FÚTBOL

Griezmann ficha por Decathlon y da un vuelco al mercado de las botas de fútbol

El fabricante francés consolida su presencia en el fútbol y anima el sector

Griezzman con Decathlon y Kane con Skechers. /MONTAJE
Griezzman con Decathlon y Kane con Skechers. MONTAJE
Alejandro Mendo

Alejandro Mendo

El fichaje de Griezmann por Decathlon confirma un secreto a voces. El futbolista del Atlético de Madrid llevaba meses utilizando botas Kipsta más o menos camufladas tras haber disputado la Eurocopa con unas Puma Ultra Ultimate naranjas. Aunque ya no sorprende que un jugador de élite deshoje la margarita contractual con modelos blackout (totalmente negros y sin aparentes logotipos de marca), sí llama la atención ver a El Principito con unas CLR de 65 euros, en claro contraste con las versiones de alta gama comercializadas por adidas, Nike o Puma, que alcanzan los 200 euros. Precisamente calidad y accesibilidad son clave para Decathlon, el gigante francés dispuesto a democratizar el fútbol. Balones oficiales, botas para todos los públicos, un Campeón del Mundo como embajador global y quién sabe si algún patrocinio con un top club: ¿Kipsta llega para quedarse?

La inserción de Decathlon en el universo fútbol procede a velocidad de crucero. Su tarjeta de visita fueron los balones, a través de acuerdos con Ligue 1 y Ligue 2 en Francia o Jupiler Pro League en Bélgica. A finales de 2023, la filial del grupo Mulliez dio un golpe de efecto al firmar un compromiso trienal con UEFA en calidad de proveedor del balón oficial de Europa y Conference League para el ciclo 2024-27. El crecimiento de Decathlon se ha impulsado históricamente en la innovación y el rigor. Si los balones homologados por FIFA deben superar hasta 15 pruebas para certificar su adaptación al juego moderno, los productos Kipsta se someten a muchos más controles rutinarios relacionados con el vuelo, la suavidad, la velocidad, el efecto o el agarre. Decathlon compite para ser accesible y asequible. A la vez. Para muestra, un balón: la réplica oficial de la pelota de la Europa League cuesta 80 euros mientras la de la Champions, fabricada por adidas, alcanza los 150.

La submarca Kipsta pretende revolucionar el nicho de las botas, un sector en plena transición. Como ocurre con las camisetas, cada vez más fabricantes cuestionan el dominio del conocido como big three formado por Puma, Nike y adidas. Si Kappa, Macron y Umbro ya han puesto en jaque a las grandes firmas con sus casacas detallistas, Decathlon, Skechers o New Balance ganan cuota de mercado a base de acuerdos individuales de renombre. Kipsta se adapta a todos los perfiles. CLR es ligereza para el jugador de mentalidad ofensiva como Grizou, Viralto garantiza el control y la elegancia de un centrocampista gracias a la K-leather, piel que presume de contar con la vida útil más larga del mercado. Traxium Compressor, quizá el prototipo más rompedor, es un todo en uno sin separación entre parte superior y suela. Innovación y durabilidad no son solo promesas, como demuestra la garantía de diez años para la suela de las botas. Kipsta pisa fuerte.

Griezmann x Kipsta antes y después de la firma (Versus, Decathlon)
Griezmann x Kipsta antes y después de la firma (Versus, Decathlon)

Los pies, nuevo escaparate comercial

La bota de fútbol genérica, oscurecida con betún por el utilero para esconder distintivos de marca, existe desde hace décadas. Sin embargo, en la actualidad no solo quienes se dejan querer cubren logotipos. La feroz competencia entre sponsors y una mayor sensibilidad del futbolista, consciente de que sus pies valen mucho dinero, hace que el atleta moderno medite muy bien con qué símbolos y empresas asocia su imagen. Los acuerdos individuales mueven cifras astronómicas. La visibilidad se mide y se paga al milímetro. Como hemos visto con Griezmann y tantos otros, el deportista desea testear el producto antes de comprometerse.

