo Majadahonda, Antonio Iriondo fue el que me dijo que era muy bueno y rápido pero que necesitaba parar. 'Tienes muchísima velocidad, eres muy rápido, pero llegas a portería y necesitar parar, tener calma y decidir bien. Tú lo que no tienes es lo que te enseñan en las canteras. Tu espontaneidad es lo que te ha hecho ser futbolista, pero tienes que calmar esa efusividad'. Gracias a él, estoy aquí".