Una de las primeras estrellas en usar habitualmente botas blackout a la espera de definir su situación contractual fue Francesco Totti. Entre 2009 y 2012, Il Capitano se comportó como un primigenio agente libre al cubrir los símbolos de Diadora, adidas o Nike, con quien acabaría retomando una relación (lengüeta a la carta mediante). También Mesut Özil, hacia el final de su carrera, alternaba modelos Mercurial y Predator de las archienemigas Nike y adidas, aunque sin tapar distintivos. Un caso mediático fue Erling Haaland, quien calzó durante meses Puma y Nike hasta decidirse, a la postre y previo contrato multimillonario, por el gigante norteamericano. Kane o Griezmann, que llegó a rescatar unas Puma de 2017 antes de firmar con Kipsta, son los últimos ejemplos.

Totti con adidas Predator Powerswerve oscurecidas, 2009 (AS Roma)
Totti con adidas Predator Powerswerve oscurecidas, 2009 (AS Roma)

El triunvirato de adidas, Puma y Nike es cosa del pasado. Lo corroboran los acuerdos de altísimo perfil de New Balance con Saka o Endrick y los recientes golpes de mercado de Skechers y Decathlon. Kane y Griezmann han seguido procesos similares. Ambos lucieron botas genéricas antes de pasar a una nueva marca, aunque la atención mediática convirtiese sendos anuncios oficiales en una mera formalidad. Todo el mundo sabía que Harry se asociaría a Skechers y que Antoine sería la nueva cara de Decathlon, dos decisiones motivadas por una voluntad de diferenciación y trato personalizado por parte de los futbolistas, al más puro estilo —salvando enormes distancias— Michael Jordan x Nike en los 80.

Estas asociaciones ligeramente al margen del mainstream ofrecen ventajas para ambas partes. El fabricante gana visibilidad en la hipercompetitiva industria futbolera y conecta con audiencias jóvenes. El atleta, convertido en embajador de una empresa con la que comparte valores, invierte en su legado. No es habitual que un brand ambassador se comprometa de por vida, por lo que el fichaje de Harry Kane demuestra que Skechers apuesta fuerte por agredir el mercado de las botas. Tras el capitán de Inglaterra llegaron incorporaciones como Kudus (West Ham), Zinchenko (Arsenal), Iker Losada (Real Betis) o Pere Milla (Espanyol). Estuvo cerca Morata, que disputó algunos partidos con unas Skechers Razor oscurecidas. El delantero del Milan parecer haber reconducido su relación con adidas. De momento.

Kane x Skechers (Megamodo) y Endrick x New Balance (NB)
Kane x Skechers (Megamodo) y Endrick x New Balance (NB)

Kipsta y la experiencia de usuario

Una novedad interesante del acuerdo de Griezmann es que el francés participará en la co-creación de botas, implicándose en el proceso en primera persona. Sigue los pasos del carismático tenista Gaël Monfils, que colabora con Decathlon en el desarrollo de productos. Como Antoine y sus botas low cost, Monfils compite con raquetas de la submarca Artengo disponibles para el usuario amateur. De hecho, antes de comprometerse con Decathlon, el tenista realizó una serie de blind tests (pruebas sin conocer la marca) hasta decantarse por la empresa francesa.

Skechers y New Balance son novatos en el fútbol con amplia experiencia en el calzado. La emergente Sokito se posiciona como firma sostenible y ecológica. La tradicional Pantofola d'Oro pone la artesanía al servicio del futbolista. Por su parte, Decathlon es un outsider con piel de cordero. Kipsta se presenta como alternativa accesible, de diseños sobrios y con enorme conocimiento del consumidor. El grupo francés, que crece en fútbol, tenis, pádel o ciclismo, vive en constante evolución. Después de revisar su arquitectura de marcas, renovar su logotipo y su lema digital first (primero lo digital), incorporar a Griezmann es el último mordisco al mercado.

Igualar al crack mundial con el jugador de pachanga es una acción arriesgada, valiente, rompedora: refleja la confianza de Decathlon en su producto, su ambición por involucrar a la estrella y por fomentar la accesibilidad al deporte. El cliente, más informado que nunca, se pregunta: si un atleta de élite utiliza este artículo tan asequible, ¿por qué pagar un sobreprecio para vestir una determinada marca en mi actividad deportiva? La respuesta determinará el éxito de la revolución Decathlon.